ARGENTINA OBTUVO APOYO PARA LIMITAR EXCLUSION POR AFTOSA

ARGENTINA OBTUVO APOYO PARA LIMITAR EXCLUSION POR AFTOSA
El acompañamiento de Estados Unidos y Canadá al reclamo internacional de la certificación de la fiebre aftosa como enfermedad de "riesgo mínimo", que con manejo adecuado no amenaza la sanidad de los rodeos de países importadores ni contagia a los humanos, es el saldo más favorable para la posición argentina obtenido durante el 15vo Congreso Mundial de la carne que acaba de culminar en Canadá. Los delegados de ambas naciones se mostraron receptivos a la presentación del secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, Miguel Campos, y prometieron respaldar a la Argentina en sus esfuerzos por lograr que la Organización Internacional de Epizootias (OIE) coloque en pie de igualdad a los países libres de aftosa "con o sin vacunación". La conquista permitiría eliminar el "doble estándar científico" y terminar con las excusas "sanitarias" que actualmente frenan el ingreso de las carnes argentinas a mercados que exigen "riesgo cero" para la aftosa, como Japón, o que utilizan la presencia de la enfermedad para bajar los precios del producto. Pero la "solidaridad" en un medio tan competitivo como es el Congreso bianual de la Organización Permanente Internacional de la carne (OPIC), que reúne organismos oficiales y privados de 26 países ganaderos, tiene su contrapartida. El apoyo de Estados Unidos y Canadá al reclamo argentino responde, básicamente, a los brotes de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o "vaca loca" registrados, con pocos meses de diferencia, durante 2003 en ambos países que de ostentar los estándares sanitarios más altos del mundo pasaron a sufrir el "injusto" confinamiento de los mercados internacionales. Por eso, sus representantes entienden que un nuevo "encuadre científico" de las enfermedades en la OIE, donde se describan los riesgos sobre "bases técnica y no emocionales", permitiría limitar las restricciones para las carnes de los países con problemas de aftosa o "vaca loca" y otorgaría argumentos para reclamar la reapertura de los mercados mas renuentes ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) "Bienvenidos al club de los enfermos" fue el irónico saludo del presidente del Instituto de Promoción de carnes Vacunas de Argentina, Arturo Llavallol, a los nuevos "socios". "Es obvio que, como bien lo señaló (el secretario) Campos, ellos están empezando a padecer ahora lo que Argentina viene sufriendo desde hace más de 60 años con una enfermedad mucho más benigna que nunca contagió al ganado de ningún país y mucho menos a los consumidores", señaló el dirigente. La situación favorece el diálogo, sin embargo no se cree que la generosidad de los circunstanciales aliados ayude a apurar la reapertura de sus propios mercados cerrados para las carnes argentinas desde hace varios años a causa de la aftosa. Campos partió de esta ciudad con la promesa de que la misión técnica que revisará la situación sanitaria argentina en setiembre próximo (al año del brote de aftosa en Tartagal, Salta) estará integrada por inspectores de Estados Unidos, Canadá y México para gestionar en forma conjunta la recuperación del mercado de los países del NAFTA (North America Free Trade Agreement). Pero aún cuando los resultados de la visita fueran favorables, se estima que el reinicio de las operaciones recién podría ocurrir para el segundo semestre de 2005. Es que los dos países infectados de "vaca loca" están derivando su producción al consumo interno y no tienen apuro por importar carne argentina. No obstante las conversaciones con el subsecretario de Agricultura de los Estados Unidos, Jim Butler, y con el ministro de Agricultura y Agroalimentos de Canadá, Bob Speller, continuarán en Buenos Aires, a fines de julio próximo cuando ambos asistan, como invitados especiales, a la Exposición Rural de Palermo. Mientras tanto, la Unión Europea "ni calla ni otorga". En su intervención ante el Congreso, el comisario agrícola del gobierno comunitario, Franz Fischler, dijo que la recuperación del mercado mundial de la carne dependerá de reconquistar la confianza de los consumidores y que Europa, que en la última crisis por aftosa sacrificó 7 millones animales, no está dispuesta a poner en riesgo esa credibilidad descuidando la sanidad.

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