La reproducción bovina demanda la energía proporcionada por la nutrición

Los niveles correctos de nutrientes, vitaminas y minerales mantienen el funcionamiento adecuado del organismo animal para las funciones más diversas, incluso durante el proceso reproductivo.



Por: Universo de la Salud Animal

Fotos: Universo de la Salud Animal

 

La importancia de la nutrición impacta varios aspectos de todo el proceso de reproducción bovina, pero la garantía del aporte energético es uno de los puntos principales. La reproducción implica varios cambios bioquímicos y fisiológicos en el organismo animal, así como una alta dependencia de los equilibrios hormonales, sin olvidar la fuerte demanda energética para generar nueva vida.


La nutrición también juega un papel fundamental en la prevención de enfermedades y trastornos que pueden afectar la reproducción, como la hipocalcemia y la cetosis. En un escenario más específico, a través de la nutrición también es posible mejorar los parámetros reproductivos. Por ejemplo, a través del uso de buenos antioxidantes como la vitamina E y el selenio orgánico para prevenir la pérdida embrionaria temprana, y de adsorbentes de micotoxinas en la dieta, las cuales pueden causar abortos espontáneos.


Desnutrición y sobrealimentación


El organismo sigue un orden de prioridades para el uso energético y la reproducción está en último lugar, detrás de otras funciones vitales, como el metabolismo basal, la actividad física, la actividad de pastar y el crecimiento. En la práctica, esto explica por qué los animales con deficiencias nutricionales enfrentan dificultades en el proceso reproductivo.


Los dos extremos, tanto la desnutrición como la sobrealimentación, son problemáticos. La desnutrición genera en el animal una falta de aporte energético para mantener una buena función hormonal, y generar una célula embrionaria de manera eficiente, lo que demanda energía, y si falta energía, la capacidad de la vaca para manifestar celo o mantener una preñez será limitada. La obesidad, especialmente en el momento del parto, puede generar grandes complicaciones y trastornos metabólicos, como fiebre de la leche, cetosis, parto distócico, que limitarán el pico de producción animal y retrasarán el reinicio del ciclo estral tras el parto.


Cómo llevar a cabo el manejo nutricional de las vacas para la reproducción bovina


El manejo nutricional durante el proceso reproductivo debe realizarse bajo la supervisión de un profesional especializado. Las vacas tienen requerimientos nutricionales de energía, proteínas (aminoácidos), grasas (ácidos grasos), vitaminas y minerales. Durante la gestación del animal, es necesario prestar atención al peso corporal y la ingesta de materia seca, ya que estos factores interfieren en la cuantificación de los nutrientes que deben ingerirse. Al final de la gestación hay una mayor demanda de nutrientes para el crecimiento fetal, y al acercarse el parto el aporte de materia seca tiende a bajar, por lo que es importante repensar las dietas para cada momento de la gestación y buscar siempre estrategias que eviten los trastornos metabólicos.


También se debe evaluar la necesidad de suplementación. Dado que los pastos son deficientes en algunos minerales y vitaminas, estos en casi todos los casos requieren suplementación. En cuanto a energía y proteína, es necesario evaluar cada nivel productivo. En caso de que sea necesario, se deben utilizar forrajes conservados o concentrados energéticos y/o proteicos para suplir las necesidades.


La mayor preocupación con la nutrición para la eficiencia reproductiva son las vacas. Sin embargo, los machos utilizados para la reproducción bovina también deben recibir cuidados nutricionales, principalmente debido a la alta demanda energética. En granjas que utilizan técnicas de inseminación artificial con semen sexado, el manejo recomendado para las vacas es el mismo.

 

 

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