Plan de vacunación, granjas saludables y productivas 

Prevenir las infecciones de aves y cerdos mediante la correcta aplicación de las vacunas en tiempos y dosis adecuados, contribuye a disminuir la mortalidad y el uso de medicamentos. 


Por: Dra. Isara Ramírez, encargada del Departamento de Inspecciones en UBI Meat Experts in Quality Assurance.

Fotos: Banco de imágenes

Producción avícola

Las aves son susceptibles a una serie de enfermedades infecciosas que afectan su productividad, dentro de ellas la enfermedad de Newcastle es considerada como una de las más importantes porque sus cepas tienen un gran impacto sanitario sobre la industria avícola, siendo una enfermedad notificable a la Organización Mundial de Salud Animal (OIE). 

La genética actual ha hecho que los pollos de engorde sean altamente susceptibles a condiciones de estrés, por lo que existe la necesidad de inmunizar a las aves contra todos los agentes en planta de incubación, evitando el estrés de la vacunación y los riesgos que ésta conlleva.

La enfermedad de Newcastle es una de las enfermedades más importantes a nivel mundial por su alta mortalidad y amplia distribución (Wakamatsu et al., 2006). La enfermedad puede causar hasta un 100% de mortalidad en los lotes afectados sumando a ello el impacto económico que implican las restricciones para las exportaciones y el embargo comercial al país afectado (Bogoyavlenskiy et al., 2009). Es una enfermedad en extremo contagiosa, similar a la Influenza aviar; ambas son de notificación obligatoria a la OIE, con la finalidad de disminuir su dispersión a otros países y permitir un mejor control de la enfermedad en el ámbito mundial (Alexander, 2008).

Los programas de vacunación para prevenir y controlar la enfermedad causada por este tipo de cepas son diversos y varían en función del riesgo sanitario de la granja, muchos de ellos requieren de varias aplicaciones de vacunas durante la campaña de crianza de las aves, usualmente al 1, 10 y 28 día de edad. Este manejo podría generar un estrés en los pollos y originar mermas en el rendimiento productivo del lote en el largo plazo.

La vacunación es simplemente el proceso por el cual se exponen individuos a un antígeno de un agente causante de una enfermedad para inmunizarlo contra el mismo. Una vez alcanzado este objetivo, los individuos se benefician de su inmunidad activa mientras que su progenie podrá beneficiarse a través de inmunidad maternal, conocida también como inmunidad pasiva. Como regla general solo deberán vacunarse aves en buen estado de salud. 

Las vacunas de uso en avicultura pueden ser divididas en dos grandes grupos: 

Vacunas vivas: las cuales deben ser administradas con ayuda de una serie de métodos.
Vacunas inactivadas: las cuales se administran por inyección.

Tanto la elección de una u otra, o de la técnica a utilizarse, depende de varios factores. Los más importantes son: 

El tipo de ave y la edad: por ejemplo, aves muy jóvenes no se deben vacunar por medio del agua de bebida.
La enfermedad: por ejemplo, la prevención contra el Síndrome de Caída de Postura se hace solo por medio de vacunas inactivadas.
El tipo de vacuna: por ejemplo, las vacunas contra la Enfermedad de Marek solo pueden ser administradas por inyección.

La utilización de las vacunas inactivadas genera ciertas ventajas si las comparamos con las vacunas vivas. Algunas de ellas son: 

Ocasionan menos reacciones sistémicas que las vacunas vivas.
Inducen una inmunidad prologada, óptima y uniforme, reduciendo así la necesidad de revacunar las aves.
Se reducen los problemas de interferencia que pueden aparecer al utilizar vacunas vivas, lo que facilita la elaboración de vacunas combinadas.
No existe el riesgo de diseminar agentes infecciosos ya que los mismos han sido inactivados. 

Las vacunas inactivadas son administradas por inyección, para lo cual se utilizan la vía intramuscular y la vía subcutánea. La administración por la vía intramuscular se realiza generalmente en el pecho o en la pata y, a veces, como puede ser el caso en pavos, en la parte musculosa del ala. Para la inyección en el pecho, se introduce la aguja de manera paralela a los músculos pectorales con la punta de la aguja dirigida hacia la cabeza del animal. 

“La genética actual ha hecho que los pollos de engorde sean altamente susceptibles a condiciones de estrés, por lo que existe la necesidad de inmunizar a las aves contra todos los agentes en planta de incubación”

Cuando se inyecta en la pata se debe tomar cuidado de no tocar ni el hueso ni la articulación con la aguja. La administración por la vía subcutánea se realiza en la parte dorsal, caudal del cuello. Generalmente se utiliza para la administración de vacunas contra infecciones bacterianas (infecciones por E.coli, Coriza Infecciosa, Cólera Aviar, etc.). Es importante evitar dar la vacuna muy cerca de la cabeza ya que esto puede ocasionar inflamaciones y dolor a las aves. Como regla general se deberá evitar perforar vasos sanguíneos durante el proceso de vacunación. Para la administración de vacunas inactivadas a pollitos de un día se pueden utilizar los vacunadores automáticos que se usan para la vacunación contra la Enfermedad de Marek.


Producción porcina

En porcinos las infecciones entéricas tienen una importancia creciente y son frecuentemente observadas en diferentes edades, provocando un gran impacto a la industria porcina de todo el mundo. Estas infecciones entéricas pueden llevar a altas tasas de mortalidad, morbididad y secuelas en el tracto gastrointestinal; las cuales pueden ser permanentes o transitorias, produciendo retraso del crecimiento, reducción de la eficiencia alimentaria y en el costo con tratamientos y alimentaciones adicionales, suponiendo aproximadamente el 60% de los gastos con antimicrobianos en la porcinocultura.

Los establecimientos desde el punto de vista de salud animal, deberán enfocarse principalmente en obtener cerdos sanos, inocuos y con el menor uso de medicamentos. En la esfera económica, las metas serán producir el mayor número de kilogramos de carne con el menor costo posible o con la mayor rentabilidad (Cedeño-Núñez, 2011).

“Los establecimientos desde el punto de vista de salud animal, deberán enfocarse principalmente en obtener cerdos sanos, inocuos y con el menor uso de medicamentos”

Para poder obtener animales sanos es necesario hacer hincapié en las medidas de Bioseguridad, que tienen como objetivo prevenir el ingreso a las granjas de agentes patógenos que puedan poner en riesgo la salud de los animales. Así como tener presente los diversos agentes bacterianos, víricos, parasitarios, entre otros, con mayor prevalencia para poder obtener planes de vacunación efectivos y eficaces. 

Algunas de las medidas más importantes comprenden:

• Limpiar, lavar y desinfectar, tanto las instalaciones como los vehículos de transporte de animales.
• Desinfectar todas las herramientas utilizadas en cada área de las granjas para reducir el riesgo de contaminación.
• Mantener la higiene y desinfección antes del ingreso al establecimiento, ya que el personal, las manos o botas pueden servir de vehículo mecánico.
• Colocar sistemas de filtración de aire en las instalaciones.
• Fábrica de alimentos, control de proveedores, para garantizar un alimento inocuo.
• Eliminación de cadáveres.

Existen muchas enfermedades recurrentes en los porcinos frente a las cuales hay vacunas disponibles en el mercado. Las vacunas que suelen usarse en las granjas porcinas de todo el mundo incluyen mal rojo, infecciones por parvovirus (síndrome de SMEDI), diarreas por E. coli, disentería clostridial de los lechones, neumonía enzoótica causada por Mycoplasma hyopneumoniae, pleuroneumonía necrótica causada por Actinobacillus pleuropneumoniae y rinitis atrófica causada por Pasteurella multocida. En algunos países también están disponibles vacunas comerciales frente a la salmonelosis y los virus del PRRS y GET.

Las principales enfermedades víricas que pueden ser controladas por la vacunación son: Enfermedad de Aujeszky, Fiebre aftosa, Parvovirus porcino, PRRS, Peste porcina, lnfluenza porcina, GET. En la Unión Europea, la vacunación contra la peste porcina clásica se prohibió en un programa cuyo objetivo era erradicar la enfermedad. La vacunación contra la fiebre aftosa también se prohibió por una razón similar.

Las enfermedades bacterianas que pueden ser controladas por la vacunación, son: Enfermedad del cerdo graso o epidermitis exudativa, Pleuroneumonía por Actinobacillus, Rinitis atrófica, Enfermedades dostridiales, Diarrea por E. coli, Neumonía enzoótica, Mal rojo, Enfermedad de Glasser (Haemophilus parasuis), Leptospirosis, Pasteurelosis, Meningitis estreptocócica (la disponibilidad de las vacunas varía de un país a otro). 

La evolución de la producción agropecuaria es resultado de diversos factores, asociados a las condiciones internas del sector como la tecnología, el incremento en la productividad, las condiciones laborales y a los movimientos cíclicos de la demanda relacionadas con las políticas económicas expansionistas o de estabilización (Escalante et al., 2008). Sin embargo, diferentes son los factores que intervienen en la producción y productividad en una granja de producción de carne aviar y porcina. Dependiendo de su enfoque, es la importancia y magnitud con la que se analiza. Para esto es fundamental prevenir y mantener la salud de los animales, aplicando las medidas de bioseguridad y respetando los planes de vacunación, considerando vías de administración, dosis y plazos, según las recomendaciones del técnico responsable. 

Más información:
http://ubibeefinspection.com 

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