IMPACTO DE LA SEQUIA SOBRE EL SISTEMA GANADERO
Por Juan Manuel Repetto*
La prolongada sequía que afecta la producción agropecuaria golpea a la actividad ganadera con importantes mermas en la producción de forraje, que representa la principal fuente de alimento para los rodeos argentinos. Según el caso, en el sudoeste bonaerense las caídas pueden rondar un 30% respecto las campañas anteriores, en tanto que el escenario podría empeorar en los próximos meses, si las lluvias no llegan.
Los datos surgen del Sistema de Seguimiento Forrajero, que lleva adelante el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la Facultad de Agronomía de la UBA, en colaboración con ganaderos del Movimiento CREA y con subsidios de la UBA y del Fondo para la Investigación Científica Tecnológica (FONCyT). Este sistema permite medir con satélites la producción forrajera en un millón de hectáreas del país.
El informe, a cargo de Mariano Oyarzabal, José Paruelo y Martín Oesterheld, del LART, cuantifica la gravedad de la situación en el sudoeste bonaerense, teniendo en cuenta las campañas 2007/08 y 2008/09 sobre los cuatro principales recursos forrajeros de la zona: pasturas base alfalfa, agropiros, campos naturales y verdeos de invierno.
Allí se muestra con datos que el impacto de la sequía es muy heterogéneo, aún dentro de una misma localidad, y se subraya que el uso de este sistema de seguimiento forrajero, en el actual contexto de sequía, permitiría personalizar el apoyo estatal a los productores afectados en función de la magnitud del déficit de cada establecimiento. Eso implicaría incorporar al sistema a cada uno de los productores que solicitan apoyo, a fin de evaluar la magnitud de la afectación.
CAIDAS HISTORICAS
Según el trabajo de la FAUBA, durante las campañas 2007/08 y 2008/09, la sequía afectó diferencialmente a los principales recursos forrajeros: disminuyó la productividad anual de las pasturas base alfalfa, los agropiros y los campos naturales, y prácticamente no afectó la productividad anual de los verdeos de invierno.
Durante todo el ciclo 2007/08 la productividad fue inferior al promedio 2000/07, excepto durante principios del otoño. Las mayores consecuencias de la sequía fueron en el primer semestre del ciclo 2008/09 en las pasturas base alfalfa, campos naturales y agropiros, sobre todo durante la primavera.
En cambio, la productividad de los verdeos de invierno fue, respecto del promedio 2000/07, mayor a principios del otoño, menor a fines de otoño y similar durante el resto del ciclo que finaliza en septiembre.
El déficit de producción de forraje en 2008 es continuación del registrado en la segunda parte de 2007. Como consecuencia, se observa un déficit acumulado, en referencia al promedio 2000/07, de 2.796 kg/ha en 18 meses para las pasturas de loma, equivalente a un 26% de reducción respecto del promedio.
La situación es particularmente grave en los últimos meses de 2008 debido a la acumulación de períodos deficitarios y a que la productividad mensual fue, en algunos meses, menor a la de 2007. Considerando sólo el 2008, la magnitud promedio del déficit para las pasturas base alfalfa es de 29%. La situación es similarmente grave para los campos naturales y agropiros.
El caso de los verdeos de invierno es diferente. Como se trata de forrajeras anuales que ocupan el campo entre marzo y septiembre, los cálculos se hicieron para cada ciclo de siete meses. Durante 2007, los verdeos tuvieron hasta julio más productividad que el promedio, y en los siguientes dos meses acumularon un déficit de apenas 235 kg, equivalente a un 6% respecto del promedio.
Durante 2008 la productividad fue mayor a la promedio excepto en mayo, junio y septiembre, y determinó una productividad acumulada durante el 2008 un 10% mayor que la productividad promedio de años anteriores.
ANALISIS DETALLADO
Esta reducción en la disponibilidad de forraje es variable en el espacio. Para completar el estudio de la FAUBA, se realizó un análisis más detallado para los dos recursos forrajeros con mayor número de potreros asignados: los campos naturales y las pasturas de loma.
Para los 252 potreros (17.600 hectáreas) relevados de campo natural, un 43% mostró reducciones menores al 20% en la productividad acumulada en los últimos 18 meses, mientras que solo un 10% de ellos tuvo disminuciones en la disponibilidad forrajera superiores al 30%. En cambio, para 37 potreros (2.300 ha) de pastura de loma, un 8% mostró caídas menores al 20% en los últimos 18 meses, y un 70% mostró reducciones superiores al 30%.
Aún a nivel de establecimiento, el efecto de la sequía es variable en el espacio. Para 19 potreros de campo natural de un establecimiento, el déficit acumulado promedio durante estos últimos 18 meses fue de 650 kg (13% de déficit relativo al promedio acumulado). El potrero menos afectado tuvo un déficit de 62 kg (1%), que contrastan con los 1.100 kg de déficit (24%) del potrero más afectado.
Un establecimiento dentro del mismo partido tuvo un déficit mucho más importante también en 19 potreros de campo natural, con 1.200 kg de déficit acumulado (20% de relativo), con un mínimo de 400 kg y un máximo de 1.900 kg.
El informe advierte que, en parte, estas diferencias pueden estar asociadas a decisiones de manejo como, por ejemplo, la oportunidad e intensidad de pastoreos y/o fertilizaciones.
ESCENARIOS FUTUROS
Además, los métodos desarrollados por la FAUBA permitieron realizar ejercicios prospectivos a fin de generar escenarios de déficits forrajeros para los próximos seis meses. Así, se evaluó, para las pasturas de loma del sudoeste bonaerense, el déficit acumulado de forraje a junio de 2009, según cuatro escenarios posibles.
El primero supone que entre enero y junio de 2009 se obtienen productividades forrajeras equivalentes al promedio del período 2000/07. En ese caso, el déficit a junio de 2009 sería del 23%. Aún con los valores máximos observados en cada mes, el déficit anual acumulado sería de 7%. De repetirse los valores de 2008 el déficit de forraje promedio sería de 29%.
*PRENSA. Facultad de Agronomía. UBA.