ARGENTINA Y VENEZUELA: INDUSTRIALIZACION Y DESARROLLO

ARGENTINA Y VENEZUELA: INDUSTRIALIZACION Y DESARROLLO
En los albores del siglo XIX, la independencia del yugo español brindó a la América del Sur hispánica la oportunidad histórica de constituirse en el primer Estado-nación transoceánico y continental del Nuevo Mundo. No obstante, y a diferencia de lo acontecido en las colonias británicas de América del Norte, semejante obra no pudo concretarse. Una vez rechazada por España la iniciativa bolivariana de crear un imperio hispanoamericano, la victoria militar de los ejércitos libertadores no desembocó en la unidad política y económica del sistema virreinal. Las clases privilegiadas criollas, exportadoras y terratenientes –por lo general vinculadas con Gran Bretaña– sólo pensaban en romper lazos con España para proseguir su enriquecimiento a costa de las mayorías excluidas por siglos de atraso. Al comienzo, propulsaron y hasta financiaron las campañas libertadoras. Pero una vez conseguidos sus objetivos netamente emancipadores, iniciaron una larga y letal conspiración contra los partidarios de una confederación de Estados en el sur del continente. De poco sirvió alzarse o frenar sus maquinaciones separatistas: en esa América hispánica, la unidad carecía de las necesarias y obligadas leyes aglutinantes y centrípetas que toda nación precisa para erigirse y solidificarse. Sin embargo, casi dos siglos más tarde, la unidad política de la región es consciente y consecuentemente acompañada de acuerdos de cooperación y alianzas estratégicas en los planos comercial, económico, financiero y energético, de impronta industrialista y en muchos casos popular. Al respecto, un breve análisis de las fructíferas relaciones en estos campos entre la Argentina y Venezuela, relaciones que, por ejemplo, en materia de exportaciones del primero al segundo registraron un incremento del 1.000% entre 2003 y 2008, lo que hizo del país caribeño el segundo destino de mayor crecimiento en ese período (dicho volumen de exportaciones representó el 25% de los intereses pagados por la Argentina al exterior). A continuación, algunos de los puntos más sobresalientes de la alianza binacional:

1) Hasta 2003, las exportaciones de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario (MOA) cayeron notablemente, mientras que las de origen industrial (MOI) presentaron un comportamiento errático, menor a los 200 millones de dólares anuales. Sin embargo, a partir de ese año el dinamismo de las exportaciones de MOI explota, comportamiento también verificado en el caso de las agropecuarias, aunque de mucha menor magnitud (Bernal, Kiper, De Dicco - Diario Página12 del 6/12/09).

2) Las exportaciones de mayor crecimiento fueron las MOI, que con una expansión de casi 1.200% pasaron de 100 millones anuales en 2003 a más de 800 millones en 2007 (en 2008 cayeron levente, ubicándose en 760 millones);

3) Las manufacturas de origen agropecuario (MOA), registrando un crecimiento del 400% en igual período: de 100 millones a 600 millones de dólares;

4) Como el boom exportador a Venezuela se dio en un contexto de rápida expansión del comercio mundial, conviene compararlo con el crecimiento de las exportaciones argentinas al resto del mundo (RM). Mientras que las exportaciones de productos primarios al RM crecieron un 90% entre 2003 y 2007, las destinadas a Venezuela aumentaron más de un 400%. En el caso de las MOA la diferencia entre ambos grupos arroja una expansión del 92% en el primero, contra una del 350% en el segundo. Para el caso de las MOI, la diferencia es notable: 125% contra 1.120%, siempre a favor del comercio con Venezuela;

5) La naturaleza del comercio con el país caribeño es particularmente relevante por su sesgo hacia sectores complejos, sectores cuya penetración resulta, en la mayor parte de los mercados, muy dificultosa por la existencia de barreras arancelarias o paraarancelarias, la complejidad de las operaciones comerciales, logísticas e institucionales. Desagregando las exportaciones a Venezuela por empresa (las más relevantes no se encuentran identificadas en la base, de modo que se trabaja con la información disponible) se verifica la presencia de bienes de alto contenido tecnológico. Entre ellas destacan los productos provenientes de las industrias automotriz, farmacéutica, alimenticia (lácteos y carnes de frigoríficos) y de bienes de capital (ascensores), así como también los equipos de radioterapia del INVAP. La incidencia de las exportaciones a Venezuela sobre el total exportado por empresa varía en cada caso, pero en promedio es elevado (46%). Esto refleja la importancia de Venezuela como destino de las exportaciones de mayor valor agregado y contenido tecnológico a nivel nacional (Bernal, Kiper, De Dicco - Diario Página12 del 6/12/09);

6) El volumen de títulos adquiridos por el Estado venezolano entre 2005 y 2008 alcanzó los 9.200 millones de dólares, lo que representa por ejemplo el 50% de los vencimientos de capital de 2008, el 7% de la deuda pública y casi el doble de la deuda que la Argentina mantiene con el Club de Paris;

7) La provisión segura, barata y confiable de recursos energéticos resulta un elemento cardinal para la viabilidad de cualquier proceso de desarrollo económico. Las ventas de fuel-oil por 207 millones de dólares de PDVSA al Estado argentino contribuyeron al equilibrio entre oferta y demanda energética en la Argentina. En términos financieros, las condiciones de pago fueron extremadamente favorables para el país, con una tasa de interés sobre saldos unos 12 puntos por debajo de la del mercado (2% contra 15%). Dicha operación significó un ahorro de 15 millones de dólares para Cammesa;

8) Gracias al crudo del bloque Ayacucho en la Faja del Orinoco, el horizonte de reservas nacionales de petróleo ascendería de 6 a 20 años, con precios por barril desacoplados de la cotización internacional, bajo un esquema de intercambio por productos exportados desde la Argentina. Además del rol como combustible fundamental del aparato productivo nacional, el crudo de la primera potencia petrolera mundial será vital a la seguridad energética argentina.
Al margen de lo mucho que aún resta por hacer y solucionar, la alianza estratégica con Venezuela o, en otras palabras, el Eje BAQU-Caracas (eje Buenos Aires-Ushuaia-La Quiaca-Caracas, en contraposición al corredor sojero Rosario-Córdoba) es sinónimo de expansión, modernización e interrelación de los mercados internos de ambos Estados. Y un mercado interno con esas características es incompatible con un modelo de acumulación basado en la exportación de materias primas e impulsado únicamente por las ventajas comparativas de la Pampa Húmeda. Es pues en esta dirección que la Argentina deberá profundizar la consolidación del Eje BAQU-Caracas, federalizando el proceso de industrialización fronteras adentro, promoviendo el desarrollo de los países del ALBA-Suramérica y de sus socios menores en el Mercosur. Razonar en estos términos implica planificar y ejecutar el desarrollo socioeconómico e industrial argentino desde una concepción geopolítica atlántica (vía Mercosur) pero también del Pacífico (vía Caracas). La Argentina del trabajo, la producción y la equidad será regional (unasurina) o no será.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: Federico Bernal
Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (CLICeT)

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