RUSIA RESTRINGE COMPRAS DE CARNE 
DE BOVINO MEXICANA
Desde el 2011, Rusia desplazó a Japón como el primer destino de las exportaciones mexicanas de carne de res congelada y era visto por las empresas engordadoras como un destino promisorio.
En el primer semestre del 2012, México envió carne congelada y deshuesada al mercado ruso por 85 millones de dólares, registrando un crecimiento interanual de 68.3 por ciento.
México también se verá afectado porque vende alrededor de 1.4 millones de becerros al año a EU, alcanzando un valor superior a los 600 millones de dólares. Los animales son engordados ahí y muchos de ellos reexportados.
La medida se dictó el sábado pasado, un día después de que el Senado de EU aprobó un proyecto de ley que busca sancionar a los violadores de derechos humanos rusos.
Las autoridades veterinarias y fitosanitarias rusas argumentan que la ractopamina afecta el sistema cardiovascular humano, lo que es negado por Estados Unidos.
Ron Kirk, representante comercial de Estados Unidos, dijo que su país estaba “muy preocupado” por esa decisión de Rusia, “la cual parece ser inconsistente con sus obligaciones como miembro de la Organización Mundial de Comercio”.
AFECTACIÓN, PARCIAL
En México, no todas las empresas que exportan a Rusia estarían afectadas. Francisco Espinoza, programador de embarques para el mercado exterior de Grupo Viz, dijo que en sus plantas no se utiliza la ractopamina, lo cual podría beneficiarles.
Las exportaciones de Estados Unidos de carne de res y cerdo a Rusia se verían en desventaja ante los productores de China y de la Unión Europea, donde la ractopamina está prohibida.
La ractopamina se utiliza como un aditivo para los alimentos animales que hace la carne más magra, pero países como China han prohibido su uso a pesar de la evidencia científica de que, según la agencia Reuters, el compuesto no representa ninguna amenaza para la salud.
El gobierno ruso replicó que la inadmisibilidad del uso de la ractopamina fue expresamente publicada hace más de un año, por lo que la medida aplicada no guarda relación con la nueva ley estadounidense, llamada Magnitski.