HUEVOS / OVOPRODUCTOS: RECALCULANDO PARA SEGUIR CRECIENDO

HUEVOS / OVOPRODUCTOS: RECALCULANDO PARA SEGUIR CRECIENDO

Tras un buen 2015, año en que aumentó el consumo y la inversión en las granjas, 2016 comenzó para la producción de huevos y ovoproductos con otro escenario macroeconómico. El nuevo ciclo sería bueno si las nuevas autoridades facilitan la exportación -que compense una temporaria caída del consumo interno- y toman medidas que disminuyan el alto grado de informalidad con que aún se maneja la actividad.

                          

Javier Prida, presidente de CAPIA, muestra la Planificación Estratégica de la Industria Avícola Argentina 2016-2030, recientemente editada por la entidad.
-¿Cómo fue 2015?
-Fue muy bueno, de 9 puntos hasta noviembre inclusive. El consumo por persona por año pasó de 256 huevos, en 2014, a 265, en 2015, es decir un aumento de 3,5%. Pero diciembre fue un mes malo, con un achatamiento im­portante del consumo. Hasta principios de noviembre, pagábamos la tonelada de maíz $950; actualmente pagamos $1.850 y en diciembre llegamos a pa­gar $2.000. La quita de retenciones al maíz, la baja a las de soja y la devalua­ción incrementaron los costos de pro­ducción en un 52%, lo que produjo un achatamiento del consumo, por la es­tampida de precios de fin de año. Esto trajo como consecuencia una deprecia­ción del precio del huevo.
-¿El sector pudo invertir en mejoras y ampliaciones?
-En 2015, el tipo de cambio atrasado favoreció las importaciones de bienes de capital. Hubo inversiones récord por 300 M de dólares; 100 M, de impor­taciones de bienes de capital (jaulas, clasificadoras, empacadoras) y 200 M hechas en el país en movimiento de suelos, construcciones y equipamiento de galpones, y mano de obra. Tenemos 52% de la avicultura argentina auto­matizada con tecnología de punta. Para importar, desarrollarse y crecer con mayor eficiencia y rentabilidad, el gobierno anterior fue un aliado indis­cutible, que facilitó líneas de crédito a tasas blandas.
-¿Y qué pasó con las exportaciones?
– No hubo grandes cambios, con dife­rencias en más o en menos 2% respec­to del 2014. Se hizo un esfuerzo muy grande, con un dólar muy barato, para seguir exportando. Se perdieron mer­cados como Rusia que -sumada la de­valuación del real y el euro- hizo que dejáramos de ser competitios.
Según Prida, la devaluación no los beneficia para exportar porque todos los insumos (granos, genética, ami­noácidos, fosfato, vacunas y medica­mentos, equipos), menos los salarios, son en dólares. “Para exportar, esta­mos peor que antes, porque teníamos un maíz 20% más barato, aunque con un dólar malo (para vender al exte­rior). Hoy hay un dólar competitivo para exportar pero no para producir”.
Al respecto, dice que tras la deva­luación, el precio de exportación no cambió mucho, pero sí el de producción.
“Antes un cajón de 360 huevos para exportar se pagaba $261, producirlo costaba $220 y tenía una rentabi­lidad de $41. Actualmente se paga $324 y producirlo cuesta $312, es decir que deja $12 menos de ren­tabilidad.
Más allá de esta coyuntura di­fícil, la Argentina tiene abierto el mercado chino, desde febrero de 2015, aunque se espera que las au­toridades de Beijing lleguen al país para habilitar las plantas y comen­zar a exportar al gigante asiático. También en 2015, se abrió el de EE. UU., para huevo cáscara. Ambos se suman a los mercados de América, UE, Rusia, Africa y Asia donde llegan huevos y ovoproductos argentinos.
-¿Qué le piden a las nuevas autori­dades para mantener los mercados externos?
-Necesitamos herramientas finan­cieras para exportar. Es la única sa­lida en este nuevo escenario, para evitar un achicamiento del parque productivo, cosa que se dará mien­tras no se instrumenten medidas.
– ¿Qué herramientas proponen?
-Estamos buscando mecanismos que permitan exportar a quien no lo hace. Se trata de incentivar a más productores a que exporten, forma­lizando así sus operaciones.
Al respecto, Prida explica que en 2015 un 10% de la producción de huevos fue a la industria procesado­ra, del cual un 4% quedó en el mer­cado local y 6% se exportó. “Para ordenar el sector, debería ir 12% a la industria, quedando 4% en el mercado local y que la exportación suba al 8%, incrementándose así un tercio las exportaciones”, sostiene.

                          
Javier Prida, en diálogo con Gastón Guido, Editor General de SAP, manifestó la necesidad de reducir la informalidad en toda la cadena agroalimentaria.
EXPORTACION Y FORMALIDAD
Solamente un 15% de los productores exportan algo de su producción. Este bajo porcentaje se debe a: que para vender al mundo la operación deber ser formal, que la industria paga un 15 a 20% menos que el precio interno y con plazos de entre 90 y 120 días, y que las operaciones están gravadas de 10,5% de IVA y 1,75% del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta.
“El 85% de productores del sec­tor que no exporta tiene un 50% promedio de informalidad, cobran­do al contado $320 por cajón de 360 huevos y el 15% que exporta con formalidad y plazos largos de pago cobra $ 270. Así es muy difícil com­petir, -dice Prida-. Solo se puede, si se fiscaliza la actividad informal. Este es nuestro segundo pedido. La ausencia del Estado en combatir la informalidad económica es otro gran problema que tenemos”, dice.
“Queremos que el productor que no entrega a la quebradora y traba­ja informalmente solo en el merca­do interno y ve que su precio viene bajando ($350 a $300) deje de per­der, e impulsarlo a que destine un 10 o 20% de su producción a la ex­portación y en vez de castigarlo con el precio, compensarlo pagándole el precio internacional a 10 días”.
Con la propuesta de CAPIA, el pro­ductor que entregue sus huevos para exportar recibirá un cheque y -acom­pañado de la factura- podrá descon­tarlo, a una tasa blanda, en un banco oficial. Y tendría la ventaja que la in­dustria le pagaría un valor establecido por toda la producción, en el estado en que se encuentre, sin descuentos por huevos sucios, fisurados, rotos o chispeados, como sucede con los fres­cos que van al mercado interno.
“Además, lo bueno que va a tener esto es que obliga al productor infor­mal a vender a empresas a las que de­berá facturarle, generando un círculo virtuoso que obligará al pequeño pro­ductor a hacerlo también al comercio minorista. Esto se soluciona con pre­sencia del Estado en toda la cadena de producción”, enfatizaPrida.
-¿Y qué les responden desde el Go­bierno?
-Nos han dado la razón y nos dicen que la AFIP está preocupada por la infor­malidad de varios sectores de la acti­vidad agropecuaria y que la decisión del Presidente es que se paguen más impuestos y haya más controles. Y eso está bien. El Estado debe ponerse los pantalones largos porque es responsa­ble de esto.
-¿Y sobre las medidas para activar el mercado interno y facilitar la expor­tación?
-El sector avícola está en la agenda del Gobierno para buscarle una salida. Una medida fue invitarnos a Precios Cuidados. Y para la exportación están armando una línea de créditos a través del Banco Nación, para darle gimnasia exportadora a quien no la tiene.
-¿Cómo avizoran 2016, entonces?
– Esperamos un año que comienza con una calificación de 2 o 3 puntos (de 1 a 10). Paulatinamente podemos llegar a crecer y llegar en abril a 6 puntos, y tratar de cerrarlo superando los 8. Proyectamos un incremento modera­do del consumo, de 0,8%, llegando a unos 268 huevos/hab/año. Es posible. Tiene que haber una sinergia entre el Estado y los particulares. Si se produce lo más rápido posible, saldremos más velozmente de la actual situación. Si se dilata, costará más y habrá una re­ducción de planteles.
Prida encuentra voluntad y acti­tud de escucha entre las autorida­des, pero señala que “no hay muchos grandes técnicos del sector avícola en el Gobierno, para una actividad que -entre huevos y pollo- representa más del 50% de la proteína animal que se consume en la Argentina y que exporta 50 M de dólares anuales -en huevos- y llegó a hacerlo por 750 M -en pollo-”. Lo dice porque la única repartición que se ocupa del tema, en el rebau­tizado Ministerio de Agroindustria, es la Dirección de Porcinos, Aves de Granja y No Tradicionales, algo que nació en los años ’30 y nadie cambió. “No es una herencia sino una génesis. Algo está mal en esta estructura. No es que no sepan. No hay gente para po­ner, porque no existe la dirección (de Avicultura). La tienen que crear. Se lo contamos a las nuevas autoridades na­cionales y bonaerenses, que saben que lo tienen que corregir”, concluyó.
Más información: www.capia.com.ar
Fuente: Revista Solo Aves & Porcinos Nº58

 

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