Bioseguridad en granjas porcinas
Por: Dra. Isara Ramírez, encargada del
Departamento de Inspecciones en UBI Meat Experts in
Quality Assurance
Foto: UBI Meat Experts in Quality Assurance
En los últimos años la porcicultura ha variado considerablemente. La prevención de las enfermedades y la bioseguridad en la cría de cerdos es un punto clave para lograr un negocio rentable y competitivo.
La implementación de reglas y procedimientos en la producción porcina como forma de proteger la salud y evitar la entrada de nuevas enfermedades, es de gran ayuda para mantener un buen estado sanitario de los animales.
Las enfermedades constituyen un gran desafío en la cría de porcinos, debido a que pueden causar gran mortalidad o afectar los índices productivos como la ganancia de peso, que a largo plazo significa pérdidas económicas significativas. Las mismas se introducen de manera directa por los propios animales que ingresan al predio, o indirecta donde pueden intervenir diversos factores como “vehículos” de los agentes causantes de las patologías como por ejemplo a través del viento, operarios, equipos, alimentos, agua y otros animales.
Unos de los puntos de importancia en la bioseguridad es la capacitación de los propietarios y operarios acerca de las formas de prevención, así como las medidas correctivas a implementar en caso de que se introduzca alguna de las enfermedades. Es importante aclarar que tener establecidos esos protocolos por escrito, así como el respaldo de los registros (ej. períodos de vacunación) e información relevante acerca de las medidas tomadas en la granja, es crucial para lograr mejores resultados sostenibles en el tiempo.
Medidas de control y prevención:
· Distancias: las granjas deben estar alejadas de población urbana, rutas, otros animales, así como de otras granjas.
· Delimitación: utilización de cerco perimetral para delimitar la zona, y prevenir el ingreso de otros animales.
· Visitas: el ingreso de visitantes debe ser mínimo y los mismos deben seguir las normas de bioseguridad. Al ingresar a las áreas de producción se debe contar con la presencia de filtros sanitarios, y los visitantes y operarios deben cumplir con las buenas prácticas de higiene (lavado correcto de manos, calzados, etc).
· Plagas: el control de roedores, pájaros y moscas de manera regular es fundamental, así como los sistemas apropiados de recolección y tratamiento del estiércol y el de desecho de animales muertos.
· Plan Sanitario: vacunas, medicamentos, antiparasitarios, períodos de carencia, monitoreos.
· Capacitaciones: el personal de la granja debe estar familiarizado y bien instruido con los procesos establecidos e implementados. Se debe mantener informado, capacitado y motivado al personal, creando condiciones higiénicas adecuadas y buenos hábitos personales (vestuarios, duchas, proveer de ropa y calzado de trabajo). Así como mantener las instalaciones limpias y desinfectadas.
Calidad de alimentos y agua:
El agua deber ser potable o de pozo profundo. La misma debe ser analizada y tratada, en caso de ser necesario. Se deben realizar controles periódicos y siempre tratar y potabilizar el agua.
Los alimentos e insumos deben ser transportados adecuadamente, por medio de vehículos para tal fin, cumpliendo con medidas higiénicas estrictas. No se debe trasportar alimentos en el mismo lugar donde movilizan los animales.
Estas son algunas de las medidas a considerar como forma de prevenir o minimizar el ingreso de patógenos causantes de enfermedades en una granja porcina.
Es importante que en la gerencia general estén bien informados de las medidas de bioseguridad ya que estas producirán mayor estabilidad sanitaria, mejor calidad de producto e incremento del resultado económico, pilar fundamental de este negocio que es la producción porcina.
Es clave, por lo tanto, dar garantías de la aplicación de estas medidas en todo el sector, como forma de mantener los estándares sanitarios altos y lograr el acceso o mantenimiento a los distintos mercados que comercializan carne porcina.
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