CLAUSURA DEL FORO EXCELPORK EN MADRID

CLAUSURA DEL FORO EXCELPORK  EN  MADRID
Ralentización, desaceleración, debilidad o desconfianza fueron algunos de los términos que más sonaron ayer en el que es el principal encuentro del sector porcino de cuantos se celebran en el país. Excelpork se ha convertido en los dos últimos años en el termómetro que mide la situación por la que atraviesa este mercado ganadero no sólo en España, sino en el resto del mundo. No en vano, la industria nacional ocupa el cuarto lugar en producción.
 
El informe de coyuntura refleja la realidad de este sector de actividad a través de estadísticas y análisis que aportan tanto el diagnóstico como las estrategias a seguir para salir adelante, sobre todo después de las dificultades detectadas el curso pasado, como reconoció la propia ministra de Agricultura, Elena Espinosa, en la clausura del congreso.
 
La máxima responsable estatal apeló a las exportaciones y a la apertura de nuevos mercados para salir de la crisis en la que se encuentra sumergida la industria porcina, con una gran presencia en Castilla y León y especialmente en la provincia segoviana. Basta observar el mapa de los incrementos de animales sacrificados, que muestra que en la región la actividad creció en el primer semestre del 2007 más del 13%, constituyéndose en la tercera comunidad donde más se incrementó el sacrificio de cerdos.
 
Mejor que en Europa
 
Espinosa insistió en el impulso alcanzado el último ejercicio, con un aumento del 3,3%, mientras que las exportaciones cayeron en el cómputo global de la Unión Europea el 9%.
 
La ministra llamó la atención de mercados en los que los industriales españoles del porcino han de posar sus objetivos de internacionalización. En este sentido, destacó a China, «donde se esperan que lleguen los primeros envíos en breve». El gigante asiático es el principal consumidor y productor de carne de cerdo, y «una potencia descomunal que puede perturbar el mercado universal», argumentó el profesor titular de Fundamentos del Análisis Económico de la Complutense y uno de los autores del estudio Excelpork, José Antonio Herce.
 
El especialista también hizo hincapié en la necesidad de potenciar la internacionalización de la industria porcina española y matizó la forma. Para ello puso de ejemplo la política seguida por Dinamarca, país que no está entre los tres máximos productores de la Unión Europea, pero que lidera la comercialización de su género fuera de las propias fronteras.
 
Marca identificadora
 
La llave, según desveló Herce, está en «convertir la vocación exportadora, hasta ahora prácticamente circunstancial y testimonial, en una estrategia regular». El experto explicó que se trata de «crear una identidad de marca que unifique al sector».
 
José Antonio Herce profundizó en las estrategias para salir de la crisis y apostó por desterrar la desconfianza entre los empresarios del sector, a quienes animó a intercambiar información en una fase precompetitiva. Asimismo, el profesor de la Complutense subrayó la imperiosa necesidad de «acudir a alianzas y colaboraciones internacionales» que permitan superar el bache en el que ha caído el mercado del porcino en España en el 2007.
 
El cambio de ciclo observado gracias a la encuesta realizada por el observatorio del sector se ha visto plasmado en el estudio elaborado por Analistas Financieros Internacionales para Elanco, la división de salud animal de los laboratorios farmacéuticos Lilly.
 
El giro al que se refirió José Antonio Herce se justifica en la «ruptura de un patrón de comportamiento muy establecido a lo largo de los años». El analista concretó que durante el ejercicio pasado el sector no ha tenido la capacidad de la que ha hecho gala habitualmente para reaccionar y compensar las pérdidas que se suelen generar en el trascurso del año. Y es que el mercado del porcino es una industria muy volátil y estacional. Precisamente esa temporalidad ha sido la que se ha roto en un escenario con demasiados condicionantes negativos que han evitado los repuntes.
 
Descenso de las ventas
 
Esa tendencia se empezó a observar en febrero del 2007. Desde entonces, la confianza de los empresarios ha caído al ritmo que descendían las ventas. El informe presentado ayer en Madrid evidencia un desplome en los precios de la venta de la carne de cerdo, lo que ha hecho mella en el sentimiento de los empresarios.
 
El 94% de los industriales del sector consultados reconocieron haber visto cómo los precios de sus artículos se recortaron durante el 2007. Es más, casi cuatro de cada diez empresarios preguntados apuntaron pérdidas de entre el 5% y el 10%.
 
El estudio revela otra herida en el sector. Es la «importante ralentización en el consumo de carne de cerdo». En el 2006, el mercado había registrado un aumento de la demanda, lo que se tradujo en pasar de un consumo per cápita de 59,4 kilos al año a 61,2. Este incremento contribuyó entonces a mejorar los resultados.
 
Ante este panorama, Herce recogió el sentir de los empresarios y se hizo eco de la «incertidumbre de cara al 2008», ya que no se atisban signos de mejora en las condiciones, al menos en el primer semestre del curso.El profesor de Fundamentos del Análisis Económico de la Complutense, José Antonio Herce, lamentó ayer el «'annus horribilis'» sufrido por la industria española del sector porcino. La radiografía del informe Excelpork arrojó en el 2007 un cambio de ciclo, aunque los analistas no sean muy partidarios de este concepto. La encuesta llevada a cabo a industriales españoles descubre un golpe de timón en el rumbo alcista que esbozaba la trayectoria de esta industria en los últimos años.
 
La posterior exposición del análisis de coyuntura apoyó la sentencia con la que comenzó Herce su ponencia, quien aludió al «sufrimiento» del año 2007. El experto indicó que el ejercicio se vio «marcado por la carestía de las materias primas y de sus productos derivados», en clara referencia al crecimiento experimentado en el precio del pienso. El estudio Excelpork subraya que en agosto del 2007 el importe del pienso para crecimiento y cebo se situaba en los 263 euros por tonelada, lo que representa el 20% más que tan sólo un año antes.
 
Este encarecimiento ha impactado en las cuentas de las empresas porcinas, siendo uno de los torpedos que han hecho temblar el sector en los últimos meses junto a la bajada de la demanda y del consumo, el exceso de producción y el creciente empleo de los biocombustibles.
 
Fuente: Nortecastilla.es

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