Nuevos hábitos en tiempos de pandemia


En el último año se produjo un aumento en el consumo de carne de pollo y cerdo, pero estas opciones aún no son percibidas como fuentes de proteínas saludables por los consumidores. 


Por: Esther Santana Licenciada en Nutrición. Magister en Comercialización Estratégica. Instituto de Nutrición y Marketing

Fotos: pexels / pxhere


Los alimentos de más alto valor biológico y con nutrientes, como zinc, hierro, vitamina B12 y contenido de colágeno, tienen una casi exclusiva presencia en las carnes vacunas, de pollo y cerdo con mayor predominancia. No hay suficientes productos sustitutos o análogos desarrollados con proteína completa y de alta calidad. Por este motivo es necesario un alerta, sobre todo en niños y embarazadas, que deben tener una cuota de alta calidad proteica. 

En este año, donde perdura aún la pandemia, el Instituto de Nutrición y Marketing se dispuso a realizar una encuesta a los consumidores para conocer sobre sus cambios de hábitos en la compra y si habían variado su consumo hacia alimentos más saludables, conociendo que los presupuestos del hogar se habían disminuido por las causas ya conocidas: reducción de ingresos y fuerte recesión.

Según los datos, al 12.3% de los encuestados no le interesa comer sanamente. Un 67.5% relacionó la palabra “sanamente” con no tener una enfermedad o tenerla controlada y un 16.2% con poder elegir todos los alimentos que quiera. El 60.8% de la muestra respondió que entiende por alimento saludable todo el que sea bajo en grasa, alto en proteínas, bajo en sodio o bajo en azúcares. El 68.9% reconoció que le alcanza su ingreso para comprar alimentos saludables y un 83.8% puede comprar alimentos en general, a su vez un 35% respondió que consumió más alimentos saludables en la pandemia. Frente a si está preocupado por su salud, un 42.5% fue moderado, un 60% utilizaba suplementos en base a calcio, hierro o vitamina D o multivitamínico, un 47.5% ha cambiado su forma de comprar los alimentos, pero cerca de un 40% lo sigue haciendo en supermercados, un 47.3% en negocios de cercanía y 4% online. La respuesta sobre qué piensa del término saludable, registró los siguientes conceptos: vida sana, alimento que aporta nutrientes que hacen bien a la salud, no comer en abundancia, que no hace daño y otras.

El estudio reflejó que no todas las personas quieren o pueden comer saludable. El porcentaje de compra de alimentos saludables fue menor que la compra de alimentos en general, lo que se relaciona con el ingreso. Los alimentos saludables generalmente son de más alto precio, por lo que no todos tienen la misma accesibilidad. Los que más sufren este impacto son las familias de bajo salario e imposibilidad de consumir todos los días una proteína de alto valor biológico, por lo que se debe prestar atención a estas personas de menores recursos. Se nota un aumento en el uso de suplementos si se analiza en otros estudios o datos de mercado. En un estudio en la Universidad Favaloro, sobre la dieta Mind, las personas mayores de 60 años encuestadas dijeron, en un alto porcentaje, que los suplementos utilizados son recomendados o prescriptos por el profesional médico. 

Si se piensa la importancia del consumo de aves y cerdo, conviene observar la recomendación que se da en la dieta científica llamada Mind, donde se mezclan la dieta Mediterránea y la dieta DASH (indicada para personas que tienen problemas con su presión arterial), esta dieta se asocia con la mejora de la capacidad de la mente y menor deterioro cognitivo. Hay que reconocer que al recomendar menor consumo de grasas saturadas y colesterol, lo que se busca es la salud del corazón y del cerebro, por eso esta dieta sirve para ambos. (ver Figura 1)


Otra vista de por qué no se consume mayor cantidad de pollo o cerdo es debido a que no lo perciben como un alimento saludable, frente a una pregunta a una muestra de más de 1000 personas la respuesta se puede observar en la nube de palabras (ver Figura 2). Frente a esa pregunta espontánea de cuál es el alimento que considera como saludable, la única fuente de alto valor biológico fue pescado y pechuga.

Por ese motivo, la recomendación a las empresas del área de aves y cerdo ha de ser mostrar los beneficios de estos alimentos básicos en este mercado tan competitivo de análogos y desarrollar más productos saludables, sobre todo en base a pechuga de pollo, y aumentar el posicionamiento de las carnes de cerdo, en especial los cortes magros. 



Por último, se analizó* la disminución en el consumo y para entender el cambio de tendencia es necesario revisar la relación entre el consumo, el precio de la carne aviar, los salarios y el valor de las exportaciones avícolas. Al respecto, el informe precisa que en los 12 meses transcurridos de marzo 2020 a marzo 2021 la carne de pollo destinada al mercado interno aumentó 51%, contra una suba de salarios del orden del 35%, pero la demanda se sostuvo porque en el mismo período el precio de la carne bovina aumentó nada menos que 75% y la de cerdo lo hizo en un 52 por ciento. El tema llamativo es que la producción avícola declinó en las provincias líderes en ese rubro y tuvo un alza leve en otras zonas. Así, Entre Ríos que es líder en la faena con una participación de casi el 52% en la torta, disminuyó un 4% las ventas; mientras que la segunda provincia fue Buenos Aires con casi 34% de participación cayendo un 10.7% en el primer semestre de 2021.

La exportación de aves en el semestre fue menor, lo que demuestra que una caída en las exportaciones no libera más productos para consumo interno y no produce lo que se espera. Es muy claro que son el salario y la demanda los que hacen caer el consumo interno. Por lo que comer menos proteínas saludables también, es un punto para considerar.


* Informe publicado en el sitio web Infobae.


Fuente: Revista Solo Aves & Porcinos Nº 92



Compartir:

Post Relacionados