El Rol de los Envases y Embalajes en la Disminución de la Pérdida y Desperdicio de Alimentos

Sin perder de vista sus funciones principales de proteger, contener, preservar y concientizar, la industria debe innovar en formatos, tecnología y materiales que alarguen la vida útil de los productos y, a su vez, protejan el medio ambiente.

Por: Ing. Silvio Colombo, Coordinador de la Comisión de Iniciativas SAVEFOOD del Instituto Argentino del Envase (IAE)

Fotos: Banco de imágenes

Save Food es una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Messe Düsseldorf . Cuenta con más de 850 miembros procedentes de la industria, asociaciones, instituciones de investigación y ONG (http://www.fao.org/save-food/background/es/).

La WPO (World Packaging Organisation) es un miembro importante de esta iniciativa y lidera, a nivel mundial, las acciones referentes al rol de los envases y embalajes y su relación con la pérdida y desperdicio de alimentos . Por su parte, el Instituto Argentino del Envase, lo hace a nivel nacional y su participación es, a su vez, replicada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, a través del Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos y la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios – COPAL, quienes permiten articular, comprender, medir, difundir y concientizar acerca de la problemática vigente de la pérdida y desperdicio de alimentos a partir de un conjunto de acciones que repercuten en mayor o menor medida en toda la cadena de valor de los alimentos.

Todos estos organismos coinciden en una mesa de colaboración que permite focalizar, detectar y desarrollar propuestas de mejora acerca de los principales factores de influencia en el mundo del Packaging que generan mayores índices de pérdida y desperdicio de alimentos a nivel nacional, tales como: el Envasado, la Distribución, las Mermas Industriales y el Consumo.

Los envases y embalajes, por estos días, tienen el desafío de vencer su mala reputación frente al cuidado del medio ambiente, pero a su vez, también tienen la contracara positiva de sus atributos, para con la protección y extensión de la vida útil de los alimentos, razón por la cual se busca dimensionar un envase en su justa medida y acorde a las funciones principales de proteger, contener, preservar y concientizar.

Respecto de la Logística y la Distribución, la mejor vía de acople a la filosofía Save Food es trabajar con las Buenas Prácticas, tales como:

  • Planificación de la Demanda: planificar una buena demanda logra que solo lo necesario llegue al mercado y así evitar costos de una logística inversa .
  • Envase y embalaje: trabajar con quienes diseñan los embalajes, para que su manipulación durante el transporte y la logística, no se deteriore.
  • Mejores prácticas en almacenamiento: lograr un buen almacenamiento, sobre todo en lo referente a la cadena de frío es fundamental .
  • Adopción de la tecnología: hay gran cantidad de tecnología disponible como los IoT, que nos pueden ayudar, a modo de ejemplo las tarjetas inteligentes que cambian de color si detectan un corte en la cadena de frío, y que son de mucha utilidad.
  • Mejores prácticas en transporte (cross-docking): una buena planificación en el transporte permite que muchas veces las mercaderías crucen el dock sin ser almacenadas y lleguen más rápido a su destino.
  • Trazabilidad: saber la historia y el comportamiento de la logística de los productos, nos permite, además de tener mayor certidumbre, poder corregir errores.
  • Bancos de Alimentos: los bancos de alimentos son de gran ayuda en la redistribución de sustancias alimenticias y reciben muchas donaciones, el lograr que todos esos productos lleguen a quienes lo necesitan es la parte que no les resulta tan sencilla, la comunidad logística tiene la posibilidad de ayudar a estas ONG´s con su expertise y lograr una ventaja competitiva única en este aspecto.

En referencia al Envasado y el Etiquetado de alimentos, se resaltan la posibilidad de desarrollar envases con porciones individuales y controladas, envases fraccionables capaces de promover el consumo responsable, los que se definen a partir de nuevos formatos familiares, basados en inminentes cambios sociales, la utilización de materiales y tecnologías que posibiliten la extensión de la vida útil del producto contenido. 

La revalorización de mermas alimenticias industriales por su parte se basa en el desarrollo de nuevos productos que consideren los descartes o mermas que actualmente no son utilizadas posteriormente para la elaboración de otros productos, incluso generar un negocio a partir de ellos, ya que hay gran potencial de desarrollo en el país de la industria alimenticia que le permite involucrase directamente en el análisis de los productos que hoy representan un descarte, para buscarles un uso como materias primas, ya sea para la obtención de nuevos productos alimentarios o de principios activos para la misma industria. Sin embargo, cabe aclarar que, muchas veces, resulta más onerosa la obtención que la adquisición, lo que puede dificultar que se realicen las inversiones necesarias. 

En este punto, cabe mencionar también la posibilidad de encontrar un destino para alimentación animal a aquellos productos donde la obtención de compuestos activos resulta más costosa que su descarte. 

Ahora bien, desde el punto de vista del diseño de la experiencia del usuario y los hábitos de consumo, se deben considerar factores como:

  • Diseño de la experiencia de consumo
  • Diseño en la conservación de los alimentos (nuevos materiales y tecnologías)
  • Diseño y acarreo del envase (experiencia de usuario)
  • Diseño y beneficios en la apertura del envase (diseño inclusivo)
  • Diseño y manipulación durante el consumo (ergonomía del producto)
  • Diseño y el cerrado para la conservación parcial de producto (diseño e innovación, nuevas tecnologías y soluciones)
  • Diseño y vaciado (savefood) 
  • Diseño y desecho (diseño del ciclo de vida del producto)

Todos estos factores deben ser comprendidos desde el punto de vista de la exposición en góndola, ya que los envases tienen que permitir una correcta lectura de sus etiquetas, y el tamaño de las tipografías debe estar balanceado con el diseño comunicacional de la marca sin sobrecargar los productos. “Incorporar al envase lo que hay que informar. No de más”. Es clave contar con el detalle de las propiedades reales, no solo propaganda. No perder la etiqueta al abrir el envase durante el consumo. Tratar de evitar la compra no forzada en promociones como el 2×1, que incitan a sobre abastecerse por aprovechamiento de precios pero que, posiblemente, en el ámbito de los alimentos, implique una posible pérdida por vencimiento. Educar a los consumidores acerca del tratamiento de los productos envasados, a fin de poder mejorar sustancialmente las condiciones de conservación.

Como conclusión, podemos resaltar que un abordaje de manera integral con miras a toda la cadena productiva nos permite generar concordancias en los ejes de trabajo que competen a cada uno de los organismos que formamos parte de esta iniciativa global. En este sentido los próximos pasos son:

  • Envasado y etiquetado: packs para nuevos formatos familiares; cambio de enfoque en diseño y desarrollo de alimentos; IOT.
  • Logística y distribución: células logísticas / app; externalidades logísticas; la logística como socio estratégico en la cadena de valor.
  • Revalorización de mermas alimenticias industriales: materia prima para industrias; investigación en frutas y hortalizas; obtención de pectinas, terpenos y flavonoides; alimento para animales.
  • Consumo de alimentos: legibilidad en etiquetas; nuevas tipologías en línea con el vaciado de envases; diseño de porciones; educación.

Más información: http://www.packaging.com.ar/web/

Fuente: Revista AmeriCarne Nº137


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