MEXICO: GANADEROS DE JALISCO PRETENDEN POSICIONARSE EN EL MERCADO
Esto supone que mientras a un engordador de Nuevo León o Tamaulipas se le paga el kilogramo en canal a 40 pesos, al de Jalisco se le paga a 35 pesos, lo que ya tomando en cuenta el volumen total de una animal implica una fuga de dinero muy severa para el productor.
Así lo informa el presidente de la Asociación Ganadera Local Especializada en Bovinos para Engorda de Tlaquepaque (Anglebe), José Ángel Sánchez Ochoa, quien señala que hay diversos factores que explican esta situación, como la falta de Rastros Tipo Inspección Federal (TIF) en Jalisco, la carencia de marcas en la carne vendida al público, así como el vacío que se tiene en la Entidad de un reglamento de clasificación de los cortes de carne para orientar al consumidor en la calidad del producto que adquiere.
Además de pugnar porque las autoridades hagan su parte, el entrevistado refiere que cada ganadero, criador o engordador, tiene que hacer su tarea para competir y subsistir en un mercado cada vez más exigente, ya sea ante las importaciones de otros países o ante los productos que se traen de otros estados.
Necesidad de unirse
El dirigente de Anglebe (gremio que integra a los engordadores que aportan la mayoría de la oferta de carne de res en Jalisco) resalta que entre las acciones que se han instrumentado para aumentar la competitividad en la producción de carne bovina se tiene en marcha la formación de alianzas al juntarse nueve engordadores que tienen el objetivo de generar una oferta de tres mil 500 a cuatro mil reses en un ciclo de 120 días, lo que permite ahorros en las compras en común de los insumos, sobre todo en los granos y la pasta de soya.
Hace notar que este esquema de la asociación es muy parecido a otro proyecto que promueve la Unión Ganadera Regional de Jalisco, de formar engordas colectivas con el mismo objetivo de reducir costos de producción.
Subraya que la intención es que el mismo productor incurra en la comercialización de los cortes con el mayor valor agregado posible, porque no es lo mismo vender el ganado en pie a 22 pesos el kilogramo, o un canal a 35 pesos, que vender un corte fino a más de 70 u 80 pesos, según la calidad del producto.
En el caso de su proyecto de los nueve engordadores asociados, detalla que se trabaja actualmente en la estandarización de la nutrición de los animales para tener un producto homogéneo. También menciona que ya se han logrado ahorros en la compra de los insumos, lo que supone reducir de 30 a 50 centavos por cada kilogramo de las dietas del ganado.
Rastros TIF y marcas
El líder del gremio de los engordadores de reses pone de manifiesto que las carencias de Jalisco en rastros TIF para bovinos habrán de compensarse con varios proyectos ya en marcha, como el de Acatlán de Juárez. Puntualiza que los rastros municipales tienen serias limitaciones que no permiten la vida de anaquel de la carne después del sacrificio, además que posteriormente ahí se revuelve el producto de gran calidad con el que no la tiene, lo que desmotiva a quien produjo buen ganado.
En este tenor, dijo que al asegurarse producto de calidad en la matanza, viene el reto de venderlo con marcas que permitan al consumidor reconocer la carne de calidad, como ya lo hacen empresas que tienen productos posicionados en el mercado. En este punto, cita que lamentablemente haya pocas empresas de Jalisco con avance en esta modalidad de integración que tenga contacto con el consumidor final.
Trae a colación que ya se tiene un protocolo de reglamento para la clasificación de carnes, lo que se adaptará a los gustos del consumidor de Jalisco por la carne magra y con ello subsanar otro vacío en este renglón. Hace notar que en Jalisco hay producto de calidad, como para colocarlo en mejores segmentos del mercado nacional y de varios países donde hay continuamente gran demanda de carne, como varias naciones de Asia, en donde ya entraron los productores norteños y del sureste mexicano.
También resalta que las exigencias del mercado para el engordador implican que éste se encuentre lo mejor informado posible de la marcha de su engorda, lo que implica conocer a detalle las pérdidas y ganancias que un animal le deje en cada ciclo. Para responder a esta necesidad, habla de que se tiene en elaboración un programa especial de software que permitirá una administración muy detallada de cada rancho ganadero y con ello la mejor toma de decisiones.
José Ángel resume que actualmente la vocación de ganadero se está redefiniendo para que se complemente con un enfoque de negocio productivo y sustentable en respuesta a los retos que ha traído un mercado abierto y de alta exigencia.