REVISTA AMERICARNE EDICION 92:ETIC AGRO/SELLOS SUSTENTABLES Y RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA

REVISTA AMERICARNE EDICION 92:ETIC AGRO/SELLOS SUSTENTABLES Y RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA
Por Ing. Agr. M.Sc. Gustavo Secilio
Apenas unos años atrás, inocuidad, trazabilidad, calidad eran palabras que todo empresario agroindustrial debía conocer y, en todo caso implementar. Protocolos, normas, reglas obligatorias o voluntarias restringían el acceso a los mercados de exportación, y aun lo hacen. Barreras para arancelarias, con criterio o sin él, justas o injustas.
Pero nuevas barreras han aparecido, desde el bienestar animal hasta el bienestar de las personas y la forma en que se produce y elabora, sumado a las cuestiones ambientales y laborales. A estas temáticas se las ha denominado Responsabilidad Social Empresaria, o RSE, concepto del cual muchos hablan y pocos implementan.
La responsabilidad social, se plantea más allá del cumplimiento de las normativas vigentes dentro de las que opera una empresa. Cumplir con la ley, significa no delinquir, pero el desarrollo social y ambientalmente responsable, como se afirma, tiene un campo mucho más amplio.
Efectivamente, no se trata de que las empresas cumplan las leyes, sino que se involucren proactivamente con la sociedad. Una definición planteada por Barbara Parker (2005), apunta aún más lejos señalando que “la RSE es el proceso por el cual las empresas negocian su rol en la sociedad”.
En ese sentido, nuevos protocolos y certificaciones, indican que las empresas deben explicitar su relación con el medio que los rodea (no solo el medio ambiente) y con sus stakeholders o grupos de interés, es decir aquellos que son de alguna manera afectados, o pueden afectar a la empresa, vecinos, consumidores, proveedores.
Estos sellos aluden a numerosos intentos por enmarcar en protocolos auditables la Responsabilidad social y ambiental de empresas, productores y organizaciones de la sociedad civil, y mucho más aún: la distribución del valor generado en la cadena, y no se agotan en aquellos conocidos en los países desarrollados. Por el contrario, es posible diseñarlos, estructurarlos y promoverlos, orientándolos a objetivos de equidad, desarrollo económico territorial y, porque no al Buen Vivir de los productores y trabajadores (como señala la constitución del Ecuador).
Los sellos sustentables incentivan el proceso de implementación de buenas prácticas en el mercado y permiten diferenciar y ganar competitividad a quienes los adoptan. El desarrollo de los mismos permite, a su vez, alinear a los trabajadores, a la cadena de valor y la sociedad local, alrededor de determinados objetivos comunes que permitan lograr el desarrollo sustentable en sectores estratégicos de la economía.
Justamente los sellos permiten mostrar y validar esas respuestas. Las expectativas de la sociedad sobre las empresas han cambiado. En un futuro cercano, y aun hoy, las empresas responsables deben ser premiadas por el consumidor: a través de la aceptación de precios diferenciales o sencillamente con la posibilidad de “permanencia en el mercado”.
Las demandas de la sociedad son muy simples, y en muchos casos urgentes. Se pide que las empresas se comprometan, respeten los derechos humanos, laborales y ambientales y que los hagan respetar en su ámbito de influencia. Que se comprometan con aquellos que menos tienen y más necesitan. La tendencia que se observa es que muchas empresas quedarán en el camino por no comprender la urgencia de estas demandas. Las que perduran y crecen, habrá negociado positivamente su rol en la sociedad y ésta lo ha valorado, tal como la plantea la Responsabilidad Social Empresaria.
Los desafíos están planteados: los subsidios, la inocuidad, la trazabilidad, la exigencia de los Supermercados, etc. Los protocolos, índices, códigos de conducta, se han extendido rápidamente y quienes los ostentan tienen mayor posibilidad de éxito y, aún mejor, están claramente expuestos sus valores frente a la sociedad. Por eso también es válido el planteo de pasar de la solidaridad y la filantropía a la generación de valor con valores.
La sustentabilidad se logra con rentabilidad económica, y desarrollo armónico en el plano social y ambiental: Humanizar el crecimiento y demostrarlo, de eso se trata.
 
*Director Ejecutivo de EticAgro
 EticAgro es el Instituto de Ética y Calidad en el Agro, una asociación civil sin fines de lucro cuyo objetivo es generar y articular conocimientos, toma de conciencia, compromiso y acción sobre los Sistemas de Calidad, Buenas Prácticas, Comercio Ético y Responsabilidad Social Empresaria, por parte de la Sociedad Civil (consumidores, trabajadores, productores y empresas del sector agroindustrial) y del Estado.

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