PACKAGING/ BRASIL: EL EMBALAJE EN EL MERCADO DE CONSUMO

PACKAGING/ BRASIL: EL EMBALAJE EN EL MERCADO DE CONSUMO
Luciana Pellegrino*
 
            Sin grandes alardes, desde hace un tiempo la sociedad brasileña presenta significativos cambios en sus hábitos de consumo. Es parte de la evolución de una nación la búsqueda de nuevos productos y servicios, basada en los aspectos sociales, económicos y comportamientos que también están constantemente en evolución.
            En la época de la alta inflación en la economía brasilera, las prioridades de la población eran la de garantizar los productos de consumo básico como alimentos, bebidas, artículos de limpieza doméstica, cuidados personales, remedios. En ese sentido, el lugar que ocupaba el supermercado era decisivo en la compra de grandes volúmenes. Proliferaron en esta época los hipermercados que en cada inicio de mes se encontraban abarrotados, siendo muy común ver personas con uno o dos carritos completamente repletos.
            Con la llegada del “Plan Real” y el aumento del poder adquisitivo de la población, un nuevo escenario se consolidó, cuestión que favoreció mucho a la industria de bienes y consumo y consecuentemente de packaging, que tiene allí el 75% de su mercado: la búsqueda de productos diferenciados, productos con mayor valor agregado, y aquellos de consumo básico. Es decir, con la garantía de poder comprar los artículos básicos , los consumidores pasaron a darse pequeños lujos y comprar más lácteos, productos cárnicos pre-procesados, pollo, refrigerados, golosinas, entre otras cosas. En definitiva: el consumo estalló, y la industria de embalajes –en los primeros seis años del Plan Real –creció un 4 % anual.
            La economía brasilera continuó evolucionando por el camino de la estabilidad, presentando costos más bajos, y tornándose accesible a la población el uso de créditos personales.
            Comenzó a ser posible para una importante capa de la población brasileña, la inversión en nuevos bienes de consumo, de mayor valor agregado, como muebles, electrodomésticos, tecnología electrónica, sin contar el celular que rápidamente llegó a cada mano de las personas con edad de decidir sobre una compra.
            Es parte de la evolución de una sociedad que búsqueda de artículos de mayor valor agregado, una vez que los productos de necesidades básicas ya fueron conquistados. Pero las mercancías durables, además de costar más y comprometer por algunos meses la renta del consumidor, tienen costos extra, como un celular con la cuenta mensual, o como un aparato de DVD con el alquiler de films, entre otras cosas. De esta forma, el poder de compra de bienes de consumo siempre comienza a migrar para otros sectores.
            La industria de bienes de consumo no durables en este momento siente grandes oscilaciones en su funcionamiento. No hay propiamente una caída de su producción, pero el crecimiento se desaceleró. Este hecho está relacionado a factores macroeconómicos internos y externos, como la depreciación cambiaria y el consecuente crecimiento de importaciones de insumos para los embalajes y de los productos acabados; en ese sentido, el desempeño del sector de packaging pasó a ser mucho más modesto, con un crecimiento medio de 1% anual.
            ¿Cómo revertir este cuadro? Primeramente es importante mencionar que la evolución de una sociedad es continua y dinámica, y lo mejor que se debe hacer es entender el nuevo escenario de consumo y prepararse para enfrentar los desafíos que imponga.
            El segmento de bienes de consumo no durables, es parte también de este proceso evolutivo en el ofrecimiento a la sociedad de productos alimenticios, bebidas, cosméticos, cuidados personales o productos de limpieza con mayor valor agregado. Se entiende por ello, mejor desempeño y resultados: productos procesados y usados para ocasiones diferentes de consumo, nuevos sabores para diferentes públicos- objetivo, novedosas aplicaciones, embalajes mas sofisticados con presentaciones más convenientes para el manejo, preparación y uso. ¡Y todo esto a un precio competitivo, claro!
            La industria de alimentos tiene por delante una fuerte perspectiva de desenvolvimiento y crecimiento, y tendrá a la industria de embalajes como su compañera. El escenario al que habrá que enfrentarse de hoy en adelante, frente a una economía más estable, presenta consumidores con decisión de consumo más rápida y al mismo tiempo más dispersa, o sea, susceptibles a diferentes marcas y productos.
            Para cautivar estos consumidores será condición sine quan non, entender prontamente sus deseos vivos y ofrecer productos diseñados específicamente para sus necesidades; además de nunca olvidar la palabra “mágica”: servicio.
            Este momento requiere entendimiento sobre el mercado y el ofrecimiento de soluciones bien direccionadas para cada público. Aquellos que ahora buscan conquistar el mercado de consumo deberán dividir el costo-beneficio para brindar novedosos servicios y diferenciaciones para los que buscan nuevas emociones.
 
*Diretora Executiva
ABRE – Associação Brasileira de Embalagem

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