El sector cárnico debe actuar con responsabilidad

Por: Daniel Urcía, Vicepresidente de FIFRA


La aparición del Covid-19 sumó un componente crítico a nuestra precaria situación de país, declarado en emergencia con anteriorioridad a la aparición del virus, y terminó de crispar los nervios entre los argentinos.

El Estado nacional, encabezado por el Presidente, reaccionó acertadamente ante la insuficiencia de recursos para atender a todos los enfermos que podrían presentarse y declaró el asialmiento que persiste hasta el presente y seguramente seguirá un tiempo más.

En ese contexto, declaró esenciales algunas actividades a efectos de garantizar el normal suministro de alimentos, medicamentos, combustibles, entre otros, para asegurar a la población los recursos básicos y continuará, a medida que se gana en experiencia, liberando otras actividades.

Cuando todo se inició, Argentina estaba en Emergencia Económica, Social, Sanitaria, etc, y continuamos en esa situación pero ahora más preocupados por nuestra salud. El nuevo escenario trajo aparejados nuevos problemas, el aislamiento generó que mucha gente se quedara sin ingresos, empresas sin trabajar y sin generar recursos económicos para hacer frente a sus obligaciones. Mayor demanda de insumos esenciales por temor a desabastecimiento, siendo un país inflacionario, con memoria y reflejos rápidos para contrarrestar los efectos, naturalmente, se produjeron aumentos de precios que hoy tienden a normalizarse. Esa mayor demanda inicial hoy está estabilizada y sobre abastecida.

Pero también es cierto que el nuevo contexto en el caso del mercado de carnes produjo cambios y mayores costos. Para empezar todas las empresas tienen en su dotación personal de riesgo que se encuentra licenciado. El cuero que venía siendo un problema por la caída continuada de su valor, pasó a ser un costo para su disposición, y las menudencias ante la falta de consumo de parrillas y restaurantes, más la falta de reuniones sociales, pierde día a día su valor. Los problemas en la cadena de pagos, ocasionados mayoritariamente, por los sectores de la economía impedidos de producir, generan inconvenientes. La circulación de los transportes muchas veces fue demorada  y también eso es costo para las empresas. También se presenta la situación de la industria del Chacinado, con una caída del consumo superior al 70% en algunos casos y podríamos seguir enumerando situaciones. A todo esto, la industria cárnica respondió satisfactoriamente, se garantizó el abastecimiento y la reposición y en ningún momento faltó carne en las carnicerías y supermercados.

Todos los eslabones fueron parte de ese logro, los trabajadores de la carne, trabajadores rurales, transportistas, ganaderos, empresarios, profesionales privados, funcionarios del Estado, periodistas, todos trabajamos y tomando los debidos cuidados no asumimos otros riesgos que no fueran superiores al que podríamos tomar al salir a comprar pan.

En el caso de la industria, trabajamos en cada jurisdicción en la elaboración de Protocolos de Actuación y se implementaron acciones de control y recomendaciones de prevención como indican los profesionales, asumiendo que es un compromiso personal e individual de cada uno de nosotros ponerlas en práctica con responsabilidad. No debería ser la policía, el médico o el empleador el que tiene que cuidarnos, somos cada uno de nosotros nuestros propios guardianes, solo con una actitud responsable estaremos más a salvo y evitaremos el contagio.

La discusión de salarios en Argentina es materia cotidiana en el marco inflacionario. En el caso de los trabajadores de la carne, y con buena disposición de trabajadores y empresarios, la recomposición viene realizándose a nivel igual o superior a la inflación en los últimos años. Solo por citar la renegociación de noviembre de 2019 se acordó un incremento de escalas que significó un aumento de 54% interanual y luego, con la aparición del Decreto 14/2020 PEN, el cual se abonó en la mayoría de los establecimientos, representó un incremento del 72% en marzo de 2020 versus marzo 2019. Esta situación llevó a que hasta el presente los trabajadores estuvieran debidamente reconocidos y con sus necesidades salariales cubiertas desde el punto de vista inflacionario.

Producida la aparición del coronavirus, la Federación de la Carne solicitó, como otros gremios, un pago adicional. El reclamo fue atendido por algunas organizaciones empresarias en carácter minoritario y, en algunos casos, pese a responder favorablemente la organización local provocó medidas de fuerza con un reclamo de mayor valor instándose los resortes de la Conciliación Obligatoria.

El reclamo y su manifestación solo puede “intentar” entenderse en el contexto general del país y por eso es que llamamos a la reflexión a los trabajadores y sus representantes para medir las pretensiones y las formas de hacerlo, estamos todos nerviosos y esa no es la mejor forma de protegernos del virus.

Todos los días vemos noticias del mundo donde se cierran empresas, en Argentina ocurre lo mismo, a un menor ritmo porque se ha logrado disminuir la tasa de contagios pero no estamos inmunes. Seamos responsables porque esto recién empieza y solo sabemos que la crisis económica se agudizará.

 


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