UNA EXIGENCIA QUE NOS BENEFICIA

UNA EXIGENCIA QUE NOS BENEFICIA
Hasta hace unos años, hablar en la República Argentina del Bienestar Animal, resultaba extraño y en muchos casos hasta molesto. Se esgrimían argumentos tales como “este es un tema de los europeos por sus problemas de producción intensiva y en confinamiento, ya que les produjeron graves epidemias durante la década de los ‘ 90, especialmente los brotes de Peste Porcina Clásica, New Castle y la “vaca loca“. Este argumento quizás tenga un alto porcentaje de verdad, aunque este tema y su discusión en el viejo continente tienen una antigüedad mayor a los problemas sanitarios anteriormente mencionados.BIENESTAR EN LA OIEDe igual modo es necesario preguntarse por qué el Bienestar tomó fuerte vigencia a principios del año 2000, inclusive en el organismo internacional de referencia de la sanidad mundial, como lo es la OIE con sede en París. Debe recordarse que allí, los 164 países miembros le dieron mandato al Director General para que forme un grupo especial de expertos con la finalidad de redactar un documento con recomendaciones para legislar sobre la materia, dándole prioridad al tema del transporte.Los argumentos expuestos en los numerosos debates ocurridos durante las Asambleas Generales del Organismo concluyeron que éste era un tema que se encontraba bajo los alcances de la sanidad animal y que tenían, en los animales para consumo humano, un impacto significativo en la calidad de sus carnes.También Estados Unidos llevó el tema a un nivel de alta exigencia en el ámbito de los frigoríficos, especialmente los de hacienda vacuna, promulgando una completa legislación en el Código Federal de Regulaciones (CFR), que debe ser aplicada por el FSIS (Food Safety Inspection Service) dependiente del Departamento de Agricultura (USDA), dentro de su territorio y exigida a los países terceros proveedores.EN ARGENTINAPara que no queden dudas, en la actualidad, un frigorífico argentino que tenga la habilitación otorgada por el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) para exportar carne bovina a los americanos (sólo cocida) puede perder automáticamente dicha habilitación si no cumple con la legislación de los EEUU en la materia. Por lo tanto, el tema pasó del ámbito de los debates académicos al de la legislación obligatoria en los Servicios Veterinarios oficiales de los principales países consumidores y productores de carne bovina.Los países productores de carne del Cono Sur como el Brasil, Uruguay y la Argentina comenzaron a cuantificar los kilos de carne bovina que se perdían por malos tratos sufridos en el establecimiento rural, en el transporte y finalmente en la planta de faena. Y para sorpresa de muchos los daños eran millonarios en dólares.El INAC (Instituto Nacional de Carnes) del Uruguay publicó en 2003 y 2004 una serie de cuadernillos con trabajos estadísticos, en donde se establecen claramente los daños en kilos y en dólares producidos por los tratos inadecuados de la hacienda bovina durante todo el proceso de producción de carne.En la primera auditoría realizada en las 10 plantas de mayor volumen de faena del país en donde se registraron el tipo, número y ubicación anatómica de los machucamientos detectados en 20.817 canales se concluyó que el 60,4% de las canales evaluadas tenían machucones, que se encontraban con preferencia en los cortes de la rueda (“el anca”) y en los flancos (“los asados”). Los valores en dólares, como expresara anteriormente, son millonarios y claramente evitables a costo cero.INTERROGANTES NECESARIOSCabe preguntarse por qué el productor se auto perjudica. Sostengo que la principal causa es el desconocimiento de lo que ocurre durante el manejo de la hacienda, ya que el cuero “tapa el problema”.El productor de ganado se esfuerza en mejorar día a día su producción a través de la optimización del manejo sanitario, la implantación de praderas y conservación de henos y granos y la incorporación de genética para obtener la máxima producción de carne por hectárea. Sin embargo desatiende los peligros de pérdida en la calidad de la carne que se producen en el proceso de carga y transporte de sus animales con destino al frigorífico. Allí se producen los hechos negativos más frecuentes y de alto impacto en la calidad de los futuros cortes cárnicos. La industria de la carne le descuenta al productor, año tras año, millones de dólares por pérdidas causadas por los machucones y por carne oscura que se generaron, casi en su totalidad, por malos tratos (rudeza), en el proceso antes descrito. Los consumidores, especialmente los que compran nuestras carnes en el exterior, manifestaron fuertemente sus exigencias en este tema y han logrado que se promulguen normativas para la protección de los animales.Las mismas han llegado a nuestro país para su cumplimiento tanto en el ámbito de la planta de faena (de carácter obligatorio) como en el ámbito del campo y transportes (aún voluntarias). Por otro lado, es de tanta importancia el tema que la Organización Mundial de Epizootias(OIE), ha recibido este año el mandato de sus países miembros (167-2005) para asumir el rol de referente mundial y elaborar las normativas internacionales en materia de Bienestar Animal.* Medico VeterinarioFacultad de Ciencias Veterinarias de TandilLa presentación completa de este documento puede consultarse en www.cuencarural.com

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