El sector avícola proyecta un 2023 con crecimiento e incertidumbre
La sequía, el atraso en inversiones y la falta de créditos son factores que, en el contexto de un año electoral, ponen en alerta a la producción de pollo que, en los últimos años, viene creciendo en el consumo interno.
Por: Roberto Domenech, presidente de CEPA (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas)
Fotos: Red Alimentaria
El año 2022 cerró con una producción de 2.460.000 toneladas de pollo y 257.000 toneladas exportadas por 420 millones de dólares. A su vez, el consumo en el mercado interno fue de 2.203.000 toneladas, lo cual dividido por 47 millones habitantes equivale a 46,8 kg. por habitante por año.
Para 2023 estimamos un crecimiento del 1,5% canalizado fundamentalmente en la exportación, esperando llegar a 300.000 toneladas por un valor aproximado de 500 millones de dólares.
Asimismo, continúa el atraso en inversiones que atentan contra la mejor productividad, y la falta de créditos demoran proyectos por más de 16.000 millones de pesos.
Se puede decir que 2022 fue un año relativamente bueno para el sector avícola, en el que la demanda de carne bovina por la exportación y, lamentablemente, la guerra entre Rusia y Ucrania, movieron los mercados internacionales y eso fue positivo para nosotros.
En ese sentido, proyectando 2023 esperamos seguir en la misma relación. No obstante, la sequía que estamos atravesando tendrá consecuencias dentro de Argentina que afectarán cualquier proyección. Liquidación de ganado, mortandad, malos servicios, entre otros, son factores que complicarán la disponibilidad.
La incertidumbre en el volumen de producción de maíz y las fechas de cosecha son otro factor distorsivo. Todo esto, además, en un año electoral.