REVISTA AMERICARNE EDICION 78: GANADERIA CARNE BOVINA: UN BUEN NEGOCIO PARA LA ARGENTINA
Por Ing.Agr. Fernando R. Canosa *
El mapa de la ganadería y sus niveles productivos fueron modificándose en el país. Cuando hemos tenido las condiciones, crecimos en forma sostenida.
El uso de la tierra fue cambiando y modificando la actividad productiva en las diferentes regiones. El sector agropecuario argentino decidió incrementar la superficie de cosecha, fundamentalmente la gruesa; en mas de 11 millones hectáreas, en los últimos 13 años, gran parte a expensas de la superficie ganadera, este proceso continúa y seguirá aumentando la competitividad del sector agropecuario en su conjunto.
La región pampeana paso de tener el 62% al 50% del rodeo nacional, en el mismo periodo, tomando mayor peso relativo el norte, la región semiárida y las zonas típicamente criadoras como la Cuenca del Salado. No solo las vacas se reagrupan, cada vez mas novillos y novillitos son engordados en zonas extrapampeanas. El cambio estructural incluye una mayor proporción de campos de ciclo completo (cría mas engorde) en las regiones criadoras.
Si imaginamos al país como una gran estancia, podríamos decir que los productores decidieron hacer un uso diferente de sus potreros. El sector agropecuario ha decidido hacer más agricultura; asi como hasta 2007, decidió aumentar los stocks y reubicarlos en otros potreros en los que no hacía agricultura. Este fue el círculo virtuoso del sector agropecuario y el gran motor de la economía que se generó en estos primeros 6 años de esta década de crecimiento sostenido de la actividad.
Este es uno de los cambios estructurales de la producción en el país, que según algunas estimaciones aumentó un 15 por ciento la carga por hectárea en determinadas regiones, pero sin aumentar la oferta forrajera en la misma proporción, para que la mayor carga pudiera ser soportada. A partir de 2007 se produce un quiebre de expectativas en el negocio ganadero y la Argentina ingresa en un proceso de liquidación que llegó hasta fines del 2009, agravado por las condiciones de sequía en gran parte del país, de los últimos 2 años.
Redistribución regional del stock vacuno, en miles de cab (1994-2009)
Fuente: AACREA en base a datos del SENASA
En contraposición con este tema, menciono algo que hace también a los cambios estructurales que hubo en la ganadería en los últimos años. Lejos de la idea de que la ganadería no tuvo aumentos de productividad importantes, debemos destacar que por el contrario tuvo aumentos fenomenales. Uno de los ejemplos, que demuestra este argumento es que se dejó de hacer ganadería pastoril en 6.600.000 hectáreas de la región pampean. En esa superficie se engordaban, aproximadamente, el equivalente a 8,6 millones de novillos, que obviamente se engordaron pero de otra manera y/o en otro lado. Sino hubiese habido este importante aumento de la productividad del sector ganadero, hubiera caído dramáticamente la producción. Esta cantidad de hacienda se engordó en otro lado, y de otra manera: parte a pasto con suplementación; parte en engordes a corral estratégicos y/o de terminación. Hubo cambios en la oferta forrajera a través de fertilización, genética de forrajeras, mejoramiento animal; en definitiva, un conjunto de factores que provocaron un crecimiento fenomenal de la productividad del sector ganadero, que pudo seguir engordando esta hacienda y aumentando el stock, en una superficie mucho menor.
La integración pasto-grano llegó para quedarse, y esto, más que ser un problema, es un índice de eficiencia. En un país en el que tenemos una producción de pasto tan irregular entre primavera y verano, asi como entre años, por las irregularidad de las lluvias, la integración con el grano permite utilizar la gran cantidad de pasto producida, que es nuestro recurso más barato.
Estos cambios cruzan transversalmente todo el país: mas pasto y su interacción con productos y subproductos agrícolas
La producción agrícola avanza sobre las mejores tierras y colonizando nuevas; por otro lado la producción de carne, cuando las condiciones eran favorables, hasta principios del 2006, creció fuertemente en producción y en su stock. En este círculo virtuoso, todo crecía, se complementa y tiene sentido positivo. El mismo puede retomarse, si las condiciones se vuelven a generar.
NO ES PASTO Y CARNE VERSUS GRANO Y OLEAGINOSAS.
ES PASTO+ CARNE+GRANO+OLEAGINOSAS+LECHE.
Producción y faena
Fuente: Elaboración propia en base a ONCCA y SENASA
EL ROL SOCIAL
Hay pocas actividades en el país que tengan el impacto social que tiene la ganadería.
A nivel país, el 87 por ciento de los productores tiene menos de 500 cabezas. Es decir, que el mapa de la ganadería no es el del siglo pasado. Hoy la ganadería está distribuida en muchas manos, y esto hace al desarrollo del tejido social del país.
Los 535 productores que tienen más de 5000 cabezas, tienen menos de 8 mil cabezas cada uno.
El problema no es la concentración de la producción vacuna, sino su atomización. Un tema que debe atenderse, precisamente, para sostener el tejido social del interior y no promover la migración hacia los grandes conglomerados urbanos.
Otro capítulo importante en la cuestión social es la generación de mano de obra. Hay un trabajo de la Fundación Producir Conservando en el que el doctor Juan José Llach hizo un análisis del impacto en el nivel de empleo de las diferentes cadenas agroindustriales. El conjunto de las cadenas agroindustriales (las frutas y verduras, los oleaginosos, la carne,los cereales, etcétera) demandan el 36 por ciento de la mano de obra del país. Y dentro de ese porcentaje, la más importante en incidencia de empleo es la cadena de carnes y cueros. Nada menos que el 23 por ciento de la demanda de mano de obra agroindustrial está concentrado en la cadena de ganados y carnes, lo que la transforma en la más importante del país en generación de mano de obra, distribuida en todo el país, no concentrada en cuatro o cinco puntos importantes, como ocurre con otras industrias. Un detalle que la sociedad todavía no conoce debidamente.
El ingeniero Regúnaga y colaboradores plantean en uno de sus trabajos la relación que hay entre el valor bruto de la producción de diferentes actividades económicas del país y el PBI Bienes, o sea la generación de riqueza. La cadenas de ganados y carnes en supera en importancia económica, en generación de riquezas, por ejemplo a la industria automotriz y textil.
La idea no es generar un enfrentamiento con estas importantes industrias. Pero sí afirmo que debemos colocar a nuestra cadena de valor ganadera en el lugar que se merece. La carne es más importante que las heladeras, que las bicicletas y que los autos para la Argentina.
El aporte en materia de recaudación fiscal no es menor Según un trabajo de la Universidad de La Plata, los aportes de la cadena agroindustrial al PBI en el trienio 2002/2005 fue del 47 por ciento, incluyendo los impuestos nacionales, provinciales y municipales. Es decir que prácticamente la mitad de los recursos del Estado provienen de las cadenas agroindustriales. Esa proporción aumentó en los años posteriores gracias al aumento de las retenciones. La cadena de ganados y carnes por sí sola acumula aproximadamente, el 20 por ciento de los aportes impositivos de la actividad agroindustrial.
La cadena cárnica no sólo es importante en generación de riquezas y en creación de puestos de trabajo, sino también en la generación de recursos a los distintos estamentos del Estado Nacional.
PODEMOS CRECER
A partir de los últimos meses ha cambiado la situación de precios de la carne, ello haría esperar a partir del próximo otoño invierno una reversión del ciclo ganadero en la medida que las expectativas del productor ganadero cambien.
Venimos de una fuerte caída de los stocks desde el 2007,mas de 4.200.000 de cabezas computando la primer vacunación del 2009, ultima información publicada por el SENASA pero que siguió durante todo el año pasado. Hoy ya se está estimando, para la primera del 2010, 48, 5 millones de cabezas, osea 9,5 millones de cabezas menos que en el 2007 para igual época. El sector ganadero, la argentina se descapitalizo fuertemente en los últimos años a un ritmo como nunca antes se había conocido.
El futuro puede ser muy promisorio, la demanda de carne tanto interna como externa es creciente, el país tiene grandes posibilidades de crecer.
Cómo recuperar lo perdido y tomar un camino de crecimiento, es el análisis que deberíamos hacer.
Para ello, en el corto plazo es imperioso poner el foco en:
· Recuperar la oferta de pasto, destruida por la seca en amplias zonas del país. Deben hacerse ingentes esfuerzos para ayudar a financiar esta recuperación tanto de pasturas cultivadas como campos naturales. Pensar en crecer si acomodar la situación forrajera es caminar hacia un nuevo problema en el corto plazo ante cualquier desastre climático sea por inundaciones o por sequia.
· Avanzar hacia medidas que promuevan el aumento del peso medio de faena. No podemos seguir dándonos el lujo de faenar animales de bajo peso y esto no quiere decir subir el peso mínimo.
El país está en condiciones de aumentar su producción. Haciendo un trabajo de sintonía fina y mucha mayor efectividad, podemos lograr que la ganadería, que venía creciendo en el país hasta el 2006, logre crecer mucho más.
En la misma superficie, con las mismas vacas, incorporando la tecnología disponible –no la de los productores de punta, sino la de los medios regionales, el país está en condiciones de pasar su nivel de destete, que era del 62% antes de la sequia, a un 76 por ciento. Esto significaría aumentar 2,7 millones de terneros por sobre los que había antes de la liquidación.
Otra posibilidad de crecimiento puede darse conservando la misma superficie, pero mejorando la base forrajera, incorporando mayor cantidad de vacas, a las que había previo a la liquidación de los últimos 2 años.
Todas estas posibilidades de crecimiento, tanto en cantidad de terneros como en cantidad de vacas, y engordando su producción nos permitiría aumentar en un 50 por ciento la producción total, utilizando la tecnología media, incorporando 1,5 millón de toneladas más a las que producíamos genuinamente o sea sin liquidación. Quiere decir que en una situación de equilibrio podemos esperar unas 4,5 millones de toneladas.
En eso estábamos cuando se cerraron las exportaciones. A eso podemos volver.
Esto solo será posible si somos capaces de generar un Plan Estratégico de Largo Plazo, con la intervención de toda la cadena: sector público y privado, desde el productor al consumidor, con el apoyo de metodologías probadas para lograr tal fin, ya utilizadas por la cadena de la vitivinicultura. Cristalizando el mismo en una ley del Congreso que de previsibilidad a un negocio que está más cerca de un monte frutal o forestal en cuanto al largo del proceso, de allí que la previsibilidad es condición fundamental para poder dar el despegue que se necesita.
Y así volver a convertirse en lo que debe ser: un motor para el desarrollo del país.
+PASTO+ CARNE+GRANO+OLEAGINOSAS+LECHE+MANO DE OBRA+DIVISAS+RIQUEZA +RECURSOS FISCALES. TODO PARA LA ARGENTINA
Parafraseando a Gandhi, digamos que
“NOSOTROS NECESITAMOS SER EL CAMBIO QUE DESEAMOS VER EN LA ARGENTINA”.
*Investigación y Desarrollo AACREA
Consultor y Administrador Privado
Vicepresidente de la Asociación Argentina de Producción Animal
Email: fcanosa@fibertel.com.ar