REVISTA AMERICARNE EDICION 88: MEDIOAMBIENTE/ RECONVERSION AGROINDUSTRIAL /EL CAMINO A LA SOSTENIBIL

REVISTA AMERICARNE EDICION 88: MEDIOAMBIENTE/ RECONVERSION AGROINDUSTRIAL /EL CAMINO A LA SOSTENIBIL
Por Lic. Diego Osuna*
La ley 24051 de residuos peligrosos, sancionada en el año 1992 conforme lo imponía el convenio de Basilea, se constituyó en el punta pie inicial de un cambio en la industria alimentaria. Aunque el mismo fue lento, supuso una iniciativa para considerar e implementar un tratamiento de los efluentes. Es decir, de todas las aguas utilizadas dentro del predio de la planta elaboradora.
Así es como las enormes lagunas de estabilización ganaron el paisaje de frigoríficos y otros emprendimientos en áreas rurales. Al mismo tiempo las plantas compactas de tratamiento biológico se impusieron dentro de los escasos espacios de las industrias en lugares urbanos, al punto de conquistar los techos de algunos elaboradores de chacinados por no hallar suficientes metros cuadrados en el suelo firme de las mega ciudades.
La operación y mantenimiento de estos verdaderos reactores biológicos ha sido errática por diversos motivos, entre los que se encuentran: el desconocimiento de la conducción de las biomasas que constituyen el corazón de las plantas depuradoras, grandes oscilaciones de cantidad y calidad de efluentes, etc. Razón por la cual, la agroindustria alimentaria aún es propietaria de una gran deuda: una gestión ambiental sustentable.
EL FRACASO DEL CONTROL POLICIAL
La fiscalización del cumplimiento de la ley se rige bajo el concepto “end of pipe” (control al final del caño), que suponía que cada industria podía tratar sus efluentes como mejor le pareciera, siempre y cuando los valores analíticos de las descargas cumplieran los parámetros máximos aceptados. Así fue como hubo una multiplicidad de organismos de control con poder de policía para el monitoreo de la performance ambiental de cada empresa. Según la jurisdicción la autoridad podía ser: el municipio, el estado provincial, el estado nacional, prefectura, etc.
Claramente este sistema de monitoreo basado en multas, intimaciones y amenazas de clausuras de vuelco que nunca se efectivizaban no se corresponde con nuestra cultura nacional. Pocos inspectores, jurisdicciones en disputa, muestras diluidas y puntuales que no eran representativas de la gestión ambiental de las empresas ha sido el resultado de ésta estrategia de contralor que hoy deja su huella en el estado actual de las grandes cuencas hídricas como la del Matanza-Riachuelo, Salí-Dulce, Uruguay, Negro, etc.
Actualmente es mayor la presión ejercida por la conciencia social manifestada mediante: denuncias vecinales, inclinación por el consumo de marcas “verdes” y recientemente la exigencia en el mercado europeo de la rotulación de la “huella de carbono” que cuantifica el impacto ambiental que deja un alimento durante todo su ciclo de vida.
 
DEL TRATAMIENTO A LA TRANSFORMACION
Conceptualmente el “tratamiento” invita a un enfoque de remediar el agua “sucia”. Con esta perspectiva, a lo mejor que podríamos aspirar es a no “enfermar” el entorno.
En cambio, podríamos ver el agua residual como un potencial energético plausible de ser “transformado” en algo útil para la empresa y el medio ambiente que la rodea.
Esto es perfectamente posible en la agroindustria alimentaria, cuyo efluente es contaminante por su contenido en materia orgánica, pero no es tóxico, dado que en ellos no se encuentran metales pesados, sustancias organocloradas ni ningún otro veneno.
Hoy en día la transformación de efluentes y residuos, no solo permite cumplir con los requisitos legales sino que también representa una excelente oportunidad para:
         Ahorrar energía.
         Minimizar desperdicios.
         Mejorar el posicionamiento del sector y de la marca.
         Fertilizar cultivos, etc.
En el caso particular de los criaderos de aves, porcinos y de engorde a corral, también es posible valorizar los campos “decapitados” o desprovistos de su capa de suelo fértil mediante una adecuada gestión de sus residuos.
EL PLAN NACIONAL DE RECONVERSION INDUSTRIAL
En el marco de las acciones impulsadas por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable tendientes a mejorar el desempeño ambiental de las industrias, se ha iniciado el Plan Nacional de Reconversión Industrial (PNRI).
Este Plan conjuga un trabajo interdisciplinario donde Estado, particulares, ONGs y profesionales convergen todos sus esfuerzos para empezar a construir una Argentina ambientalmente responsable.
Este Plan ha sido diseñado contemplando los sectores geográficamente más comprometidos con la contaminación ambiental.
• La Cuenca del Salí Dulce.
• La Cuenca Matanza Riachuelo.
Adicionalmente, se han definido prioridades sectoriales para abordar en primera instancia aquellos sectores que presentan mayor impacto en términos ambientales, los mismos son:
1- Las papeleras.
2- Las azucareras.
3- Las citrícolas.
4- Las petroleras.
5- Las químicas .
6- Las galvanoplastias.
7- Los frigoríficos.
8- Las curtiembres.
OBJETIVOS
El desafío prioritario es reducir la contaminación y la generación de residuos industriales, contribuyendo a recuperar en el mediano y largo plazo los recursos naturales y mejorar la calidad de vida de los habitantes.
Al mismo tiempo se busca que las empresas puedan seguir produciendo, conservando las fuentes de trabajo y adoptando progresivamente la responsabilidad en el cuidado social y ambiental “per se”.
En este contexto, sería pasar de soluciones ambientales “end-of-pipe” a un esquema preventivo con optimización del uso de los recursos, crecimiento económico, incremento de productividad y eficiencia, y al mismo tiempo la preservación del ambiente. 
UNA PLATAFORMA PARA LA GESTION DE LOS PROYECTOS DE RECONVERSION
La asociación de proveedores de la industria de la  alimentación (ADEPIA), ha entendido que tiene un rol fundamental en sensibilizar a las pymes productoras y elaboradoras de alimentos sobre éste nuevo paradigma de la sustentabilidad, a la vez que debe posicionarse como un actor destacado en la implementación de los planes de reconversión industrial.
Por tal motivo, durante el 2011 se lanzó ECOADEPIA: Una plataforma de Gestión Tecnológica para una producción de alimentos más limpia.
En dicha plataforma convergen las necesidades de mejoras tecnológicas, por un lado y por el otro, la oferta de bienes y servicios especializados para el sector, representados por más de 40 empresas asociadas.
Desde dicha plataforma, se gestionan los programas y proyectos de reconversión y mejora de la competitividad   con la intención de:
         Incorporar mejoras en los procesos para hacerlos energéticamente más eficientes
         Aprovechar los productos residuales como subproductos, tal es el caso de proteínas, grasas y biogás.
         Depurar y transformar los efluentes en biofertilizante para riego y/o reúso en procesos.
         Valorizar los residuos reciclables y compostar los orgánicos para abonar cultivos.
         Articular con el sector público (municipios, estados, universidades e institutos) para aprovechar los instrumentos financieros de apoyo y posicionar a la empresa con una imagen sustentable.
UNA OPORTUNIDAD HISTORICA
Estamos frente a una oportunidad histórica de remediar una cuestión desde siempre pendiente: La adecuación de los procesos industriales/productivos para evitar contaminar el medio ambiente, a través de un programa de producción más limpia.
Producir más limpio es, a la vez, menos desperdicio, más ahorro energético y mejor ambiente de trabajo.
Hoy existe la presión, pero también existe una gran oferta de tecnologías, servicios e instrumentos financieros que pueden conjugarse e incorporarse a la producción de alimentos y así transitar  el camino del desarrollo sostenible.
*OSUNA consultores
www.efluentes.com 
Teléfono: (011) 155 144-2560
Adepia
(011) 4951-3118
www.adepia.org

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