Influenza aviar y su impacto en Latinoamérica
Bioseguridad, prevención y comunicación son algunas de las claves compartidas por expertos de Uruguay, Brasil, Bolivia, Paraguay Colombia al explicar cómo enfrentaron el brote de esta enfermedad en la región.
Por: Paola Papaleo, Editora General de Contenidos revista Solo Aves y Porcinos Digital
Fotos: Banco de imágenes
A principios del año 2023 los países de América Latina se pusieron en alerta ante la posibilidad de un brote de Influenza Aviar que perjudicara sus producciones. La enfermedad que afectaba a países del norte, como Estados Unidos y Canadá, pronto comenzó a propagarse hacia el centro y sur del continente. Referentes de Uruguay, Bolivia, Brasil, Colombia y Paraguay contaron durante el 14º Seminario Internacional de Ciencias Avícolas que se realizó en el mes de noviembre como parte de la exposición Avícola en Conjunto con Porcinos, cómo fue su experiencia, qué medidas tomaron y cuál es su postura en el debate sobre la vacunación.
Uruguay: Vacunar para prevenir
El presidente de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA), Joaquín Fernández Cuerdo, contó que cuando comenzó la enfermedad en Estados Unidos y Europa “en Uruguay no le dimos demasiada trascendencia porque la veíamos lejos, pero cuando empezó a bajar por América Latina comenzamos a prestar atención”.
Con una producción de 2,9 millones de gallinas, ante la cercanía de la enfermedad comenzaron a reunirse con técnicos especializados del Ministerio de Ganadería quienes recomendaron como primera medida aplicar herramientas de bioseguridad, la cual “estaba un poco descuidada debido a que el país contaba con un excelente sistema de sanidad”, dijo Fernández Cueto y agregó que a partir de ese momento “los productores avícolas tomaron conciencia”.
Otra decisión que se tomó fue la suspensión de ferias de aves y solo se permitió movimiento de aves con trazabilidad.
En cuanto a la vacunación, recuerda: “Pedíamos que autoricen la vacuna antes de que ingrese el brote y nos mate las gallinas”. Así, en un principio lograron que el ministerio comprara vacunas como algo preventivo, ya que no estaban autorizadas porque aún no tenían casos en gallinas comerciales. “Pero a partir de mayo, por decreto presidencial, la vacunación fue obligatoria por lo que ya estamos aplicando la tercera dosis. Son entregadas sin costo por el ministerio de Agricultura”, explica el presidente de ALA.
Actualmente se encuentran vacunando en reproductoras y animales de postura, y esperan poder incluir la vacuna en el programa de vacunación.
Bolivia: El poder de la información
Con un plantel de 3 mil establecimientos avícolas del rubro de engorde con alrededor de 29 millones de aves por año; 540 establecimientos en el rubro de producción de huevo con 9 millones de gallinas produciendo; 36 establecimientos avícolas de reproducciones pesadas y 9 de reproducción de livianas; en Bolivia llegaron a alrededor del millón de aves sacrificadas durante el brote de Influenza Aviar.
“La influenza aviar siempre nos preocupó por lo que hace 20 años elaboramos un protocolo. Ante el brote ocurrido en 2023, lo primero que hicimos fue dialogar con el servicio sanitario de Bolivia para actualizar ese protocolo y poder contener el foco que se dio en el centro del país en aves comerciales”, informó Ricardo Alandia, productor de huevos y presidente de la Asociación Nacional de Avicultores de Bolivia.
Antes de que llegara el brote, dijo que la preocupación “era el tema de la información, por eso asignamos al director nacional del servicio sanitario y al ministro de agricultura como únicos portavoces sobre el tema de influenza aviar, porque una mala información puede tener altos costos para los productores”.
Como medidas principales también mejoraron la bioseguridad y optaron por la vacunación. “Fue una decisión como una herramienta, no como un control. Solamente en aves de larga vida, reproductoras y ponedoras comerciales”, especificó. A partir de ello tienen autorizadas una vacuna para el primer día en planta y dos refuerzos solo en reproductoras y gallinas ponedoras comerciales que son de uso obligatorio. “Vamos a seguir vacunando pero tendremos que mejorar la parte de monitoreo, porque sin ello la vacuna no va a dar la seguridad que necesitamos los productores”, sentenció Alandia.
Brasil: Diagnósticos tempranos
Brasil es el segundo productor más grande de carne de pollo, con alrededor de 15 millones de toneladas al año, de las cuales exporta 5 millones. Además, es el séptimo productor de huevos.
Ariel Mendes, Director de División de Producto de Origen Animal de FIESP (Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo), contó que “la preocupación por la influenza aviar empezó hace más de 20 años cuando hubo un brote en Chile, luego con la aparición de la enfermedad en Asia y Europa. Eso nos llevó a tener un programa de prevención para evitar que el virus entrara en el país y para prepararnos en caso de que el virus llegara”.
El funcionario resaltó la importancia de contar con un buen sistema de bioseguridad para evitar el ingreso de la enfermedad en las granjas comerciales. “Por un lado tenemos una legislación muy estricta en cuanto a las normas de bioseguridad para las empresas, pero también consideramos que el secreto está en hacer un diagnóstico temprano y tener una estructura de defensa sanitaria capaz de erradicar brotes lo más pronto posible, por lo que adecuamos los laboratorios del ministerio de Agricultura”, dijo.
A su vez, cuentan con un plan para que los laboratorios privados de algunas empresas puedan hacer diagnósticos, y realizaron simulacros de campos y capacitaciones. También consideró importante tener voceros designados que en el caso de Brasil son el ministerio de agricultura y la gremial nacional, y destacó el trabajo en conjunto entre el sector privado y el público.
Respecto a la vacunación el directivo de FIESP fue contundente: “No pensamos vacunar. La idea es tratar de erradicar brotes y centrarnos en pollos de engorde. Pero no descartamos la vacunación para el futuro, de hecho se está dialogando con los laboratorios productores”.
Paraguay: Invertir en bioseguridad
En el país ocurrieron cinco focos de brotes en aves de traspatio, “que logramos erradicar mediante el sacrificio”, describe el Dr. Anibal Romero, productor y Vicepresidente de la Asociación de Avicultores del Paraguay (AVIPAR), quien considera que “una ventaja que tuvimos para evitar el contagio es que el país tiene un clima extremadamente caluroso y húmedo, por lo que debemos tener instalaciones bien cerradas y climatizadas para producir pollos y huevos. Esto significa un cerramiento casi hermético”. Asimismo, asegura que se realizaron grandes inversiones en medidas de bioseguridad.
Desde la comunicación, Romero consideró importante “aclarar siempre que la influenza aviar no es una enfermedad zoonótica”.
Al igual que Brasil, Paraguay comparte la postura de la no vacunación: “Por el momento no vamos a vacunar. Tenemos controlados los brotes que han aparecido, que fueron muy pocos”. El motivo de la reticencia se debe a que “si vacunamos sabemos que será un golpe muy fuerte para el sector exportador de carne de pollo. Solo podría cambiar si los países importadores deciden no castigar a los que vacunan. Creo que debemos hacer un esfuerzo de contener brotes para que no ingresen a la avicultura comercial”, concluyó.
Colombia: No bajar la guardia
Gonzalo Moreno, presidente Ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (FENAVI) compartió que desde el año 2005 en Colombia tienen una norma que obliga a todo predio que tenga más de 200 aves, a que sea una granja avícola biosegura para controlar el estatus sanitario del país. A su vez, expresó que se venían preparando ante la posibilidad de un posible brote de influenza aviar, con la realización de protocolos y comunicaciones. “Hemos hecho una campaña muy grande para notificar, en el caso de aves de traspatio por ejemplo se otorga una recompensa”, indicó.
Las campañas incluyeron afianzar el mensaje de que la Influenza Aviar no es una enfermedad zoonótica, por lo que no pasa nada si se consume pollo o huevos, e informar a los trabajadores en granjas sobre los alcances de este virus. “También nos tocó alinear la información con el Instituto nacional de Salud que es el que se encarga de la salud en humanos”, aclaró Moreno.
El país cuenta con 5268 granjas avícolas en 604 municipios. Se producen 1.9 millones de toneladas de carne de pollo y 18 mil millones de huevos. Si bien no han empezado a vacunar, el presidente ejecutivo de FENAVI afirma que se están “preparando para vacunar en el momento que sea necesario. El gran problema no va a ser el costo de la vacunación, porque lo pagarían los productores al no ser obligatorio, sino el monitoreo y la vigilancia que deberá ser asumido por la autoridad sanitaria”. Por otra parte, asegura que desde el punto de vista técnico “el mayor problema de vacunar es que los productores bajan la guardia en bioseguridad con la vacuna”.
Para finalizar, el representante de Colombia dejó una inquietud: “Una gran discusión es qué pasa si estoy vacunado y llega el virus a mi granja. En la teoría aún no hemos encontrado una solución, si bien los médicos nos dicen que no han encontrado presencia del virus en aves vacunadas”.