Instalaciones - OPORTUNIDAD O CRISIS EN UN MUNDO COMPLEJO

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El sector de carnes rojas está atravesando momentos controvertidos. El panorama que lucía prometedor, en diciembre pareció culminar con nubarrones. Los precios están aumentando en el mercado interno, los consumidores manifiestan preocupación, y hasta ahora la única respuesta del gobierno fue castigar al sector primario, aconsejándole que invierta. No sólo esto, sino que los impuestos a las exportaciones aumentaron, y la devolución de impuestos fue eliminada, por lo tanto la carga tributaria del sector aumentó un 12% (de acuerdo con algunos economistas).Al mismo tiempo, otra medida controversial entró en vigencia, concretamente la prohibición de faenar animales que pesen menos de 280 kg. El efecto inmediato es que el mercado se queda con menos animales aptos para la faena, mientras que los precios no bajan, y todo ello se suma a la presión sobre el sector primario. Mientras tanto, los frigoríficos compiten con los otros eslabones de la cadena, afirmando que no pueden ejercer ninguna influencia sobre la producción primaria, pero todos se lamentan por la pérdida de ingresos rentables y mercados a los cuales vender el producto. Para agregar varios insultos a una herida que ya es bastante dolorosa, en el sector avícola no se ha eliminado la devolución tributaria, e incluso puede ocurrir que paguen menos impuestos por sus exportaciones, que este año van por aumentos de 88% en volumen y 92% en ganancias. ¿Existe acaso un tratamiento preferencial hacia el sector avícola? La respuesta parece encontrarse en su nivel de inversión, o al menos esta es la explicación brindada por el Ministro de Producción. DIFERENCIAS PRODUCTIVASUn elemento crucial es el hecho de que la industria avícola, al ser una industria nueva tuvo que enfrentar una larga lista de problemas, tales como temas de sanidad animal, y de mercado, atraer inversores y montar una infraestructura básica para que la industria despegue. Probablemente existen otras explicaciones como el hecho de que el consumidor argentino todavía no descubrió las virtudes de la carne de ave y por lo tanto este sector puede explorar libremente las oportunidades de exportación sin sentir la presión del mercado interno. Otro factor es el ciclo de vida y el intervalo de generación (que se define como la edad del animal cuando nace su primera cría, un parámetro esencial para determinar el desarrollo y comportamiento genético de un animal), que en el ganado es mucho mayor que en las aves. Por ejemplo, un pollito es empollado en 3 semanas, y entra en la pubertad, o edad reproductiva a las 16 - 19 semanas. Esto contrasta con el hecho de que el tiempo de gestación de un ternero es 9 meses y en las mejores circunstancias el intervalo de generación será de al menos 18 meses. Esto es, por supuesto, siempre que se controlen todos los aspectos de la reproducción animal, una característica central de cualquier plan de producción animal. Otro contraste evidente entre la producción de aves y la de ganado es la diferencia en tiempo para engordar y preparar al animal para la faena. Mientras que criar un pollo de 2,5 kg toma 50 días, la cría de un novillo de 300 kg de peso vivo puede tardar por lo menos 11 meses. Además téngase en cuenta que la conversión alimenticia es más eficiente en las aves que en el ganado. Ante esta situación puede tener la impresión de que: 1. Sería mejor abandonar la producción de ganado y unirse a la abundancia avícola; o 2. Nada cambiará, entonces para qué molestarse; o3. Culpar a los políticos, y exigir la renuncia de quien sea que esté a cargo; o 4. Tomar la crisis actual como una oportunidad para tratar los temas subyacentes y retomar el acceso al mercado y atraer inversores que estén interesados en los proyectos de mediano a largo plazo. Personalmente pienso que la última opción es la más atractiva. Antes que nada, porque las razones principales de los problemas actuales se conocen y están documentados. En segundo lugar, porque sé que siempre habrá un mercado para mis productos, puede que sea un mercado cambiante, o más exigente, pero es un mercado al fin. En tercer lugar, si comparo todos los beneficios y los riesgos de la producción intensiva de aves en relación con la producción de ganado, todavía tendría un margen cómodo en cuanto al riesgo de administración, aun si examinara formas más intensivas de producción, como la producción feedlot. BIENESTAR E INTEGRACIONSin embargo, mi estrategia principal dependería de dos plataformas diferentes pero complementarias: bienestar animal y una integración más firme de la cadena de producción. Se podrá preguntar de qué manera el bienestar animal podría tratar los problemas subyacentes del sector de las carnes rojas, principalmente una falta de animales aptos para la faena, además de factores políticos y económicos que pueden o no estar bajo la influencia directa del sector ganadero y de los frigoríficos. Pienso que es justo pronosticar que la escasez de ganado apto para faenar provocará una intensificación de la producción primaria, y por lo tanto aumentará los riesgos mencionados. Mientras que el tradicional sistema feed-lot provocaría tantos problemas como los que resolvería, hay otra forma de encarar el problema central (que consiste principalmente en aumentar la productividad por cabeza), concretamente se trata de entender cómo se puede manipular el régimen de alimentación y crecimiento compensatorio en animales. Aunque esto suene riesgoso y no particularmente a favor del bienestar animal, es todo lo contrario; por supuesto que esto depende de su nivel general de gestión de calidad. En pocas palabras, este método consiste en restringir la dieta con la que se alimenta a los animales durante un período corto de tiempo, de manera que se favorezca el crecimiento esencial de los huesos y los órganos vitales, y al mismo tiempo se queme grasa para suministrar energía al cuerpo. En esta restricción de crecimiento magro (crecimiento del tejido muscular) durante un período controlado de tiempo, el metabolismo corporal disminuye. Una vez que el animal vuelve a su dieta regular, se podrá ver un gran crecimiento compensatorio, o rápido aumento de peso, que durará un par de meses. Es vital que mientras están en dieta restringida, los animales reciban fibra de baja a media digestibilidad, de modo que se mejore la función del rumen. Si los programas de sanidad y gestión animal están ajustados a las necesidades fisiológicas de los animales, al final de la alimentación restringida tendrá un animal que requiere poco mantenimiento, con un rumen bien desarrollado y una gran necesidad de aumentar la masa muscular, o en otras palabras, de ganar peso. EL PESO DEL ALIMENTOLa alimentación tradicional del ganado bovino en Argentina es el pasto natural y la fibra, con poco agregado de granos u otros nutrientes. Las prácticas estándar de alimentación y cría de ganado tampoco tienen en cuenta el impacto climático, por ejemplo la reducción de consumo voluntario durante períodos de calor, o el gasto de energía excesivo para mantener el calor en invierno. Estos son tal vez los dos factores principales que influencian el crecimiento y aumento de peso del ganado. En estudios extranjeros a menudo son señalados como las razones por las cuales la producción bovina de Argentina es ineficiente en el nivel de producción primario. Un programa de alimentación y gestión bien diseñado exploraría el potencial de crecimiento y administraría de manera efectiva cualquier riesgo, como por ejemplo tratamiento veterinario (vacunas, inyecciones que puedan ocasionar abscesos), marca con hierro candente y castración y otros procedimientos dolorosos que limitarían el consumo de comida por parte del animal, lo que produciría pérdidas descontroladas en el consumo de alimentos y tendría un impacto potencial negativo en el plan de crecimiento compensatorio que se espera conseguir. UN BUEN ESPEJO PARA MIRARSESin embargo, el diseño e implementación de una alimentación bien balanceada y un programa de bienestar animal a nivel individual no sería suficiente para enfrentar las restricciones reales del sistema. Tal como se sugirió anteriormente, la industria ganadera de Argentina tiene un problema de eficiencia general, que va desde el factor más simple como la voluntad de invertir en nuevas tecnologías, hasta el factor más difícil y conflictivo como la falta de voluntad de trabajar en conjunto y encontrar soluciones comunes a problemas comunes, o incluso negociar tratos donde todos los sectores ganen, desde el ganadero, pasando por el proveedor de alimentos y hasta los frigoríficos. Esto, por supuesto, se agrega a los excesivos impuestos que desalientan las exportaciones, a los vaivenes políticos y otros factores externos. Debido a que comencé esta nota mencionando la eficiencia y crecimiento del sector avícola, también me voy a referir a este sector para finalizar. Ya que no se puede ganar demasiado tratando de solucionar lo imposible, como solucionar los problemas políticos de esta nación, tal vez uno pueda copiar la hoja de trabajo del sector avícola. Este segmento ha obtenido varias concesiones de la Secretaría de Agricultura, principalmente señalando el nivel de inversiones y creación de valores económicos y efectos desbordantes en otros sectores; tal vez están haciendo algo bien después de todo? La otra alternativa es más de lo mismo, cada uno por sí mismo en su propia esquina, para que después de cada crisis cíclica, todos veamos que hemos perdido un poco más.* Hanne Martine Stabursvik, es Cirujana Veterinaria noruega. Miembro del Royal College of Veterinary Surgeons, Reino Unido. Se especializa en controles veterinarios a productos importados de origen animal en la UE. Actualmente vive y trabaja en Argentina. Trabaja con especialistas en el tema de todo el mundo. Es miembro de Red Alimentaria. hanne@americarne.com** El presente artículo es un texto cuyo original en inglés fue adaptado y traducido al español.

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