CAPRICULTORES COLOMBIANOS BUSCAN EL CRECIMIENTO DE SU SECTOR

CAPRICULTORES COLOMBIANOS BUSCAN EL CRECIMIENTO DE SU SECTOR
De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Capricultores y Ovicultores de Colombia, el consumo de carne caprina es apenas el 1%, muy por debajo de la carne de res, pescado, cerdo y pollo.
 
Según datos de la Secretaría Técnica de la Cadena Ovino Caprina – Agrocadenas, en el país hay al menos tres millones de ovejas y cabras en diferentes regiones. Mientras que en Santander hay 5.000 familias que viven exclusivamente de la cría de cabras, especialmente en las provincias de García Rovira y Guanentina y en la Mesa de los Santos.
 
Opciones de Mercadeo
 
El hacer del cabrito un producto de consumo masivo es la meta que tienen a mediano y largo plazo los capricultores de Santander, el departamento donde más se usan los productos de origen cáprico en el país.
 
Jairo Ochoa, de la Asociación de Capricultores de Santander, asegura que el sector ya no quiere seguir sosteniéndose sólo del consumo local, sino que ha comenzado a vislumbrar oportunidades en el resto del país e incluso el extranjero.
 
“En Santander la carne de cabra es conocida y apetecida, pero necesitamos mayor masificación. Convertirla en un plato deseado, diario, de alto consumo”, explicó.
 
La tarea está en la fase de buscar mecanismos que permitan dar a conocer a los consumidores colombianos los beneficios de los productos.
 
El presidente de Asocabra, Iván Vélez Palacio, señaló que si bien el desarrollo de la capricultura está teniendo excelentes resultados y se ha avanzado en el manejo de hato para la producción láctea; es necesario trabajar más para el control y el mejoramiento de la oferta caprina.
 
“Los beneficios de este tipo de ganado son muchos. La carne de cabro es saludable, baja en grasa y su leche es igual de buena que la de vaca”, asegura Andrés García, un productor santandereano.
 
Otra tarea importante y necesaria para establecer canales que permitan la comercialización a más alto nivel, como supermercados y grandes superficies, es la adopción de normas fitosanitarias que garanticen la calidad de la carne y derivados de la leche.
 
“Estamos en la tarea con asesores canadienses y la ayuda de la Secretaría de Agricultura del departamento, en el reconocimiento de un centro de sacrificio caprino. Hasta ahora esto se hace de manera informal, sin lugares especializados ni certificados; pero en el momento en el que los tengamos, podemos comenzar a ofrecer el producto a cadenas de almacenes”, anotó Ochoa.
 
Para el líder gremial santandereano, en este trabajo deben involucrarse todos quienes participen de la cadena productiva de la cabra.
 
“No se trata de dejar sin empleo a los actuales matarifes o comerciantes de carne o leche, sino por el contrario, capacitarlos, educarlos y garantizar un producto de calidad y reconocimiento”, agregó.
 
La fabricación de productos con valor agregado es otra meta. “No es sólo que el cliente encuentre en el supermercado o la carnicería la carne de cabra, sino que también tenga las opciones de jamones, salchichas, chorizos, entre otros”, anotaron miembros de Asocabra.
 
La leche es otra meta. Hasta ahora se vende de manera informal, especialmente en pequeñas granjas productoras.
 
La intención de los capricultores es comenzar a producir quesos y golosinas con esta leche y comercializarlos en gran escala.
 
“No es un sueño fantástico o imposible de cumplir; es sólo organizarnos y hacer que el colombiano cambie de mentalidad; ofrecer nuestro producto y mostrar sus beneficios”, aseguró Jairo Ochoa.
 
La Capricultura en Colombia
 
De acuerdo con un estudio de Agrocadenas y el Ministerio de Agricultura, la producción de carne ovina y caprina en el país históricamente ha sido marginal, sin embargo la tendencia de la última década ha presentado una tasa de crecimiento positiva para la carne caprina de 5.1%.
 
La carne caprina ha presentado una tasa de crecimiento de – 3.5% durante el periodo 1994 – 2005; es decir, 6.673 y 6.960 toneladas respectivamente.
 
La cabra es uno de los animales domésticos de más amplia distribución geográfica, debido a su extraordinaria capacidad de adaptación a diferentes condiciones de clima, vegetación y manejo. Así la explotación caprina puede estar dirigida a la producción de leche y carne, sólo carne o leche.
 
La población de cabras está en gran parte en manos de pequeños productores, cumpliendo una importante función económica en las comunidades agrícolas y otras zonas de concentración de pobreza.
 
La producción de leche caprina en Colombia en la mayoría de los casos es recolectada en forma manual. El destino de esta leche es principalmente la elaboración de quesos artesanales y una parte al consumo local, constituyéndose, en algunas zonas del país, en el único alimento lácteo.
 
La leche de cabra presenta unas bondades especiales como un contenido menor de lactosa y moléculas de grasa más digeribles, además de mayor cantidad de sólidos totales en comparación con la leche bovina.
 
Según el Dane, las exportaciones de la cadena Ovino y Caprino de Colombia han sido marginales y los principales destinos de las exportaciones de estos productos han sido las Antillas Holandesas con un 98% sobre el total, el 2% restante se reportó a países como Estados Unidos, Perú, Uruguay y Venezuela.
 
Y aunque existe un gran potencial para estos productos, en la actualidad no existe la calidad ni los volúmenes requeridos por el mercado internacional para incrementar las exportaciones de la cadena.
 
El principal exportador de carne caprina según la FAO es Australia que abarca el 50% de las exportaciones, seguido por Uruguay que reportaba el 24% de las exportaciones mundiales para el 2004. Pakistán ocupa el tercer lugar con el 12% de las exportaciones totales. Es evidente que ocurre este tipo de comportamiento en los países que poseen mayor tradición y evolución genética.
 
Es importante detallar el destino de las exportaciones, resaltando que en este producto es evidente el componente cultural en el consumo, ya que en las religiones que más se expresan se conoce al bovino como un animal sagrado y al porcino como un animal impuro, dando mayor importancia al consumo de carne de cabra y de oveja.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: Vanguardia
 
 

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