URUGUAY NEGOCIA CON CHILE EL INGRESO DE CORTES OVINOS

URUGUAY NEGOCIA CON CHILE EL INGRESO DE CORTES OVINOS
La carne ovina uruguaya es un producto de elite y la forma de valorizarlo es destrabando mercados de alto valor, donde en base a la calidad y su rol de producto natural, los cortes puedan abrirse camino.
 
Es por eso que la Dirección General de Servicios Ganaderos, dependiente del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, impulsa diversas negociaciones en varios mercados donde se podría colocar este producto, respondiendo al pedido de los actores privados.
 
 
En ese marco se negocia con el Servicio Agrícola y Ganadero de Chile, de quien se espera de un momento a otro, el envío del listado de requisitos a cumplir con los embarques de carne ovina uruguaya. Una vez recibidos esas condiciones y posteriormente de ser aceptadas, vendría la etapa de habilitación de frigoríficos.
 
Sería una buena nota para Uruguay si el mercado chileno se abriera para cortes con hueso y no para carne desosada, pues, sanitariamente, no habría trabas científicas que lo impidieran.
 
El ingreso de carne ovina uruguaya ayudaría a los chilenos a valorizar su carne (Chile es libre de aftosa sin vacuna).
 
"El consumo es muy poco. Durante el verano no se consume, salvo producto congelado y desde septiembre a diciembre ingresa al mercado algo de cordero fresco", explicó Gastón Escudero, presidente de la Asociación Chilena de la Carne. En la capital chilena el consumo no es significativo, pero a medida que se avanza hacia el sur del país, las preferencias por la carne de lanar aumentan. La producción ovina chilena se centra en la zona de Magallanes. En enero de 2009 se mataron más de 148.700 cabezas.
 
En Uruguay, desde la industria cárnica no se le ve mayor impacto a la apertura del mercado chileno.
 
Las trabas al hueso
El gran cuello de botella es la falta de mercado para entrar con ovinos con hueso. La colocación de carne sin desosar reduce sustancialmente los costos operativos de la industria frigorífica. Hoy, Uruguay es un país reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y tiene que enfrentar ciertas restricciones que se tildan de sanitarias, pero que, en definitiva, son barreras que frenan el comercio. Un ejemplo claro fue el rechazo del Comité de la Unión Europea al pedido de Uruguay de ingresar con cortes ovinos con hueso. El bloque es el principal mercado para el producto desosado.
 

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