Presentan encuesta sobre la Ley de Etiquetado y su efecto sobre el consumidor argentino

El 26 de octubre de 2021, el Gobierno argentino promulgó la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como Ley de Etiquetado Frontal, que tiene como objetivo advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.

Establece la incorporación en el frente de los envases de los productos ultraprocesados una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud, como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

Al analizar las consecuencias que tuvieron las diferentes leyes de promoción de alimentos saludables en Chile, Perú, Uruguay, Ecuador, México y Bolivia, se desprende que tuvieron un efecto directo en los hábitos de compra de los consumidores y que se abren oportunidades para las marcas que reaccionen más rápido como por ejemplo reformular productos existentes, y lanzar nuevos productos más saludables al mercado.

Para comprender qué efectos podría tener esta ley en los consumidores argentinos, ShopApp entrevistó a 800 consumidores, decisores de compra, entre el 1 y el 10 de diciembre de 2021, a través de su aplicación móvil.


Nivel de conocimiento de la ley

El nivel de conocimiento general de la ley es del 64%, y asciende a un 77% entre las mujeres, y a un 68% entre los jóvenes.

El 69% de las personas que conocen la ley leen las etiquetas de los alimentos que compran, con cierta frecuencia. Este número asciende a 75% entre mujeres.

La necesidad de conocer mejor lo que comemos emerge como principal razón de acuerdo entre quienes aprueban la ley. La demanda de productos más saludables a las empresas se posiciona segundo, ascendiendo este último a un 30% en personas entre 30 y 49 años.


El miedo a perjudicar a las empresas productoras de alimentos emerge como la razón principal de desacuerdo, seguidas del escepticismo en los efectos fácticos que pueda tener la ley, y la desconfianza en su correcta implementación.

Efectos de los sellos octogonales

Aunque el 35,5% no dejaría de consumir un producto habitual por la existencia de sellos, entre los que sí considerarían un cambio, el 75% abandonaría la compra con la presencia de 1 a 3 sellos.

Entre las mujeres, el rechazo al cambio se reduce a un 25%, y entre quienes cambiarían sus hábitos, el 73% abandonaría con 1 a 3 sellos.

Entre los varones, observamos una situación más polarizada: El 43% no cambiaría sus hábitos por la existencia de sellos, pero entre los que sí los cambiarían, el 77% abandonaría la compra con 1 a 3 sellos.

Los adultos mayores de 50 años presentan la situación más radical: El 94% pensaría en abandonar la compra de un producto con sellos. El 36% dejaría de comprar el producto con sólo 1 sello, y el 93% con 1 a 3 sellos.

Las grasas saturadas y los azúcares emergen como las mayores alertas, seguidas del sodio. En adultos mayores de 50, las grasas saturadas representan una preocupación para el 33%.

Frente a productos con más sellos de los que el consumidor esperaría, el 66% de las personas cambiarían lo que compran habitualmente. Este número asciende a 71% entre mujeres.

Los jóvenes son más sensibles a reducciones de precio y promociones, por sobre las decisiones respecto de los sellos: El 25% seguiría comprando el producto sólo si fuera más barato o estuviera en oferta.

Los adultos mayores de 50 presentan la mayor sensibilidad a los sellos: El 94% cambiaría su compra de un producto que tiene más sellos de los que esperaría. Son los menos fieles a la marca y a la categoría, la salud emerge como prioridad en este grupo.

¿Qué pasa cuando introducimos a los hijos como variable? Aunque no se alteran las opciones principales, que son el cambio de marca y de categoría, la insistencia de los hijos pasa a jugar un rol en la toma de decisiones.

Las mujeres son menos fieles a las marcas cuando se trata del cuidado de los hijos: el 49% cambiaría por una marca con menos sellos. Entre los hombres, vemos mayor sensibilidad a la insistencia de los hijos (11%).

Los jóvenes (18-29) también presentan baja fidelidad a la marca cuando se trata de los hijos, y además presentan menos sensibilidad a la baja de precios (25% sin hijos vs 15% con hijos).


Percepciones de saludabilidad a nivel categoría

Por último se les consultó cuáles categorías de alimentos y bebidas dirían que son "SALUDABLES" y cuáles "NO SALUDABLES". El resultado fue el siguiente:



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