REVISTA AMERICARNE Nº104: ENTREVISTA A HECTOR SALAMANCO, DIRECTOR EJECUTIVO DEL CONSORCIO DE EXPORTA
Por Gastón Guido*
Para Héctor Salamanco, Director Ejecutivo del Consorcio de Exportadores ABC, que reúne los principales frigoríficos exportadores del país, “el ejercicio 2014 se está cerrando en una posición muy crítica, con un nivel de exportaciones cercano a una de las peores situaciones que sufrió la industria exportadora, como fue el cierre de los mercados por el brote de aftosa de 2001”.
A-¿Tan mal está el sector?
H.S- Sí. Cayó una bomba en los últimos 90 días en la industria frigorífica. Estamos cerrando el año en una situación realmente muy crítica. Los motivos son la caída del precio del sebo y el cuero, la baja del precio de la cuota Hilton, el colapso, la renegociación de precios y la ruptura de la cadena de pagos del mercado ruso y la escasez y alto precio del novillo de exportación. Por todas estas razones muchísimas plantas están dando 15 días de vacaciones para bajar el nivel de pérdida y el resto de las plantas está reduciendo su actividad al mínimo de garantía horaria. A esto se agrega la devaluación del euro que se come gran parte de la renta de nuestras exportaciones. Por eso podríamos decir que en 2014 el sector estuvo sobreviviendo, surfeando la ola, hubo muchísimos cierres de plantas (unas 15), licenciamiento de empleos y otras medidas para sobrellevar el mal momento.
Más allá de las políticas ganaderas del actual gobierno que limitan la exportación de carne vacuna y el contexto internacional de baja de precios, para Salamanco dos situaciones distorsivas profundizan la crisis del sector. Una de ellas es la evasión fiscal de muchas empresas, situación que le resta competitividad al mercado interno y a la industria exportadora. Y la otra, el histórico impacto negativo que tiene el régimen de protección de la industria curtidora que “debe ser único en el mundo”, sostiene.
Al respecto, explica Salamanco que desde 1992 rige una resolución del Ministerio de Economía que establece un precio de referencia para el valor de aduana de los cueros, que se toma del precio de Chicago, al cual le descuentan el flete y seguro, y sobre ese precio se aplica el derecho de exportación. “Sucede que al aplicarlo sobre un precio altísimo, hace que en términos reales -en vez del 15%, sea cercano a un 50 a 60%. Esto hace que el precio internacional quede tan vil que a la industria solo le convenga venderlo al mercado interno”.
“Se trata de un sistema para aislar el precio de los cueros frescos bovinos del mercado mundial, que permite a la industria curtidora local establecer el precio que pagará a toda la industria frigorífica, con lo cual hay una cartelización y no un mercado. Así se quedan entre 250 y 300 millones de dólares por año, que son de la industria frigorífica exportadora y que si ella lo recaudara lo podría transferir a la ganadería, en la puja por obtener mejores novillos”, detalla Salamanco.
El dirigente agrega que el sistema es totalmente ilegal, porque se obtiene un cálculo que luego se traduce en un monto fijo o derecho específico que según el código aduanero solo puede ser modificado por el Congreso y no por una resolución ministerial. “Este sistema, más la evasión fiscal y las normas fuertemente distorsivas que encarecen totalmente la actividad hacen que los resultados del último semestre hayan sido muy malos.
A-Ante las dificultades para exportar, ¿los frigoríficos se han reconvertido para trabajar para el mercado interno?
H.S - Solo algunos que han podido reconvertirse hacen complementos para los supermercados que fijan plazos y precios de los productos y también las condiciones de pago. Para esas empresas es un paliativo que no soluciona el problema de fondo que implica una situación muy comprometida.
A- Más allá de la actual coyuntura, ¿qué fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas tiene actualmente la industria frigorífica exportadora en el país?
H.S - Tenemos oportunidades por el aumento de la demanda mundial proyectada hasta 2020 y los mercados que deberíamos poder abrir como Estados Unidos, Canadá y China. Otra oportunidad que deberíamos aprovechar es la integración del mercado interno con la exportación. En cuanto a fortalezas, el país cuenta con la capacidad y potencial como productor de carne -si tiene señales positivas-, la capacidad de generación de empleo y el conocimiento que el sector tiene de la actividad, tanto en faena, como en procesamiento y colocación del producto en los mercados internacionales. Pero también tenemos las amenazas por la escasez de materia prima (novillos), la prevalencia del aumento de la competencia desleal (dobles estándares impositivos y laborales, entre otros) y la exposición del sector a las políticas públicas para bajar precios o aplicar medidas que distorsionan la actividad. Y como debilidades, podemos citar la falta de una visión de largo plazo en el sector, sumando ganaderos e industriales, la mala comunicación entre los grupos de interés y la comunidad, el doble estándar sanitario y un sector empresarial muy disperso, con baja cohesión y sin una única voz que lo represente.
Salamanco recuerda que “la proyección de la industria frigorífica exportadora indica que 2014 habrá cerrado con tan solo 200.000 toneladas de cortes vacunos exportados manteniendo una situación de supervivencia” y que “la industria frigorífica exportadora tiene un gran potencial, pero si no se toman medidas que ordenen el mercado la situación no se modificará”. Explica que la actividad puede capturar 10.000 millones de dólares por año, cuando actualmente solo recauda por ventas externas entre 1000 y 1500. Y recuerda que tiene potencial de crear 300 a 350 mil puestos de trabajo -con 4 a 5 años de inversión constante- y de exportar anualmente entre 1 y 2 millones de toneladas, además de generar un gran impacto en el desarrollo regional. “Pero todo eso requiere señales claras para los inversores. Con este régimen de cuero y evasión, no habrá inversiones”, vaticina.
A- ¿Qué esperan para 2015?
H.S - Esperamos que el año próximo empiece a mejorar la oferta de ganado, pero se trata más de expectativas y deseos que de realidades. Creemos que 2015 tendrá una proyección similar a la de los últimos 6 o 7 años. No podrá verse un cambio sustantivo como sí podría esperarse para 2016. Seguiremos surfeando la ola.
*Periodista