Avicultura argentina, un sector resiliente ante el golpe de la Influenza Aviar
El ingreso de la IA a las granjas comerciales y la pérdida del estatus de país libre de esta enfermedad ocasionaron grandes pérdidas durante 2023, sin embargo las medidas tomadas permitieron una rápida recuperación de los mercados.
Por: Paola Papaleo, Editora General de Contenidos revista Solo Aves y Porcinos Digital.
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El Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) tuvo un gran protagonismo durante el brote de Influenza Aviar ocurrido en Argentina a partir de febrero de 2023, lo cual ocasionó la pérdida del estatus de país libre de esta enfermedad. Para conocer cómo se encuentra el sector avícula, luego de un año de ocurrido este evento que lo mantuvo en jaque durante seis meses, Solo Aves y Porcinos consultó a María Eugenia Ferrer, Jefa del Programa de Sanidad Aviar del Senasa.
Solo Aves y Porcinos (SAP): ¿Cómo afectó la epidemia de Influenza Aviar a la producción?
María Eugenia Ferrer (M.E.F): Para el sector productivo comercial y no comercial fue un golpe muy duro, sobre todo para las granjas de producción de huevos donde hubo la mayor cantidad de brotes.
Las medidas sanitarias que ejecutó y supervisó el Senasa para la contención de cada uno de los brotes, a los fines de evitar la propagación de una enfermedad tan contagiosa y potencialmente zoonótica como lo es la influenza aviar (IA), se encuentran contempladas y autorizadas por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).
SAP: ¿Cuál es la situación actual?
M.E.F: La situación actual es favorable en materia sanitaria, ya que en agosto del 2023 se pudo recuperar el estatus de país libre de IA, reconocido por la OMSA. Dicha condición se determinó por la ausencia de brotes en planteles avícolas comerciales en el país.
Si bien el sector fue muy golpeado y cada realidad productiva es distinta, en general los avicultores siguen apostando a la actividad, ya que es una producción muy importante en el sector agropecuario que, además de exportar, es una fuente laboral para muchas personas. En las reuniones establecidas entre las Cámaras de ambos sectores productivos (carne y producción de huevos) y el Senasa, sumando también a otros entes públicos, se ha coincidido en que hay que seguir trabajando en conjunto en la prevención basada, principalmente, en el refuerzo de las medidas de bioseguridad normadas en la Resolución Senasa N° 1699/2019.
También creemos que es fundamental la concientización al sector y la ciudadanía en general sobre la importancia de la notificación inmediata a Senasa ante la sospecha de enfermedades en aves.
SAP: ¿Se evalúa la posibilidad de vacunación?
M.E.F: Se está trabajando con especialistas de Red de Seguridad Alimentaria – CONICET, grupo al cual se le solicitó el asesoramiento científico-técnico para evaluar el impacto de la vacunación en distintos escenarios epidemiológicos (brotes esporádicos, brotes masivos, endemia o vacunación de contención). Por el momento, se están aguardando los resultados de las pruebas.
SAP: ¿Cuáles son las principales medidas que se implementan actualmente para evitar un nuevo brote?
M.E.F: Las principales medidas implementadas por el Senasa para la prevención de un nuevo brote de la enfermedad se sustentan en la vigilancia activa, es decir, el muestreo oficial (dirigido por el Senasa) y sistemático en planteles comerciales, de traspatio y también oportunístico en aves silvestres para la detección de IA y enfermedad de Newcastle.
A dicha vigilancia se le agregan las tareas de inspección oficial de establecimientos controlando infraestructura, bioseguridad, manejo sanitario e higiene. También promovemos la vigilancia pasiva, es decir las notificaciones de sospecha que recibimos ante síntomas compatibles con la enfermedad. Para esto, se mantienen las campañas de difusión a la CONASA, cámaras, veterinarios acreditados y productores, tanto en reuniones en terreno, redes sociales y otros medios de comunicación.
Además, sigue siendo fundamental el trabajo en conjunto de los sectores públicos-privados, con la asistencia de forma constante de los veterinarios acreditados en Sanidad y Bienestar Aviar, de las cámaras en difundir la información a los asociados y la articulación permanente entre los Centros Regionales, Veterinarios Locales y la sede central de Senasa.
SAP: ¿Qué inversión en infraestructura, tecnología o medidas de control debería hacer el sector para evitar el ingreso de la enfermedad?
M.E.F: Si bien el impacto de la enfermedad fue importante tanto para planteles comerciales como para quienes poseen aves domésticas, lo que se desprendió de las diferentes reuniones con actores público-privados es la resiliencia del sector, su voluntad de realizar mejoras en bioseguridad y colaborar con el Senasa.
Se destaca el factor humano y concientización que hoy tienen los productores. A corto plazo ya se ven resultados de lo planteado, en cuanto a notificación, información para la detección temprana y en mejoras de bioseguridad.
Las inversiones en tecnología e infraestructura para poder brindar un alimento inocuo, seguro y de alta calidad nutricional, básicamente deben ser efectivas para evitar el ingreso de la enfermedad en la granja a través de las personas u objetos y protegiendo a las aves de producción y del contacto con aves silvestres, principales reservorios de la enfermedad.
Entre las medidas, se pueden mencionar: contar con Veterinario Acreditado en Sanidad y Bienestar Avícola; malla lateral anti pájaros íntegra sin agujeros; equipos de desinfección que funcionen correctamente en el ingreso del establecimiento; control del ingreso de personas a la granja; elementos de higiene y desinfección al ingreso o egreso de los galpones, equipo de desinfección para el ingreso a la granja de vehículos y personas; tener previsto y documentado en la granja un manual de contingencia: esto es el método, lugar y recursos (materiales y de personal) disponibles para el despoblamiento y disposición final de las aves, limpieza y desinfección del establecimiento ante un brote.
Y algo que es igualmente importante, la capacitación al personal de las granjas en la aplicación de buenas prácticas de manejo, higiene y bioseguridad, la cual debe ser llevada a cabo por parte de un Veterinario Acreditado en Sanidad y Bienestar Aviar.