ENTREVISTA A JUAN UCELLI/ PRESIDENTE DE LA ASOCIACION ARGENTINA DE PRODUCTORES PORCINOS

ENTREVISTA A JUAN UCELLI/ PRESIDENTE DE LA ASOCIACION ARGENTINA DE PRODUCTORES PORCINOS
- ¿Cómo se está realizando la integración de la cadena de valor en el sector?
- Hoy la cadena se está integrando de dos formas: productores que se suman al sector “industria” e industriales que bajan a la parte de “producción”. La tendencia –y nosotros desde AAPP trabajamos por ello –es que los productores participen cada vez más del negocio de la carne. Tenemos una infraestructura de faena que está en un 70-75% a nivel país, pero hay regiones en donde la capacidad ociosa supera el 60-70%. Casi todo lo que se produce en el norte argentino se termina faenando en la zona pampeana, especialmente Bs. As. y creemos que esa capacidad ociosa puede ser comenzada a usar localmente fomentando el consumo de carne de cerdo como opción a la carne vacuna.
- ¿El sector está preparado para responder a una mayor demanda?
- Lo que vamos a tener que hacer es aumentar la producción, y eso lo vamos a hacer de dos formas. Una –que tenemos que realizar por necesidad –es el aumento del peso de faena de los cerdos: estábamos en 100 y hemos pasado a 110-112 kilos, con capacidad de llegar hasta los 115 fácilmente. Estamos ofreciendo más kilos por cada unidad producida. Lo más difícil es hacer la cabeza del lechón, pero después ponerle peso es fácil. El otro crecimiento es en volumen de madres (es decir, unidades productivas).
Hay un tercer modo que, teniendo en cuenta el contexto argentino completo, es que tenemos en promedio nacional una productividad por unidad (madres) de 16 capones por cada una al año, pero nos encontramos con que en el norte argentino –que tiene entre 25 y el 30% de la población total del país –hay niveles de productividad que llegan a 8 o 9 capones por madre anualmente. Pasar de 8 a 16 no es una inversión grande, sino más bien la toma de ciertas medidas que tienen que ver con procedimientos y de aplicación de buenas prácticas de manejo. Es decir, de repente puede aumentar en un 50% la oferta que da en la actualidad el norte argentino.
En ese sentido, ya nos hemos reunido con la gente de Tucumán, del Chaco, y próximamente con los de Salta y Formosa. En definitiva, vemos que con muy pocas cosas podemos aumentar la productividad, y con ventajas: porque esa zona están produciendo cereal, tanto maíz como soja, y allí están terminando animales para luego enviarlo a Rosario y exportar. De esa forma, la opción sería transformar localmente y consumir localmente.
- ¿Y cómo manejan ustedes la dicotomía que se vive en otras cadenas, entre mercado interno y externo?
- Yo creo que en la cadena bovina existe esa dicotomía que mencionás, pero nosotros copiamos el sistema aviar en donde no hay dicotomía. La avicultura entendió que en el mundo, el negocio importante, es el mío. O sea, cuando yo estoy globalizado, el primer mercado es el mío, el interno. Hay que abastecer bien el mercado interno, porque si se está preocupado sólo por la conquista del internacional, alguien va a venir a abastecer a nuestro país.
- De hecho, Brasil está abasteciendo una parte de nuestro mercado…
- Sí, sobre todo lo que es el sector industrial, que se ha hecho muy dependiente de distintos tipos de corte que, para hacerlo acá, tenemos que tener más volumen. Entonces, en la medida en que nosotros aumentemos la cantidad de producción, vamos a poder reemplazar el mercado de importación que viene de Brasil. De todos modos, ese no es nuestro primer objetivo, sino el de aumentar el consumo de la carne fresca que es lo que nos dio previsivilidad en el mercado; luego, es empezar a exportar cada vez más a destinos internacionales que ahora son incipientes (de hecho es un sólo destino, que es Georgia), pero estamos abriendo 5 destinos más y la idea es abastecerlos, sin olvidar que el mercado principal es el local. Estamos convencidos de eso. Es decir, no vamos a necesitar acá de un Secretario de Comercio que nos diga qué es lo que tenemos que hacer. Eso sí: no vamos a dejar de desperdiciar el mercado internacional con la competitividad que tenemos, porque en vez de estar mandando maíz o soja estamos mandando valor agregado que es la carne de cerdo.
- ¿Cuáles son los mercados que se están empezando a abrir y cuál es el criterio bajo el cual ustedes deciden abrirlos?
- El primer criterio que se usó acá luego de 25 años de no exportar fue “vendámosles a quien les podamos vender”. No hay una estrategia que diga a dónde vamos a vender primero, porque después de mucho tiempo de sequía lo primero que hacés cuando te dan una pileta es meterte adentro del agua, por más que esté fría, caliente o sucia. Creo que la primera sensación fue “podemos hacerlo”. Esto nos sirvió para adecuar muchas cosas, porque hay una falencia muy grande para la exportación en toda la infraestructura de la cadena de frío de los frigoríficos porque durante 25 años no nos dedicamos a exportar; es decir, éramos un mercado de frescos. En suma, hoy hay dos frigoríficos que están trabajando para exportar, pero tenemos que tener una gama más amplia en condiciones de vender al mundo. Esa es una de las razones por la cual tampoco abrimos muchos mercados.
Aparte, estamos haciendo experiencia. Nos sirvió mucho el conflicto entre Georgia y Rusia (al único que le vendíamos generó un conflicto), pero vimos la parte positiva de todo esto: un poco nos obligó a empezar con mercados que habíamos dejado de lado. Hoy estamos con 2 o 3 destinos abiertos, lo que significa que la mercadería que estuvo 15 días parada con el conflicto, hubiera salido mucho más rápido. De todos modos, podría haber sido algo mucho más grave.
- Están pagando el derecho de piso…
- Sin dudas, pero siempre es preferible pagarlos cuando uno empieza, con pocas cantidades, y no cuando los volúmenes son importantes y todavía no se vieron las cosas que se deben hacer para que todo salga bien.
- ¿Cuánto dinero se necesitaría para poder estar a la altura de este posible crecimiento del sector, y de qué modo se puede conseguir ese dinero?
- El sector va a necesitar entre 400 y 500 millones de dólares. Este número, relacionado a la plata que generaría el aumento como oferta para reemplazo de carne fresca como opción para el mercado externo, es una inversión demasiado chica. Ese dinero, tiene que venir acompañado de una decisión política que creo que está, porque desde la Presidencia de la Nación se repite que debemos agregar valor a los cereales y siempre se nombra al sector avícola y porcino. Es ha sido un trabajo de muchos años que se hizo desde la Asociación para colocarnos como opción, pero ahora la tenemos que aprovechar. Creo que políticamente desde la presidencia debería hacerse una línea de crédito –que ya está muy hablada con el Banco Nación y desde los bancos provinciales –accesible por debajo del 8%. O sea, cualquier tasa que superara el 10% no es rentable ni para el cerdo ni para cualquier actividad agroalimentaria o agroindustrial.
- Y más allá de las inversiones y el peso de faena ¿qué otra condición que dependa exclusivamente del sector será necesaria para producir más?
- Nosotros pensamos que parte del crecimiento se va a dar por parte de los propios productores, y por reconversión de productores. En esto último separamos siempre dos estratos: aquellos que poseen entre 500 y 1000 hectáreas y ven que las retenciones van a seguir, por lo que han comenzado a pensar en cómo darle valor a ese cereal que están produciendo. Es decir, al transformarlo en carne de cerdo la retención no sale, sino se potencia.
Por otro lado, visualizamos la reconversión de los pequeños productores, especialmente de la zona norte donde hay monocultivos que hay que empezar a rotar: llámese yerba mate, tabaco, té, algodón, caña de azúcar y soja (que ocupa un lugar importante en esa zona). Hoy un productor de 50 hectáreas que vive de la soja al arrendar su campo, por cuestiones climáticas o por el mismo desgaste que tiene la soja con el suelo, dentro de 5 o 6 años ya no va a poder arrendar el campo y tampoco va a poder producir. Entonces, estamos promoviendo que ese productor vea un poco más allá, y no esté preocupado cómo se salva él sino qué genera para sus hijos. El cerdo, en ese esquema, entra perfectamente como también la avicultura.
- Un proyecto a largo plazo…
- Un proyecto político a largo plazo. Y que no ha salido desde la política misma del Estado, sino que ha salido desde el sector privado y que el Estado está acompañando porque hay una estrategia interesante. Por eso, siempre digo que no esperamos políticas del Estado, sino que las políticas las hacemos nosotros con su acompañamiento. El negocio no es pelearse, sino encontrar en él un socio estratégico que nos apuntale cuando estamos mal, nos acompañe en el camino y nos acelere cuando lo necesitemos. Hasta ahora, nos fue bien.
 
* Periodista de Red Alimentaria.

TAGS:

Compartir:

Post Relacionados