ARGENTINA: ÑANDU LISTO PARA DAR UN SALTO
Apostar a la cría de ñandúes fue desde sus inicios una actividad para pioneros. Hace seis años, cuando no se conocía ninguna experiencia cierta en Córdoba, Alejandro Ibars decidió emprenderse en la actividad y montó El Suri, el primer establecimiento habilitado en la provincia para la cría y comercialización de esta especie
Desde esa fecha hasta ahora, la actividad ha avanzado en franco crecimiento y la provincia ya cuenta con varios emprendimientos en funcionamiento. Para afrontar el desafío en conjunto decidieron conformar la Asociación de Productores de Ñandú, (APRACP), que congrega a los emprendedores del centro del país.
Con la intención de evaluar en vivo y en directo cómo está la situación de cada granja e intercambiar parámetros y variables entre todos, mensualmente se organizan reuniones en alguno de los establecimientos integrantes de la entidad.
En la última reunión, los convocados llegaron a una conclusión que marca un antes y un después en el difícil camino que emprendieron hace algunos años. "Ya podemos salir al ruedo", acordaron en forma unánime. Se dieron cuenta de que han alcanzado un volumen de producción que les permite contar con una oferta permanente y sostenida para pensar en una comercialización "en serio".
Jaulas adentro
Hasta el momento, los productores se habían centrado el mejorar los índices productivos, con etapas muy críticas que van desde 0 a los 90 días, en las que se registraban niveles de mortandad muy altos.
En base a la prueba y error, y afrontando las pérdidas económicas que esto supone, la mayoría de los establecimientos han generado manejos que superan algunas dificultades y llegaron al objetivo planteado hace algunos años. Un ñandú hembra pone 30 huevos por año, y el norte era llegar a los 10 charos maduros. Tres de los establecimientos han registran rendimientos de 10 crías por hembra por año.
Con la mejora, fundamentalmente, de la nutrición, que no difiere en gran medida de la formulación utilizada para la dieta de los pollos, obtuvieron un tiempo promedio de terminación de entre ocho meses a un año, hasta que el animal reúne las condiciones para ser enviado a frigorífico.
Si continúan los parámetros actuales y con la incorporación de hembras en la mayor parte de los establecimientos, piensan llegar el próximo año a los 10 mil kilos de carne. El peso de un animal de 8 a 18 meses de edad es de 28 a 35 kilos vivos, de los que se extrae entre ocho y 12 kilos de carne.
El nuevo norte
Pero el logro, lejos de permitirles vacaciones les presenta un nuevo desafío. Es encontrar canales de comercialización que les garanticen una demanda estable para colocar sus productos.
"Hemos participado de muchas ferias y nos consultan desde empresas de gastronomía hasta la industria textil. Pero no hay por el momento demandas concretas sino mercados hipotéticos", resume Ibars.
Los productos que pueden ofrecer en cantidad y calidad son la carne, el cuero y las plumas.De los tres, tienen garantizada la venta del cuero a una empresa de Santiago del Estero que después de curtirlo lo vende a Estados Unidos.
En cuanto a la carne, piensan trabajar la comercialización siguiendo dos líneas; por un lado, ofrecerla para destino gastronómico como producto gourmet atendiendo a que es exótica y de gran sabor.
Hay un proyecto avanzado en Colonia Caroya para la puesta en marcha de un frigorífico que se dedicará a la faena y embutido de productos exclusivamente de carne de ñandú. Según los expertos, la calidad de las pruebas realizadas ha sido excelente, por lo que de ponerse en marcha el emprendimiento garantizaría la compra del stock total de la producción provincial.
Por otro lado, intentan ganar clientes en el terreno de los alimentos saludables ya que la carne es rica en omega tres, posee bajo tenor graso, buen nivel proteico y los niveles de colesterol son casi nulos.
Y si bien por el momento no hay proyecciones certeras de exportación, los mercados como Estados Unidos y Asia, por su sabor y bondades culinarias, consideran a la carne de ñandú como la carne del futuro.
Inconvenientes
Para poder continuar con el crecimiento sostenido Ibars señaló que una de las principales dificultades se generan en la relación que mantienen con la Agencia Córdoba Ambiente, encargada de la regulación de la actividad.
"Encontramos muchos impedimentos cuando intentamos hacer las cosas como corresponden y vemos que en cambio no se controlan las actividades ilegales", señala el productor.
En el caso de las plumas, por ejemplo, aseguran que la repartición no tiene un protocolo de venta ágil que permita a los compradores evaluar el producto sin la necesidad de completar tantas inscripciones que desmotivan al comprador. "Consideramos que es fundamental que la Agencia regule la actividad, porque esto beneficia a la los propios productores. No es lo mismo el precio de venta que tiene una especie de captura ilegal que la de un productor que ha tenido un sinnúmero mayor de gastos", argumenta Ibars.
Pero consideran que, por el momento, no se ha dado un diálogo abierto entre ambas partes para ver de qué manera se pueden implementar las regulaciones sin que esto se transforme en trabas que impida la comercialización.
Fuente:La voz del Campo