Carnes Alternativas / Ñandues<br>UNA ACTIVIDAD EN CRECIMIENTO

Carnes Alternativas / Ñandues<br>UNA ACTIVIDAD EN CRECIMIENTO
La cría de ñandúes ha crecido en forma sustantiva en los últimos años en Sudamérica, especialmente en la Argentina, Uruguay, Brasil y Chile. Para poder lograr el objetivo de exportar, los desafíos más importantes se encuentran en la integración de los productores en asociaciones, la conformación de consorcios de exportación y el desarrollo de una infraestructura industrial (frigoríficos, procesadores, curtiembres especializadas, entre otros). Los ñandúes son aves no voladoras, exclusivas de las planicies abiertas de Sudamérica y, por su semejanza con el avestruz africano, se los denomina avestruces sudamericanas. Sin embargo, existen diferencias entre ambos, especialmente en el tamaño que, en el caso de los ñandúes, rara vez exceden el 1,40 m de altura. Estas aves se adaptan a una gran variedad de climas y alcanzan la madurez sexual a los dos o tres años, aunque si las condiciones de cría son óptimas pueden adelantarla al año de edad. En general, el tamaño corporal y la coloración del plumaje de los adultos permiten diferenciar ambos sexos, aunque también pueden ser identificados a partir de los primeros meses de vida, por observación de la cloaca o análisis de ADN. Durante la época reproductiva, el macho se torna agresivo, emite fuertes bramidos y realiza elegantes movimientos con sus alas. El es quien construye el nido, incuba los huevos y cuida a los pichones. Existen dos especies de ñandú: el Ñandú Común (Rhea americana), que se distribuye en el norte y centro del territorio argentino hasta el Río Negro, y el Ñandú Petiso o Choique (Rhea pennata; antes: Pterocnemia pennata), que habita las estepas alto-andinas y patagónicas. Ambas especies se diferencian principalmente por la altura y por la coloración del plumaje (gris o marrón con manchas blancas, respectivamente). Como consecuencia de la modificación de sus hábitats naturales por el avance de las fronteras agrícola-ganaderas y la caza furtiva desmedida, ambas especies debieron ser protegidas, incluyéndolas en los Apéndices CITES (Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora). Esto significa que el comercio de animales y productos de ambas especies debe ser estrictamente reglamentado, a fin de evitar una utilización incompatible con la persistencia de las poblaciones silvestres.PRODUCTOS CON POTENCIAL ECONOMICOExisten muchos factores que hacen de la cría de ñandúes una interesante oportunidad de inversión: posee un importante potencial económico (particularmente en el mercado externo), es compatible con otros emprendimientos agropecuarios tradicionales y no requiere demasiado equipamiento e instalaciones. Los sistemas de cría en cautiverio permiten reducir la demanda de ejemplares silvestres, obtener productos de calidad superior, aprovechar integralmente el recurso y, por otro lado, constituyen ambientes donde se pueden recabar datos biológicos relevantes tanto para la producción como para la conservación de estas especies. Los principales productos son: carne, cuero, aceite, plumas, huevos y ejemplares vivos. Para instalar una granja o criadero, se debe contar con animales registrados y con la aprobación de las autoridades de Fauna de la provincia correspondiente. La extracción de ejemplares o huevos de vida silvestre sin previa autorización es severamente penalizado. Se puede ingresar en esta actividad adquiriendo: Los huevos son la forma más económica de comenzar, pero implica el mayor riesgo para quien se inicia. El manejo y las condiciones de higiene durante la incubación artificial influyen en la eclosión y en la salud de los pichones obtenidos y, como consecuencia, en la producción. Otra manera es a través de Pichones (hasta 6 meses de edad). Según los especialistas es recomendable comenzar con pichones de más de dos meses de vida, ya que antes de esa edad la mortalidad es alta. La infraestructura de los espacios de cría, junto con una adecuada alimentación, manejo y sanidad, son determinantes para el crecimiento y supervivencia de los ejemplares. Si se opta por comenzar con Juveniles y Sub-adultos (6 meses hasta la madurez sexual), se sabe que estos ejemplares son de mayor precio que los pichones, pero tienen menos problemas de mortandad y retornan la inversión en un tiempo menor. La última opción es iniciarse con los llamados Reproductores (individuos sexualmente maduros), que son los ejemplares más costosos, pero compensan la inversión más rápidamente. La supervivencia de los adultos es alta, pudiendo vivir alrededor de 20 a 30 años. Una causa frecuente de mortalidad son los traumatismos accidentales originados por corridas ante la presencia de perros. Cuando se comienza con adultos es recomendable tener conocimiento o experiencia previa sobre la biología y el manejo de la especie, ya que en el primer año se deberán enfrentar simultáneamente las etapas más difíciles del sistema: incubación, cría de charitos y manejo de los grupos reproductores.SISTEMAS DE CRIALos ñandúes pueden criarse en forma extensiva, intensiva (confinamiento en corrales) o en modalidades intermedias entre ambas posibilidades. La elección del sistema dependerá de las posibilidades e inclinación del empresario. Las principales características de estos sistemas son:En el Sistema intensivo los animales juveniles y adultos se mantienen en corrales de 20x30 a 20x50m (se puede estimar entre 120-200 m2 por adulto) delimitados por alambrado de malla o de 10 u 11 hilos lisos, de 1.30 - 1.50m de altura o superior. Se les suministra alimento balanceado peleteado. Los huevos depositados se recogen diariamente de los corrales y se incuban artificialmente. Se puede realizar un control para selección de reproductores, especialmente hembras.Si se elige por un Sistema semi-intensivo los ñandúes se mantienen en potreros más grandes (1 a 2 ha), con infraestructura similar al sistema intensivo. Sin embargo, en este caso la principal fuente de alimentación es la pastura implantada en el lote (preferentemente alfalfa o pasturas consociadas), complementada por alimento balanceado para suplir las carencias nutricionales y el déficit de producción de pasto durante el invierno. Los huevos depositados se recogen diariamente y se incuban artificialmente. Se puede realizar una selección de reproductores, especialmente hembras. En el Sistema extensivo los ñandúes se mantienen en potreros grandes. La principal fuente de alimentación es la pastura implantada en el lote, complementada eventualmente con una ración sobre la base de grano molido o heno. Los machos son los encargados de incubar los huevos depositados por las hembras y de cuidar los pichones. Si se opta por este tipo de manejo debe tenerse en el plantel una proporción mayor de machos que en los sistemas anteriores (prácticamente igual al número de hembras), a fin de maximizar la puesta, fertilidad y productividad. Es muy difícil en este sistema realizar un seguimiento de los reproductores con fines de selección.Fuente. Análisis realizado por:Biólogo Manuel R. DemaríaINTA San LuisDr. Néstor O. MaceiraINTA Balcarce, Buenos AiresMéd. Vet. Daniel V. SarasquetaINTA Bariloche, Río Negro

TAGS:

Compartir:

Post Relacionados