SOLO AVES & PORCINOS EDICION 29: PRODUCCION SUSTENTABLE TRATAMIENTO DE LOS RESIDUOS AVICOLAS
Por Lic. Corina Bernigaud y Vet. Francisco Federico*
La avicultura es una de las ramas de la producción animal de mayor importancia a nivel mundial ya que contribuye a satisfacer las necesidades proteicas de la población. Esto se logra a partir de la explotación de dos de sus producciones básicas: la producción de carne y huevo.
Durante los últimos años, en la mayoría de los países ha aumentado continuamente el consumo de carne de pollo, lo que equivale a un incremento paralelo de la producción anual de estas aves. Conjuntamente al aumentar la producción avícola, aumenta la cantidad de excretas.
Si bien las excretas animales son recursos valiosos como fertilizantes, estas pueden convertirse en el mayor obstáculo en el desarrollo futuro de esta industria si su impacto en el ambiente no se controla adecuadamente.
Además, el gran crecimiento urbano ha significado que muchas de estas granjas quedaran dentro de las zonas urbanas o peri-urbanas, generando conflictos de polución de suelos y aguas y aumento de plagas sinantrópicas (moscas y roedores) que pueden conllevar a grandes problemas de salud pública (zoonosis). También se pueden producir problemas de convivencia con el entorno debido a los olores desagradables que se generan. La existencia en dichas granjas de instalaciones inadecuadas, la falta de controles sanitarios ajustados, así como el mal manejo de los desperdicios de la producción (cama y guano, etc.) se contraponen a los conceptos básicos de higiene y de preservación de la salud pública, haciéndose indispensable el cumplimiento de dichos conceptos. Actualmente, los residuos sin tratamiento de la producción primaria son esparcidos en los campos vecinos a las granjas o son trasladados varios kilómetros con el objetivo de abonar producciones frutales. Estas prácticas están totalmente desaconsejadas debido a las grandes cantidades de contaminantes que esparcen y al riesgo sanitario. Por lo tanto es necesario encarar políticas socio-ambientales de tratamiento de residuos con el objetivo de mejorar la sustentabilidad de la actividad avícola, la higiene y la seguridad sanitaria del sistema.
Los principales países importadores de nuestras producciones exigen incorporación de sistemas de calidad a los sistemas productivos. Uno de los puntos en los que se hace especial hincapié dentro de ellos es la forma de disposición de los residuos generados, lo cual debe estar enmarcado dentro de una política de producción sustentable. Además, es necesario incorporar dentro de esta política, mejoras en cada uno de los puntos que hacen a la cadena de producción, junto a una toma de conciencia de todos los actores de esta cadena, si queremos seguir compitiendo a nivel internacional. Por lo tanto, no se debe dejar librado al azar el tratamiento de residuos, siendo el saneamiento una responsabilidad de todos los actores intervinientes.
Debido a la situación existente es que se buscan diferentes alternativas al tratamiento de los residuos con el objetivo de disminuir la polución, pudiendo obtener, por otro lado, beneficios económicos a través de la transformación de los mismos.
La crianza de las aves en galpones de producción conlleva a la generación de grandes cantidades de residuos, como ser la cama utilizada en la cría de parrilleros, el guano de las ponedoras y las aves que mueren diariamente en estos sistemas de producción. En la actualidad, la disposición de los residuos avícolas se lleva a cabo mediante diferentes alternativas, como ser incineración, entierro en fosa séptica, biodigestión y compostaje. Las dos primeras metodologías son desaconsejadas debido a la contaminación ambiental que producen. La biodigestión es una buena opción de tratamiento de los residuos, pero demanda una alta inversión inicial, a diferencia del compostaje que es una alternativa de fácil realización y bajo costo.
COMPOST: UNA OPCION AMBIENTALMENTE AMIGABLE
El compostaje es un proceso de tipo físico, químico y microbiológico de transformación de la materia orgánica, producido en condiciones aeróbicas, que da como resultado compost, CO2, H2O, calor y la higienización del material final. El objetivo de realizarlo es lograr que la actividad de múltiples poblaciones de microorganismos trabajen en condiciones preferentemente aeróbicas mesotérmicas (entre 10° y 40°C) y termogénicas (entre 40° y 75°C) para asegurar la pasteurización del producto. Este proceso genera finalmente un producto estable maduro, de color marrón oscuro o negro ceniza, sin olores desagradables, denominado compost. Los procesos deben ser letales para organismos patógenos, parásitos y elementos germinativos como esporas y semillas.
Esta metodología es la más adecuada desde el punto de vista ambiental, ya que permite la eliminación de microorganismos sin contaminar el medio, no genera efectos indeseables en la población y valoriza estos residuos en productos que pueden ser utilizados como abono.
Una consideración importante a tener en cuenta en la generación de este proceso es que se debe partir de una mezcla de diferentes residuos que aporten una relación carbono/nitrógeno (C/N) óptima, considerándose relaciones entre 25 a 35/1 como las más adecuadas. Esta relación se obtendría homogeneizando diferentes residuos, como ser cama de pollo y guano (ricos en nitrógeno) con pasto seco, que aporta el carbono necesario. Un ejemplo de una mezcla con una relación adecuada de C/N producida a partir de residuos avícolas y aserrín se puede observar en la figura 1.
Existen otros residuos originarios de otros sistemas de producción, que también pueden ser utilizados en la elaboración de compost, los cuales detallan en la Tabla 1.
Además, la producción de un buen compostaje requiere de dos consideraciones importantes, como ser airear las mezclas dos a tres veces por semana mediante volteo y mantener una humedad adecuada durante todo el proceso con el fin de lograr la fermentación aeróbica. Dependiendo de la época del año la duración de este proceso puede llegar a durar de 3 a 6 meses.
Actualmente en la crianza de parrilleros, los granjeros realizan una práctica que consiste en apilar la cama usada dentro de los galpones. Luego de apilada, la misma debería ser humedecida, para posteriormente, en algunos casos, ser cubierta con una tela plástica durante 5 a 7 días. Bajo estas circunstancias se generan ciertas condiciones que favorecerían la fermentación y la eliminación de larvas de insectos y artrópodos, bacterias, virus y hongos.
En la E. E. A. INTA Concepción del Uruguay, a partir del año 2009, se comenzó a trabajar en la gestión ambiental de los residuos generados por la avicultura. Se llevan a cabo diferentes ensayos de investigación en esta temática.
Uno de ellos fue la evaluación de distintos componentes, tales como pasto seco, guano, cama de pollo y contenido ruminal, con el fin de lograr la mezcla adecuada para la obtención de un buen compost. Por otro lado, se realizan estudios en galpones de pollos parrilleros con el objetivo de evidenciar la eficacia del tratamiento de la cama por calentamiento. Todas estas investigaciones se realizan gracias al apoyo y colaboración de las empresas avícolas del sector. Con estos lineamientos pretendemos acercar al productor alternativas y soluciones de tratamientos de los residuos que cumplan con las normas sanitarias y sean factibles de realizar sin afectar el entorno.
*Área Producción Animal. Laboratorio de Nutrición Aviar. EEA Concepción del Uruguay.