CON ACUERDOS Y DISENSOS, EL SECTOR PORCINO ARGENTINO SIGUE CRECIENDO EN EL PAÍS Y MEJORA SU PERFORMA

Por Gastón Guido
Periodista
Editor General Solo Aves & Porcinos
ggcomunicacion@fibertel.com.ar

Con un crecimiento anual promedio de producción y consumo de alrededor de 10% en los últimos 5 años y exportaciones por unas 16.000 t, estimadas al cierre de 2018, con un incremento de 225% respecto de 2017, podría decirse que el sector porcino argentino sigue creciendo y surfeando sus dificultades macroeconómicas con un norte definido: aumentar su participación en el consumo interno de carnes y ganar mercados externos.

Pese a las adversidades económicas que la afectaron como a toda la producción vinculada con la demanda doméstica, la actividad porcina argentina tiene en la posibilidad de seguir cr eciendo a través de la exportación.
Pero es sabido que en el mismo lapso, y especialmente en los algo más de 3 años de gestión de la administración Macri, sigue habiendo opiniones y puntos de vista divergentes entre los representantes del sector y las autoridades nacionales de Agroindustria, más allá de la básica coincidencia de ambas partes, respecto del golpe que significó la crisis macroeconómica para esta actividad, no exenta de las consecuencias que trajo a toda la actividad productiva.
Para el Ing. Industrial Lisandro Culasso, recientemente elegido presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos (AAPP), vicepresidente del Grupo de Intercambio Tecnológico de Explotaciones Porcinas (GITEP) y titular de Isowean, empresa productora de cerdos en Monte Buey, Córdoba, con una granja de 3000 madres que se ampliará a 5.000, en mayo próximo, “el año 2018 fue el más difícil y con más cambios que afectaron al sector desde que me inicié en la actividad, hace 15 años. El año 2009, cuando se desató la gripe H1N1 (mal llamada gripe porcina) fue un año difícil, por la caída abrupta de los precios, pero 2018 fue más complicado debido a la cantidad de variables que se movieron y afectaron la rentabilidad a la actividad porcina”.

Lisando Culasso: “Vamos a defender la producción porcina, sin importar su tamaño ni su ubicación geográfica

Culasso sostiene su afirmación en una mezcla de limitantes que se dieron el año pasado y que “afectaron el margen del negocio. Principalmente, la devaluación, ya que aproximadamente el 80% del costo de producción está dolarizado, y que el precio de venta del capón en pie responde a la oferta y la demanda interna, con lo cual luego de una devaluación lleva varios meses ajustar el precio de venta al público”.
Al respecto, detalla que el incremento del precio de los principales insumos (maíz y soja) en el primer semestre, que luego volvieron a valores similares a los de comienzo de 2018 y cita, la rebaja del IVA ventas a la carne porcina, que pasó de 21 a 10,5%, en febrero de 2018. “En momentos de baja rentabilidad, el crédito fiscal del IVA compras no es compensado con el débito fiscal del IVA ventas, y el productor empieza a acumular crédito fiscal, que le quita capital de trabajo. Esta situación se agrava para los productores que estaban haciendo inversiones, que se les incrementaron 20%, producto de la acumulación del crédito fiscal”
Acuerdos y disidencias
Del otro lado del mostrador, el Ing. en Producción Agropecuaria y subsecretario de Ganadería de la Nación,Rodrigo Troncoso, coincide y disiente al mismo tiempo con Culasso en distintas cuestiones vinculadas a la realidad porcina.

Rodrigo Troncoso: “Estamos trabajando todos para que, solucionada la macroeconomía, el sector vuele alto”.

“Sabemos que la carne no ajusta el mismo tiempo que los insumos. Nos pasó en 2015 y 2016 (al quitarse las retenciones a los granos), y también este año. En el sector porcino, el ajuste del capón a $41/42 por kg(valor actual) fue bastante más rápido de lo que yo hubiera imaginado, no así el del costo. El kg de capónestuvo históricamente al valor de USD1. Cuando la divisa estaba a $20, eso mismo valía el capón. Al devaluarse hacia los $30, tardó en llegar a ese valor y ahora el capón ya está en $42. El precio del producto está relacionado con el consumo y el costo tiene otros factores. Hoy el kg vivo de capón está sobre el dólar y está mejor que lo que estábamos hace un año (0,95% de dólar)”.
Al respecto, distintas fuentes del sector estiman el valor por kg vivo de capón aumentó 56% en 2018respecto de 2017, superando a la inflación anual, estimada en 48/50% (al cierre de esta edición no se conocía aún el índice del Indec para el año pasado), pero por debajo de lo que subieron el maíz (113,8%) y la soja (98%), los principales insumos de la alimentación de los cerdos.

Donde sí hay diferencias de fondo y alguna coincidencia parcial entre el titular de la AAPP y el funcionario nacional es en las motivaciones y explicaciones de por qué se bajó el IVA al sector y cómo influye en los productores porcinos.
Para Troncoso “la rebaja del IVA a 10,5% es un logro para acompañar el desafío del sector porcino en el mercado interno, para que pueda competir con las otras carnes, devolviéndole $1.200 M anuales. Por ahora, el mercado absorbe el crecimiento anual que tiene la producción, pero en algún momento lo va a dejar de hacer, y el desafío que tenemos es conseguirle mercados externos” explica.
Y agrega que “la baja del IVA perjudicó a los productores que basaban su crecimiento porcino con IVA ventas al 21% para recuperar IVA del negocio agrícola, del que también participaban, vendiendo con IVA de 10,5%. Sabíamos del impacto de esa decisión que quita ese incentivo de traslado del IVA para el sector porcino, limitando a aquellos productores que quieren invertir en ese modelo de negocios”.
“Quisimos priorizar al negocio porcino ‘per se’, beneficiando a quienes quieren vender carne. Porque en algún momento se iba a limitar el consumo del sector porcino por su diferencial de IVA respecto de las otras carnes. También se bajó el IVA al 10,5% en la harina de soja que también era una corrección que nos debíamos. Sí tienen razón (los productores) -admitió- en que la aplicación del IVA a la inversión: es un problema que no pudimos resolver”.
Exportaciones e importaciones
La suba del tipo de cambio haría pensar que las exportaciones porcinas, un rubro incipiente pero creciente en el país habrían sido beneficiadas. Aquí también se produce un contrapunto entre Culasso y Troncoso.
Para el titular de la AAPP, “desde agosto se notó un impacto positivo en el resultado del negocio de la exportación de carne congelada. Pero el ‘veranito’ duró poco. Dos meses después (octubre), el número empeoró y se equiparó al del mercado interno por la baja de los reintegros y la reinstalación de las retenciones a la exportación”.
Lo cierto es que más allá del empate técnico al que alude Culasso las exportaciones -según Troncoso-“van dando su resultado, con 200% de crecimiento en 2018, respecto de 2017. Todavía el volumen es chico -admite-, porque se están dando los primeros pasos, pero crecer al doble es importante”, destaca.
El funcionario destacó que, en 2018, los exportadores argentinos de carne de cerdo tuvieron, por primera vez, su stand en la ANUGA, feria internacional de la alimentación que se realiza en Colonia, Alemania,acompañados por la Agencia Argentina de Inversión y Comercio Exterior (AAICI), y resaltó que “en los próximos años, cuando puedan abrirse otros mercados, será posible posicionarnos en otras ferias”.
Al respecto, mencionó que queda pendiente poder cerrar el protocolo sanitario para exportar a China,pero se sigue avanzando en negociaciones importantes para el sector, para seguir cerrando acuerdos sanitarios con varios países.
Respecto de este tema, Troncoso señaló que “Argentina, en 2018, fue reconocida por la OIE como libre de peste porcina clásica, lo que impactará positivamente en la apertura de mercados, inclusive facilitando la negociación con China”.
También mencionó que “puertas adentro se estableció un manual de contingencia en bioseguridad,capacitando, con los principales técnicos del mundo, en PRRS (síndrome reproductivo y respiratorio porcino por su sigla en inglés), a técnicos del Senasa y de las empresas productoras.
La mención de esta enfermedad remite directamente al tema importaciones, específicamente porque EE. UU.,país que la padece y al cual la Argentina -libre de ella- le abrió el mercado para sus cortes porcinos, tiempo atrás, generando la reacción negativa de toda la cadena productiva porcina nacional.
Para Troncoso, pese a que se estima que 2018 habrá cerrado con unas 42.000 a 43.000 t de importación de carne porcina (al cierre de esta edición no estaban disponibles los volúmenes ingresados en diciembre), con un crecimiento de 13 al 15%, respecto de 2017, “hay que seguir trabajando para la exportación y el crecimiento, y no estar tan pendiente de qué entra o no importado. En 2018, se habrá exportado un 225%más que en 2017 y vamos a acompañar (a la producción) para llegar a una balanza comercial de equilibrio”, aseveró.
En este sentido, Troncoso puntualizó que durante 2018, rechazados algunos amparos judiciales interpuestos por las provincias patagónicas, respecto de modificaciones reglamentarias preexistentes, que no tenían sentido técnico, se habilitó el ingreso a la Patagonia (zona que tiene escasa producción local y que se abastece de carne importada principalmente de Dinamarca) de carne porcina producida al Norte del Río Colorado. Por lo tanto, desde este 2019, se ofrece un mercado potencial adicional al grueso de la producción porcina nacional de unos 2 M de habitantes de esos distritos.
“Si se hace la cuenta teórica de que cada uno de esos 2 M de habitantes consuma 15 kg por año (promedio nacional estimado), se agregarían unas 30.000 t de consumo de carne porcina, que si se suman a las 16.000 t (estimadas) que se exportaron en 2018, superarían a las 43.000 t (estimadas), que se importaron en el año pasado”, explicó, ratificando que “seguimos con la línea que Argentina quiere competir en el mundo con una apertura de ida y vuelta, buscando más exportaciones y así -sostuvo- las importaciones encontrarán un equilibrio y la producción seguirá creciendo a un ritmo de 10% anual, como en los últimos 3 años.
Diálogo y respuestas
Más allá de las diferencias sobre el IVA y cuestiones sanitarias vinculadas al control de las importaciones, sobre las cuales Culasso opina que “no tuvimos la respuesta que esperábamos del gobierno”, el titular de la AAPP destacó que “el dialogo con el gobierno nacional es muy bueno. Tanto con la Subsecretaría de Ganadería, como con el Senasa, tenemos un diálogo fluido. Entendemos las limitantes que se les presentan, pero seguimos llevando propuestas para mejorar la producción y hacerla más segura sanitariamente”.
No obstante, enfatizó que “los productores la están pasando muy mal, por la situación macroeconómica y especialmente por las altas tasas de financiación, una situación muy complicada, que no es muy diferente al del resto de las cadenas que tienen al mercado interno como su principal mercado”, admite.
“Es la principal limitante económica. Es imposible acceder a créditos con las actuales tasas de interés para financiar algún proyecto, porque ningún negocio las soporta. Y, por otro lado, ahoga financieramente al productor, que no dispone de capital de trabajo propio”.
Culasso enfatiza en que “en lo productivo y sanitario, es importante que los productores pequeños actualicen sus sistemas de producción a través de un trabajo conjunto y en esquemas asociativos.Se ha generado una brecha tecnológica y productiva muy grande entre los productores pequeños y los más grandes, que acceden a tecnología que le permite alcanzar niveles de productividad que eran soñados hace pocos años atrás.
Ante esta descripción de la brecha existente entre productores porcinos de diferente escala, Troncoso opina que “más allá de las rentabilidades y eficiencias productivas, hay un trabajo que hace Agroindustria de sostener programas del INTA y otros como Cambio Rural, que pone asesores a productores que quieren integrarse y trabajar juntos para mejorar la rentabilidad y la decisión de cada productor o empresa de acercarse a ellos en todo el país. La rentabilidad no está relacionada con el tamaño del productor, sino con el manejo, la eficiencia y -a veces con las instalaciones-. Hay herramientas de capacitación por parte del Estado” -dijo- y agregó que existen inversiones de menor escala que pueden mejorar el manejo del pequeño y el mediano productor, aunque reconociendo las limitaciones dadas por la macroeconomía.
Equipos y gestión
Con la salida del Ing. Lucas Balbi, como responsable del Área de Porcinos de la Subsecretaría de Ganadería, a fines de 2018, quien tomó esa decisión ante una mejor oferta laboral en el sector privado, se especuló en las últimas semanas que su cargo no sería repuesto en el equipo que lidera Troncoso, por limitaciones presupuestarias. Tal especulación fue desmentida por el funcionario y al mismo tiempo desestimada por Culasso.
Troncoso señaló que “todavía estamos viendo si se lo reemplazará o no, ya que es muy difícil encontrar a alguien que ocupe ese lugar para una gestión que -elecciones nacionales mediante- tiene apenas 8 a 10 meses de proyección asegurada, el tiempo que un profesional proveniente del sector privado tarda en acostumbrarse a trabajar en el sector público, independientemente de quien encabece el próximo gobierno”.
“Lucas Balbi es un gran profesional que armó un equipo técnico de porcinos, que tiene 3 personas, algunos profesionales y otros en vías de serlo, con lo cual la parte más práctica del equipo está totalmente salvada. Es una decisión que pasa por el diseño del equipo que -de hecho- ya está armado y el problema será para mí que tendré que atender temas de los que antes se ocupaba Lucas. Mi desafío es ver si lo puedo absorber o lo distribuyo en el equipo que ya existe. Sí tenemos que conservar la idea de un área de porcinos, que legalmente depende de la Dirección de aves, porcinos y producciones no tradicionales.
En este sentido, Culasso coincidió con Troncoso en los motivos de la salida de Balbi y consideró que “no creo que haya un cambio de estrategia o recorte de presupuesto de la cartera en el sector porcino. La Secretaria y la Mesa de las carnes ven en la actividad una gran oportunidad para crecer en la oferta de carne fresca, para reemplazar la carne vacuna que se va a exportar”, señaló.
Corto plazo
Respecto de los objetivos y desafíos que se propone su gestión al frente de la AAPP, Culasso dijo que “la principal meta de la AAPP para los próximos 2 años será fortalecer institucionalmente a la entidad, para que sea la referente a nivel nacional de la producción porcina. Para eso, vamos a invitar a sumarse y a apoyar a las cámaras provinciales, y a las entidades comerciales y técnicas. Vamos a defender la producción porcina, sin importar su tamaño ni su ubicación geográfica. Es muy importante que los productores se acerquen y apoyen la institución”, sostuvo.
Finalmente, Troncoso, desde el sector oficial, señaló que “en 2019 continuaremos con la misma línea de trabajo, impulsando el aumento de las exportaciones”. Al respecto consideró que “el dólar con banda de flotación y no intervención, como está planteada, permitirá mantener la competitividad del tipo de cambio y debería traccionarlas”.
“El crecimiento que están teniendo y el ejercicio de conocer cómo se exporta también va a retroalimentar la buena performance. Y ese es el camino más fuerte: exportar carne para evitar un problema en los precios y en el consumo, para lo que es la cadena. Tenemos un sector porcino con una competitividad técnica insuperable, aunque no puedo hablar de macroeconomía”, dijo admitiendo las limitaciones que toda la actividad económica tiene y a la cual no escapa la producción de cerdos.
Mencionó avances en el combate a la informalidad que su área realiza junto con la AFIP, la Subsecretaría de Control comercial agropecuario (SUCCA) y el Senasa, y enfatizó en que “estamos trabajando todos para que, solucionada la macroeconomía, el sector vuele alto. Nuestro secreto es el mercado”, concluyó.
Más información:
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