ASPECTOS SANITARIOS EN LA PRODUCCION DE CONEJOS
Introducción
En estas notas sobre "aspectos sanitarios de la cunicultura", indico generalidades del conejo y también del subsector cunícola, de posible interés para los veterinarios. Además, examino algunas cuestiones históricas y técnicas, que me parecen claves en las relaciones recíprocas entre la Cunicultura y la Veterinaria.
Los lectores encontrarán información concerniente a algunas preguntas y variables relevantes, como las siguientes:
¿Los conejos son animales delicados?
¿Qué problemas son más comunes en la cría de conejos?
¿Qué variables influyen en la aparición de enfermedades?
¿Cómo atienden los veterinarios las necesidades de los cunicultores?
¿Cuáles son las prioridades sanitarias de este subsector?
A tal fin me parece adecuado apoyarme en opiniones personales, en algunas fuentes de información documentales y en aspectos de mi trabajo en el ámbito de las granjas intensivas.
Los vínculos de España con los conejos son antiguos. El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) es oriundo de nuestro país; los restos más antiguos de este género (6 millones de años aprox) proceden de Granada. Cuando los fenicios llegaron a nuestras costas, 1000 años aprox. antes de nuestra era, se sorprendieron de la abundancia de conejos y aplicaron la denominación I-Saphan-Im, "el país de los damanes", pequeños roedores de su país, que confundieron con los conejos (que pertenecen al orden de los Lagomorfos, no a los Roedores). Ese nombre, latinizado, se convirtió en Hispania (MUÑOZ GOYANES, 1960). A este respecto, se acuñaron un denario del emperador Adriano (ceca de Roma, entre los años 134 y 138 d. de J.C.), y también la primera peseta (Gobierno Provisional de 1869), donde figura Hispania con un conejo a sus pies; sin embargo, no está en la edición homenaje a la primera peseta, la moneda de 100 Pta. acuñada en la primavera de 2001.
El hombre ha sabido aprovechar la carne y las pieles de los conejos silvestres y, más recientemente, también del doméstico. Está aceptado que la cunicultura familiar tiene su origen en los monasterios del medievo. En la actualidad, la producción de carne de conejo es la actividad más destacada de este subsector ganadero. Según estimaciones de la FAO (www.fao.org), España es el tercer productor mundial (140.000 t sobre el total de 1.000.000 t), después de China e Italia. Otras actividades cuantitativamente menores incluyen los conejos destinados a la experimentación (p.ej./por ejemplo, en la industria farmacéutica), la producción de pelo (conejos Angora), de pieles (conejos Rex y Orylag), además de los conejos domésticos (razas enanas y animales para concurso morfológico).El conejo silvestre es fundamental en los ecosistemas españoles, notable en el ámbito de la
caza y, de forma relativa, en las explotaciones cinegéticas.
Estructura del subsector cunícola en España. Aspectos más notables
Los protagonistas de este subsector son los productores. Cataluña, la Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla La Mancha, Navarra y País Vasco, son regiones con producción destacable. Los fabricantes de pienso, proveedores de animales, de semen, fabricantes de jaulas y material, así como laboratorios de productos zoosanitarios y diagnóstico, y por supuesto los mataderos y el segmento de la distribución cárnica, aportan también fuerza a la cunicultura. Aparte de la actividad de miles de personas y de su contribución al PIB/Producto Interior Bruto, otra muestra de que la cunicultura está muy viva, es la unión a través de la intersectorial cunícola: INTERCUN. Además, existen dos publicaciones monográficas:
Cunicultura y Lagomorpha, editadas por la REOSA/Real Escuela Oficial y Superior de Avicultura de Arenys de Mar y ASESCU/ Asociación Española de Cunicultura, respectivamente, durante 25 años.
El segmento de la producción evoluciona. Las explotaciones familiares existen en España, como en el resto de Europa, pero en menor número que antaño. Éstas dieron paso a las granjas complementarias (50-200 conejas) y, sobre todo, a las explotaciones industriales; se estima que puede haber 5.000. La producción intensiva se hace en grandes explotaciones, generalmente de ciclo cerrado; 740 hembras es el tamaño medio de las granjas que he visitado durante los primeros 8 meses de 2001. Es una actividad donde los factores de producción: el alojamiento, los animales, la alimentación, el manejo y el microbismo se combinan para dar los resultados medios siguientes: 47 gazapos de 1,950 kg a los 62 días, vendidos por coneja y año. El índice de conversión global del alimento (maternidad y cebadero) fue 3,8. El precio medio de 2000 en la Lonja de Bellpuig fue 273,5 Pta./kg peso vivo.
El comercio de carne es muy dinámico. El porcentaje destinado a la exportación es notable; predominan los envíos a toda Europa de canales refrigeradas (1-1,5 kg canal, a 700 Pta./kg, aprox.). También se exportan conejos vivos a Portugal y Francia. El comercio interior incluye el envío de conejos vivos, p.ej., desde Guipúzcoa hasta Navarra o de canales, p.ej., desde Galicia hasta Madrid. El consumo total de carne actualmente está comprendido entre los 2,5 y 3 kg por habitante y año (más 60 kg carne de porcino, 24 de aves y 7 de vacuno, según el MAPA); en toda Europa la tendencia del consumo de carne de conejo es alcista.
Todo lo que concierne a la carne tiene interés, por los aspectos comerciales: por ejemplo, la necesidad de diferenciación, y técnicos (Salud Pública); es una parte de la cadena donde también es necesario mayor esfuerzo (innovador, inversor). A este respecto hay que ver Alimarket nº 142, julio 2001.
Cunicultura y Veterinaria. Algunos antecedentes
Los vínculos de la Veterinaria con la Cunicultura son modernos. En los años 1900-1960 predominaban las granjas familiares con 5-25 hembras, salvo excepciones de algunas granjas grandes en Cataluña, Madrid y Valencia (MARTÍN DE FRUTOS, 1950). Algunos veterinarios vinculados a la Administración trabajaron con conejos, en el ámbito de las Estaciones Pecuarias (CORDERO DEL CAMPILLO, entre otros), Juntas Provinciales de Fomento, Direcciones Provinciales de Ganadería (p.ej., CUEVAS ÁLVAREZ), facultades (SARAZÁ en Madrid), INIA (p.ej., SÁNCHEZ BOTIJA, BLANCO LOIZELIER, ORDÁS, BARRERA) y Laboratorios Pecuarios (ZARZUELO, PEDRUELO, GALINDO, entre otros), además de algunos titulares (AMICH, GUIXERAS) y del Cuerpo de Veterinaria Militar (ABAD GAVÍN).
Desde mediados de los años 60, diversos colegas vinculados con la fabricación de piensos compuestos (COSTA BATLLORI, CABRÉ, CAMPS, DEL BLANCO, MESTRES, PÉREZ ZURIAGA, ROVELLAT, entre otros), iniciaron una extensa labor de promoción, dirigida primero a las explotaciones familiares y las complementarias, e inmediatamente a las explotaciones intensivas. Además de las fábricas de pienso, laboratorios de farmacológicos (LÓPEZ ROS, CODINA, entre otros), los mataderos (veterinarios inspectores) y en el Servicio de Extensión Agraria (p.ej., HERNÁNDEZ BENEDÍ), nuestra profesión tuvo poca influencia en el ámbito de la investigación, dirigida al conejo como especie; otra cosa es su empleo en estudios
aplicados a otros animales (rabia en perros, PPC en cerdos), incluido sobre todo el hombre (oftalmología, dermatología, oncología, entre otras).
La dedicación exclusiva a la producción de conejos se produjo a partir de los años 80. Desde entonces, el número de veterinarios con ejercicio clínico ha ido en aumento, hasta llegar a 25-30. Desarrollan sus funciones sobre todo en las fábricas de pienso, con asociaciones de productores (Galicia, Navarra, País Vasco, también en INTERCUN, con J. PIÑÁN como gerente) y algunos a tiempo parcial, en el ejercicio de la clínica libre. En el ámbito de la inseminación, que en la cunicultura española está en plena expansión, también hay colegas con dedicación exclusiva (9, por lo menos). En lo que concierne a la clínica de pequeños y de exóticos, el porcentaje de visitas a conejos es cada vez mayor, de forma similar a lo ocurrido en otros países (imagen 2). En EE UU se estima que hay más de 5 millones de conejos como animales domésticos en los hogares, 1,5 millones en el Reino Unido y más de 500.000 en Holanda (VAN DER HAGE, 2000).
En lo concerniente a diagnósticos, diversos expertos del laboratorio (patólogos, microbiólogos, parasitólogos o virólogos), del INIA (en Cataluña IRTA/CRESA, el SIA en Aragón, etcétera), de facultades y laboratorios privados tienen dedicación parcial al conejo, por la presión de los clínicos y productores (incluso los ecólogos y cazadores, en lo que respecta al silvestre), también por su curiosidad hacia la
especie y, en cierta medida, por los campos disponibles en investigación aplicada.
Es un hecho muy estimulante que estos profesionales, al amparo por ejemplo de nuevos centros públicos (facultades, CSIC), encuentren interés n esta línea de trabajo. Mejor aún, que hayan tenido la tenacidad y el buen criterio, para conseguir fondos de origen privado y público, ya sean nacionales, comunitarios o ambos. En España existe apoyo público desde hace más de 20 años a algunos centros de investigación: la Universidad Politécnica de Valencia (Unidad de Mejora, con prestigio mundial), Politécnica de Madrid, en alimentación del conejo (también con prestigio), la Unidad de Mejora Genética del IRTA o el núcleo de mejora del Gigante de España de la Universidad de Zaragoza. En los dos últimos años los Ministerios de Sanidad y Consumo, MAPA y Ciencia y Tecnología, además de algunas Comunidades Autónomas, han mostrado cierta permeabilidad, me atrevo a decir, a las "especies menores", incluido de modo especial el conejo; es un hecho formidable, a pesar del grave inconveniente que ha supuesto la aparición de dos procesos (EEB y PPC) y la disminución de recursos para otras especies, incluido el conejo.
Cunicultura y Sanidad
En los modelos de cunicultura actuales predomina la medicina de la producción: su objetivo es mantener el grado de salud compatible con los resultados productivos y económicos. Otras perspectivas elementales (técnicas y biológicas) son el bienestar de los conejos (OMS) o de las personas (que disponen de alimentos) y también el control de enfermedades transmisibles a otras granjas y las zoonosis. El mantenimiento de la salud de las poblaciones de conejos es un objetivo sobre todo económico; los cuidadores tienen un coste en productos zoosanitarios y servicios veterinarios comprendido entre 7 Pta./kg p.v., en el mejor de los casos, hasta 28 en el de mayor coste, y 17 Pta./kg p.v., para una granja media (en este ejemplo, 1.750 Pta./coneja/año). El gasto sanitario permite la mejora de rentabilidad para el productor, mayor cantidad de carne para el consumidor y, en definitiva, contribución al PIB. No obstante, en la actualidad el veterinario recomienda tratar cuando no existen inconvenientes para la Salud Pública; por lo tanto, en el siglo XXI la variable económica ha quedado relegada.
En los estabularios de las industrias farmacéuticas se utilizan cantidades considerables de conejos (control de pirógenos, vacunas, entre otros fines); son animales que no se pueden medicar, en términos generales, y por ello es ineludible ejercer también la medicina preventiva en las granjas proveedoras y, por supuesto, mantener la higiene en los estabularios. En el ámbito del conejo de compañía o de animales de concurso la perspectiva económica cede interés a la clínica; el individuo tiene tanto valor como quiera concederle su propietario. Los colegas de las facultades o de las clínicas que son expertos en pequeños o en exóticos, atienden cuadros patológicos (p.ej., en medicina interna, oftalmología o traumatología), que en el caso de las granjas necesariamente se desechan; en las explotaciones intensivas la eliminación de enfermos o de improductivos es importante para el éxito.
Características del trabajo en explotaciones intensivas
Mi función en la empresa privada está exclusivamente elacionada con la cunicultura desde hace 17 años, después de 3 años de actividad en el INIA (Madrid). Coordino un equipo de 10 veterinarios expertos, en el ámbito de toda la península Ibérica. Normalmente hago el 55 % de trabajo en gestión y el resto en campo, en general con alguno de mis compañeros. En la visita a una explotación escucho las necesidades del cuidador y en particular los signos iatrópicos, por los cuales avisa al veterinario. En las granjas hay mucho dinamismo (100 vacas hacen 90 partos al año, pero 100 conejas 700) y, por ello, con situaciones de riesgo frecuentes (p.ej., con ocasión del parto y durante la lactancia). Por ese motivo, es útil consultar sus resultados de gestión técnica (p.ej., la mortalidad de adultos y de gazapos, número de jóvenes reemplazos disponibles, la tasa de fertilidad o la prolificidad). El examen de algunas reproductoras y sus respectivas crías en la sección de maternidad, algunos gazapos en el cebadero, además de las necropsias y la eventual toma de muestras, son elementos que forman el protocolo de trabajo, para obtener criterios para el diagnóstico y, finalmente, la propuesta de alternativas de mejora al productor.
Durante los 8 primeros meses de 2001 hice 300 visitas a 121 granjas. El tamaño medio de las explotaciones era 740 conejas en producción, con extremos comprendidos entre las 75 y las 6.000 reproductoras. En 146 visitas no hubo problemas (48,6 % del total, eran visitas de "revisión"), mientras que en 154 hubo cuadros patológicos graves. Lo más destacable fueron las enfermedades del aparato digestivo: 89 visitas/154 (57,8 %), especialmente por enteropatía mucoide: 61 visitas/89 (68,5 %). Los demás trastornos fueron los siguientes: enfermedades de la reproducción (6 casos), mixomatosis (3 casos), enfermedad hemorrágica vírica (3 casos), enfermedades del aparato respiratorio (8), dermopatías (tiñas), estafilococias (10) y otros. En una encuesta más amplia que hice durante los años 1995-1998, de 1.014 visitas por problemas, no de "revisión", el porcentaje de enteropatías encontradas también fue elevado, pero sensiblemente inferior al periodo enero-agosto 2001. Desde 1997 existe una pandemia de enteropatía mucoide (imagen 3), que ha afectado más del 95 % de las granjas europeas. Es un proceso reemergente, descrito de forma inequívoca hace más de 50 años, en lo concerniente a los signos clínicos, lesiones y aspectos epidemiológicos. Sin embargo, la etiopatogenia es esconocida. En ausencia de medicación, la mortalidad supera el 75 %. Con los antimicrobianos disponibles se puede paliar bien el problema, salvo excepciones, a pesar del incremento de coste y del grado de vigilancia y esfuerzo que exige su control.
En cunicultura los determinantes de enfermedad incluyen diversos patógenos. Hay que destacar, por orden de interés: Escherichia coli, Pasteurella multocida, Eimeria spp., Clostridium spp., Staphylococcus spp. y Trichophyton mentagrophytes (y en el conejo silvestre: virus de la enfermedad hemorrágica, mixomatosis y Eimeria spp.)
Además existen riesgos vinculados a otros factores de producción. El alojamiento favorece a menudo agresiones, strés enfermedades; la situación ideal en las condiciones ambientales (temperatura, humedad y velocidad del aire) no existe durante todo el año. Otro factor que debe ser homogéneo, además de inocuo y eficaz, es el alimento, incluida el agua. No obstante, en la mayoría de granjas las personas (se estima que la UTH/Unidad de Trabajo Hombre es 400 reproductoras y su cebo) influyen sobre los demás factores; las horas de trabajo, la experiencia y el grado de organización son decisivos en el éxito.
El veterinario afronta notables dificultades para localizar los principales factores de riesgo. Los conejos están predispuestos a padecer enfermedades, sólo porque están sometidos a fuertes presiones productivas; ¿pero los conejos son animales delicados? Con motivo de la publicación del libro Enfermedades del conejo (editado por Mundi Prensa, Madrid, 2000, en 2 tomos, con 1.200 páginas y 400 fotografías en total, a 61 euros cada volumen), donde coordiné a 55 autores, planteé al profesor LEBAS, del INRA de Toulouse, que indicara su criterio al respecto, en el contexto del capítulo de "Biología", que escribió como introducción (lógica y necesaria) a este libro de patología del conejo. En su opinión, aunque casi todo sea discutible, los conejos no son más sensibles que otros animales explotados en condiciones intensivas, como el cerdo; ¡sólo es un animal que va deprisa¡ Si el cuidador o el veterinario no son buenos observadores, el conejo pasa rápidamente de la salud a la enfermedad y la muerte.
A partir del análisis detallado de las variables de un problema, en el que a veces deben intervenir otros expertos (p.ej., ingenieros de ambiente), es necesario disponer de perspectiva global, por medio de la síntesis y dar preferencia a uno o dos aspectos que se deben mejorar; no es recomendable indicar al ganadero que cambie diez cosas de su granja, en una semana. En lo concerniente a la mejora sanitaria, el esquema que se utiliza es común a otras producciones animales (NOORDHUIZEN et al., 1997). Contra un tipo de enfermedades se emplean la reducción y el control; es lo más frecuente, por ejemplo, en el caso de neumopatías (P. multocida) o enteropatías (enterobacterias y anaerobios Gram positivos), que son trastornos endémicos, con prevalencias bajas o moderadas y a menudo con origen multifactorial. La otra vía es la erradicación y prevención de procesos tan graves, como la salmonelosis, mixomatosis y VHD, que son altamente infecciosos, con mucho peligro para toda la población animal y también eventualmente para el hombre (salmonelosis, afortunadamente con baja incidencia).
En las granjas se utilizan diversos medios para el control de enfermedades: la inmunoprofilaxis contra mixomatosis y enfermedad hemorrágica vírica (VHD o RHD) y de forma ocasional algunas autovacunas (p.ej., contra estafilococias). La profilaxis higiénica: a través del control de los factores de producción (manejo del alojamiento, del alimento y de los animales), o de la limpieza y la desinfección, entre otros. La profilaxis médic (metafilaxia) es una elección frecuente: en el 54 % de las granjas se utilizan antibióticos por vía arenteral en el posparto (vía SC); en el 81,8 % de los casos son productos con penicilinas.El uso de aerosoles por vía tópica también es general (prevención del "mal de patas").Además, los tratamientos médicos son comunes, sobre todo con antibióticos.Lo más frecuente es la vía oral, en pienso y en agua de bebida.
En lo concerniente al tratamiento por vía oral, todas las granjas utilizan piensos medicados. Los alimentos no medicados para conejos contienen diversos aditivos: coccidiostáticos (robenidina, salinomicina) y bio-reguladores (acidificantes, aceites esenciales, oligosacáridos y microorganismos: Bacillus spp. o levaduras), a excepción de los piensos blancos o de retirada, para el acabado antes del sacrificio. Además hay piensos medicados, que incluyen antibióticos o sulfamidas;las moléculas más frecuentes son las tetraciclinas (CTC, OTC), pleuromutilinas (tiamulina), polipéptidos (colistina o bacitracina de zinc), aminoglucósidos (apramicina o neomicina) o macrólidos (tilosina, espiramicina, tilmicosina). En agua de bebida se emplean todos, a excepción de los tóxicos por esta vía (betalactámicos).
Necesidades del subsector cunícola en España
En Europa hay normas sobre la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente. A tales fines, el trabajo de 100 veterinarios inspectores en los mataderos de conejos es notable pero no cabe duda que el principal esfuerzo debe hacerse en el ámbito de las granjas de conejos, que es donde se puede conseguir mayor eficacia (TANTINYÀ et al, 2000); fundamentalmente con el control de zoonosis y de residuos de antimicrobianos, mediante el uso prudente (www.fve.org). Este es el aspecto clave, que debe obligar a todas las personas relacionadas con las granjas de conejos, para que utilicen los protocolos de calidad, vigentes ya en otros sectores punteros.
También quiero referirme a los productos zoosanitarios. No me cabe duda que a pesar del esfuerzo que los cuidadores hacen en mantener la higiene de sus granjas y respetar otros preceptos vigentes, en los modelos actuales de producción intensiva el uso de
antimicrobianos es ineludible. Sus inconvenientes para la Salud Pública, de modo similar al empleo de plaguicidas en producción vegetal, en la
mayor parte de los casos son debidos al uso inapropiado, antes que a las moléculas per se, como indica un organismo con credibilidad contrastada (NRC, 1999). La inclusión de datos sobre el coste sanitario tiene, entre otros objetivos, persuadir un poco más a los laboratorios de farmacológicos y comprometerles a invertir parte de sus ingresos (a partir de la cunicultura); por ejemplo, en un tema muy conveniente en este siglo, que es el registro de moléculas para conejos.
Algunos ya se han implicado, de modo especial por el impulso de la Agencia Española del Medicamento; pero faltan más.
Espero que el lector haya encontrado algunos datos y evidencias, que en ningún modo he querido tratar como concluyentes, acerca de las perspectivas sanitarias de la cunicultura; este pequeño mundo donde nos movemos menos de 50 colegiados. La producción de conejos es una actividad ganadera viva y moderna, que afecta a muchas familias españolas, con ganas de vivir de lo que saben hacer.
J.M. ROSELL
Doctor en Veterinaria
Bibliografía
MARTÍN DE FRUTOS, J. (1950). Conejos y conejares. Edición revisada y ampliada del libro de CRESPO, R.J.. Espasa Calpe S.A. Madrid. 566 pp.
MUÑOZ GOYANES, G. (1960). Anverso y reverso de la mixomatosis. Dirección Gral. de Montes, Caza y
Pesca Fluvial. Public. nº 4. Ministerio de Agricultura. Madrid. 154 pp.
NOORDHUIZEN, JPTM, FRANKENA, K, WELPELO, HJ (1997). Applying HACCP principles to animal
health care at farm level. En: Application of quantitaive methods in veterinary epidemiology. Capítulo X,
pp 293-310. NORDHUIZEN, JPTM; FRANKENA, K; VAN DER HOOFD, CM; GRAAT, EAM (eds).
Wageningen Pers. Wageningen, Holanda.
NRC/NATIONAL RESEARCH COUNCIL (1999). The use of drugs in food animals. Benefits and risks.
CABI Publishing. Wallingford, Reino Unido. XXI + 253 pp.
TANTINYÀ, M; ROSELL, JM; FACCHIN, E. (2000). Salud Pública. En: Enfermedades del conejo.
Tomo I, Capítulo IX, pp 465-513. ROSELL, JM (ed). Mundi Prensa, Madrid.
VAN DER HAGE, M. (2000). Enfermedades del conejo de compañía. En: Enfermedades del conejo.
Tomo II, Capítulo XXIII, pp 545-591. ROSELL, JM (ed). Mundi Prensa, Madrid.
Fuente:Conejos de Costa Rica