REVISTA AMERICARNE EDICION 81: DE CARNE SOMOS / PERSONAJES DE LA HISTORIA CARNICA / JUAN NUÑEZ DE PR

REVISTA AMERICARNE EDICION 81: DE CARNE SOMOS / PERSONAJES DE LA HISTORIA CARNICA / JUAN NUÑEZ DE PR
Todo comenzó con una traición: cuando los hermanos Pizarro aun gobernaban el Virreinato de Potosí, Juan Núñez de Prado ejercía su puesto como alcalde de las minas. Era el año 1548, y la disputa por el control del recién fundado gobierno del altiplano llegaba a su punto máximo entre los Pizarro y el rey Carlos I, quien envió como representante militar a Pedro de La Gasca.
Antes de la batalla decisiva en la llanura de Sacsahuana, Núñez de Prado se cambió de bando, contó todos los planes militares de Gonzalo Pizarro, y finalmente las tropas realistas fulminaron en un corto combate a los rebeldes.
Así fue qué, en compensación por sus servicios, a Núñez de Prado se le permitió conquistar el territorio que luego sería Jujuy, Salta y Tucumán.
 
BOVINOS
Cansado, barbudo, y cerca del final de sus días, pero aún con ansias de conquistar riquezas, Juan Núñez de Prado partió en 1549 hacia Tucumán con una misión muy ambiciosa: ampliar el poder territorial de su nuevo protector Pedro de La Gasca.
Consigo, llevó un puñado de hombres poseedores de bienes, armas, equipos de campamento, biblias, y una buena cantidad de animales, entre ellos, bovinos. Un acto que, seguramente, no tuvo la intención de ser fundante sino la de alimentar a la tropa de conquistadores que se enfrentarían a varias civilizaciones indígenas, como los Calchaquí o Humahuaca.
Así fue que, sin imaginar las consecuencias en el futuro, Núñez de Prado introdujo en Argentina los primeros bovinos de tipo Criollo (luego de un pequeño lote introducido por Diego Rojas), que provenían de España, y que en sus comienzos se fueron expandiendo por los mismos caminos y regiones por los que avanzaba la conquista española proveniente desde Potosí, la principal ciudad del Virreinato en aquel entonces.
Pero lo cierto es que el ganado se arriaba y eran muy rudimentarios los métodos; de hecho, gran parte de las cabezas vacunas se perdían y dispersaban por los amplios campos, ya que durante las extensas peregrinaciones no había corrales. Esto generó, claro, que el ganado se comenzara a criar de manera salvaje
Si bien hay cierta controversia acerca de quién fue el primer “adelantado” que introdujo ganado en lo que más tarde sería el territorio argentino, sí es seguro que además de Núñez de Prado también jugaron un rol importante Diego de Rojas, Juan de Garay (que aportó cantidad y con ellos se dio un salto cuantitativo), y los hermanos Goes (sin embargo, éstos últimos, sólo llevaron ganado hasta Paraguay).
Más allá de todo, este aporte involuntario a la historia de la ganadería de Núñez de Prado, posiblemente haya sido la única victoria que pueda adjudicársele en su travesía como conquistador en lo que hoy es Santiago del Estéro, ya que sus intentos por fundar ciudades fracasaron sistemáticamente debido a que fue expulsado de todos los sitios en donde realizaba la ceremonia de fundación. Así fue que la ciudad de El Barco (nombre en homenaje a su mentor político, De la Gasca) prácticamente desaparecía junto con su fundación. De hecho, uno de los religiosos que lo acompañaba denominó a El Barco como “una ciudad ambulante”, porque en cada intento de plantar bandera Francisco de Aguirre (un conquistador enviado por el Virreinato liderado por Pedro de Valdivia), lo derrotaba militarmente y lo expulsaba de la región.
Recién cuando intervino la corona española, y un largo “proceso judicial” mediante, Núñez de Prado pudo retomar la fundación y el desarrollo de la ciudad de El Barco, aunque ya era demasiado tarde: la muerte lo vino a buscar en 1556, y con ello le arrancó su tan esperada gloria.
 
EXPANSION
Fue el Bovino Criollo el animal que los españoles trajeron a partir del segundo viaje de Colón en 1493, y fue esta raza la que se dispersó por todo América. Actualmente, es la raza más antigua de este continente. Estos vacunos fueron seleccionados en Andalucía y se difundieron por el “Nuevo Mundo”. Tanta fue su dispersión que llegaron a todos los confines de América, adaptándose rápidamente a las diversas condiciones climáticas.
La reproducción salvaje de estos animales, fue parte de un proceso de selección genética natural y dio diferentes resultados de animales, pelajes, e increíbles adaptaciones al medio ambiente. Por las aptitudes que desarrollaron, se multiplicaron de manera asombrosa desde los glaciares patagónicos hasta el oeste norteamericano.
Muchos años después, sería el imaginativo Jhon Miller quien incorporaría al país el primer animal británico para realizar cruces, y de ese modo mejorar los resultados de la carne. Pero eso es parte de otra historia.
 
 
 
Nota: se agradece al Gobierno de la Provincia de Tucumán y Santiago del Estero por la documentación enviada para realizar esta nota.
 
 

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