PRODUCCIÓN DE CERDOS EN ARGENTINA: SITUACIÓN, OPORTUNIDADES, DESAFÍOS.
Luego de la devaluación de la moneda ocurrida en 2002, las condiciones macroeconómicas para la producción porcina mejoraron considerablemente, especialmente por el encarecimiento del cerdo importado y el mejoramiento de los precios internos en términos reales. Esto permitió que en los últimos años se vislumbrara una clara recuperación de la actividad porcina: hoy se estiman a nivel país 3.437.000 cabezas (Área Porcinos. Dirección de Ovinos, Porcinos, Aves de Granja y Pequeños Rumiantes con datos de SENASA) y una cantidad de madres en estrato comercial que alcanzan a 345.000 (Millares, 2012). En cuanto a la distribución del stock nacional por provincia, existe una marcada concentración en las de la Pampa Húmeda, donde Buenos Aires posee el 26.77 %, Córdoba el 24.45 % y Santa Fe el 20.42 %. El resto del país tiene el 29 % del stock, destacándose por su importancia Salta, Chaco, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Santiago del Estero y San Luis.
En lo que hace a los indicadores de eficiencia productiva se estima que un 39 % se encuentran bajo sistemas de producción en confinamiento con una productividad promedio por madre/año de 20 animales terminados. El 61 % restante de las madres se encuentran bajo sistemas de producción a campo o mixtos (a campo con alguna etapa intensificada) cuya productividad por madre/año se estima alrededor de 10 a 14 animales. Es precisamente en este estrato productivo donde se observa una gran brecha productiva, ya que situaciones mejoradas (sistemas al aire libre o mixto con manejo intensivo) alcanzan valores de 16 a18 capones por madre/año.
En lo que hace a los sistemas de producción el sector vivió en los últimos años un proceso de transformación. Si bien los sistemas de producción de pequeña y mediana escala productiva (10 a 200 madres) son los que prevalecen en el país, se ha producido un importante aumento en el número de productores que a partir de estratos de 100 madres han confinado parte o talmente sus animales convirtiéndose en empresa tecnificadas de mayor eficiencia productiva.
También se ha observado en estos últimos años la instalación de megaempresas altamente tecnificadas y con índices de eficiencia productiva equiparable a los sistemas más eficientes a nivel mundial.
Los sistemas de pequeña y mediana escala totalmente a campo o mixto se caracterizan por ser una alternativa de producción adecuada a productores de moderada escala dado que permiten un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, de las capacidades sociales y con una base sustentable sobre principios ligados al respeto ambiental y al bienestar animal.
Indicadores
En lo referente a producción de carne se obtuvieron 331.000 tn, con un aumento respecto al año 2011 de 9.8 %. Durante al año 2012 se importaron 30.604 tn de carne provenientes principalmente de Brasil y Chile, representando una disminución del 45 % con respecto al año anterior, los principales productos importados fueron carne fresca y en cifra menos importantes fiambres y chacinados.
Por otro lado, Argentina exportó durante el año 2012 6.968 tn de productos porcinos, lo que representa un aumento con respecto al año anterior del 30 %.
El consumo de carne de cerdo durante el mismo año alcanzó 8,55 kg por habitante/año. Analizando la evolución del consumo con respecto a las últimas dos décadas se registra un aumento cercano al 35 %, y si se discriminan los componentes de este consumo se observa que hace dos décadas el consumo de carne fresca era de aproximadamente 1 kg, mientras que en la actualidad alcanza aproximadamente los 4,5 kg (Magyp, 2012).
Oportunidades y desafíos
La producción porcina de Argentina se desarrolla en un nuevo escenario de oportunidades y desafíos que tiene su fundamento en los aspectos que se detallan a continuación.
Mercado interno: es la prioridad del sector continuar posicionando el consumo de carne fresca de cerdo que, como se mencionó, se sitúa en los 8,64 con una participación de más de 4 kg de consumo fresco. Según las estimaciones (PEA 2011; Fundación Mediterráneo, 2011) el país podría alcanzar en los próximos años los 14 kg de consumo de carne de cerdo, con un partición cercana a los 10 kg de fresco. Esto permitiría aumentar la faena de cerdos a más de 8 millones de cabezas y la producción de cerdos a más de 700.000 tn. Esta oportunidad se genera a partir de la caída del consumo de carne bovina que ocurrió en el país y que abre una oportunidad para que la carne de cerdo se posicione como una carne sustituta. Para alcanzar estos objetivos se necesitará seguir informando sobre las características y bondades de la carne de cerdo y adecuar el precio en la góndola que en la actualidad se encuentra en muchos cortes muy por arriba del valor al cual podría ofrecerse. Si esto ocurre es muy probable que el crecimiento del consumo sea exponencial.
Mercado externo: En la actualidad se consumen a nivel mundial 104.363.000 tn. De este total, 7.237.000 tn son de intercambio entre países. Los principales países importadores de carne de cerdo son Japón, con el 18,7 % del total que se comercializa entre países, Rusia (14,4 %), China (11,5 %) y México (10 %) (Magyp, 2012). Los principales países productores de cerdos del mundo son China con el 49,3 %, Unión Europea (21,8 %), EEUU (10,2 %) y Brasil (3,2 %). A la vez, estos países son y en el mismo orden de importancia los que mayor consumo de carne de cerdo por habitante año tienen.
Argentina produce el 0,32 % de la carne de cerdo del mundo. Los principales países que exportan carne de cerdo al mundo son EEUU con el 33,5 %, Unión Europea (31,5 %), Canadá (17,3 %) y Brasil (8,4 %). Argentina participa con el 0.09 % del volumen de carne que se exporta a nivel mundial.
¿Es posible pensar en un escenario en el mercado mundial diferente para el sector porcino nacional en las próximas décadas?
La respuesta es que lo que hoy parece una utopía es una posibilidad muy concreta para el país, pues la producción de grano será un factor clave en el futuro escenario en donde se desarrollará la producción porcina mundial. En nuestro país en la campaña 2010/2011 se produjeron en Argentina 27.300.000 tn de maíz y sorgo, con un consumo del sector porcino de 826.262 tn (3.0 %). A la vez se produjeron 48.900 millones de tn de soja donde el rubro utilizó 303.963 tn (0.6 %) (GITEP, 2011). En la campaña 2011/2012 se produjeron 24.772.000 tn de maíz y sorgo y 40.100.000 de soja (Fuente: Bolsa de Cereales de Rosario y elaboración propia) y el 5,5% de estas producciones de grano se transformaron en carne de cerdo.
Estos valores no hacen más que demostrar la poca transformación del grano en carne de cerdo que se realiza en nuestro país y el enorme potencial que existe para posicionarse en el mercado externo, dado que esta capacidad de producir materia prima lo coloca como uno de los países con costos de producción más bajo del mundo, a lo que se le suma el excelente status sanitario que posee. Se estima que Argentina en la próxima década alcanzará las 70.000 tn de productos porcinos exportados, lo que representa una participación del 1 % de lo que se comercializa en el mundo, pero un crecimiento de más de 29 % anual con respecto a lo que se exporta en la actualidad.
Implicancia para el sector agropecuario nacional del desarrollo de la cadena porcina. Valor agregado, generación de puestos de trabajo, inversiones.
De cumplirse las metas productivas propuestas para el 2020 en donde se pasaría de los 8,6 kg de consumo por habitante año a 14 kg, si se alcanzan las 70.000 tn de productos porcinos exportados y se sustituye el nivel actual de carne importada por carne de cerdo nacional, sería factible pasar de los 3.818.758 animales faenados a más de 8.000.000, y de las 331.000 tn que se producen en la actualidad a más de 700.000. En la actualidad transformar el grano en carne de cerdo representa un incremento de dos veces los valores que se obtienen por la venta del grano (Fundación Mediterránea, 2011).
Si se mejorara la eficiencia promedio (animales terminados por madre año) de las madres con carácter comercial señaladas en este informe a 16 capones/madre año, se necesitaran producir 2.500.000 cerdos más para faenar los 8 millones estimados, lo que implica a una productividad media de 18 capones por madre año la necesaria incorporación de 138.000 madres más para cumplir las metas previstas para el 2020. Esto implica una inversión en sistemas de producción y considerando una inversión media actual de 6.000 dólares por madre instalada de U$S 828 millones.
El país cuenta en la actualidad con 176 mataderos frigoríficos (MAGyP, 2012), de los cuales el 70 % se encuentra en la región central del país. Los 16 primeros frigoríficos participan con el 58 % de la faena nacional, de esta faena el 69 % se realiza en Buenos Aires, el 21 % en provincia de Santa Fe y la provincia de Córdoba participa con el 7.7 % de esta faena. El resto (121 plantas distribuidas en todo el país) sólo faenan el 25 % del total nacional. Esta distribución de la industria muestra claramente la concentración de la faena en pocas plantas y la necesidad de contar con frigoríficos de mayor volumen en varias regiones del país para poder consolidar el creciente desarrollo que tiene esta actividad en regiones no tradicionales. Si se alcanzan las metas propuestas para el 2020 se necesitará mejorar la capacidad instalada de estas plantas, que se estima en la actualidad en el 78 %, al 90 %. Además se necesitarán ampliar e o instalar más de 15 nuevas plantas de faena que deberían ser estratégicamente distribuidas (Fundación Mediterránea, 2011).
Puestos de trabajo: el sector porcino nacional ocupa en la actualidad a 12.000 personas en el sector primario, mientras que el sector industrial y servicios indirectos ocupan 20.300 puestos de trabajo, lo que alcanza un total de mano de obra de 32.300 personas (GITEP, 2011). Si se alcanzan las metas de faena de 8 millones de cerdos para el año 2020, según estimaciones propias se incrementaría esta cifra a 50.450 puestos distribuidos en cada uno de los componentes del sector, lo que significa la generación de 18.000 nuevos puestos de trabajo.
Conclusión
En los últimos años la producción de cerdos en el mundo incorporó un creciente progreso tecnológico pasando a ocupar el primer lugar en el volumen de carne consumida. Esta evolución fue particularmente marcada en los países desarrollados, contrastando con los menos desarrollados en los cuales su crecimiento fue más lento, aunque se reconoce a la explotación porcina como mejor adaptada a las economías emergentes por su posibilidad de rápida expansión.
La producción de carne porcina en zonas con suelos aptos para la agricultura puede convertirse en una alternativa de diversificación especialmente eficaz para pequeños y medianos productores aumentando sus ingresos y logrando la sustentabilidad de su explotación al disminuir los riesgos.
La aparición de escenarios más rigurosos van exigiendo de a poco sustituir la imagen clásica y convencional del productor tradicional por otra más activa y dinámica, propia ya de un productor-empresario que necesita anticiparse a los hechos y tomar decisiones más precisas.
La eficiencia integral del sistema, la gestión y el asociativismo serán las herramientas que permitirán la sostenibilidad productiva.
El progreso observado en el conocimiento de las diversas tecnologías que influyen en la producción de cerdos origina la necesidad de una rápida actualización con miras a la introducción constante de modificaciones que permitan operar en un contexto más complejo y competitivo.