PRESIDENTE IPCVA: “ESTÁ TODO DADO, ES IMPOSIBLE FRACASAR”
Ulises Forte: “Si logramos un sinceramiento de todos los eslabones de la cadena y repartimos más el juego, podemos mejorar la actividad”.
Ulises Forte, en representación de la Federación Agraria Argentina, asumió a fines de octubre pasado, la presidencia del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). Para hacer un balance de la actividad cárnica en 2015 y conocer cómo desde el instituto ven el año que se inicia, AmeriCarne conversó con él. Aquí lo más destacado del diálogo.
-¿Cómo cierra 2015 y qué perspectivas ven para 2016 en la actividad de ganados y carnes?
– El año 2015 cerró con esperanza. Estamos ilusionados en que 2016 traiga nuevas perspectivas. Se está dando una buena situación internacional. Estamos convencidos que se viene una consolidación del mercado interno, una reapertura de mercados que hay que recuperar y otros a los que hay que llegar. La cultura carnicera de los argentinos está intacta y el mundo demanda nuestras carnes. Está todo dado. Es imposible fracasar.
-¿Con qué medidas no se fracasará?
-Las retenciones tienen que desaparecer. Hay que tener un dólar único para recuperar los mercados mundiales. La carne argentina tiene su imagen intacta en el mundo. Nosotros como país la hemos perdido. Para lograrlo hay que aumentar la producción y la productividad, hacer animales pesados, terminar con ternericidio, aumentar el porcentaje de destete y tener mercadería. Y hacia adentro, el pequeño y mediano productor necesita un auxilio financiero urgente, para aguantar e incorporarse al negocio. Y a los productores más grandes que tienen mayor espalda financiera, hay que bajarles la gran carga impositiva. Hace falta una política y un nuevo plan ganadero en serio.
-Hacer novillos pesados, indefectiblemente va a provocar retención de hacienda y subas de precios en el mercado interno, que ya se han producido. ¿Cómo se compatibiliza exportación y un abastecimiento de carne a precios razonables para los argentinos?
– No hay que mentirle a la gente. Hasta el año pasado hubo carne para todos y todas comiéndonos 10 millones de cabezas, liquidando las joyas de la abuela. No es que vaya a faltar carne sino que va a estar limitada. Cuando pasamos de terminar un animal de 300 a 400 kilos, hay 5 meses más de engorde y por igual lapso ese animal va a faltar en las góndolas. Pero luego vamos a tener 50 kilos más de carne, con lo cual se compensa. La ternera es un animal que todavía no entró a la adolescencia. Si ese animal queda en el campo para que sea vaquillona y madre van a faltar 100 kilos de carne, pero dentro de 3 años, tendremos 300 kilos más.
-¿Y mientras tanto, qué se hace?
– Los argentinos tenemos una ventaja comparativa respecto de años atrás. Hemos incorporado en nuestra cultura alimenticia la carne de pollo y de cerdo. Estamos variando. Seguimos consumiendo 110 kg de carne, 50 de pollo y cerdo, y tenemos los ovinos. Se puede reemplazar ese faltante e ir cubriéndolo. Si queremos que nuestras próximas generaciones sigan comiendo carne vacuna, aflojemos un churrasco por semana.
– Hay que fomentar el novillito especial de 400 kilos, y hacer una campaña para que el público entienda que esa carne es más sabrosa y tan tierna como la de un animal de 300 kilos. Actualmente se paga la carne cara por un bien escaso. Si logramos que en 2 o 3 años se empiece a reacomodar la situación, volverá a su precio normal. Ese lapso es necesario para comenzar a ver los resultados. A futuro, no la va a pagar más cara.
– Más allá de quitar las retenciones a la carne y de unificar el tipo de cambio, ¿qué otra medida sería necesaria para recuperar los mercados externos perdidos?
-Hace falta competitividad. Uruguay sale al mercado con una tonelada 2.000 dólares más económica que nosotros, con una calidad de carne similar. Lo mismo pasa con Paraguay y Brasil. Los ROE deben dejar de ser una herramienta de premios y castigos. Sin desaparecer porque algún control de las exportaciones debería haber, tiene que ser ágil y dinámico para dar seriedad en el comercio.
-¿Qué puede aportar el IPCVA, en esta nueva etapa política que se abre en la Argentina respecto de las medidas que proponés?
– Puede aportar las estadísticas y toda la capacidad técnica para ofrecerla tanto al nuevo gobierno como a las entidades gremiales que deban discutir la política ganadera que venga. Tenemos que aportar información técnica para avanzar en la línea correcta y para que dentro de 3 años tengamos más carne.
– Luego la discusión política sobre si se debe hacer con un contexto de todo mercado o todo Estado, o con más o menos Estado, tendrán que darla las gremiales. Quienes representamos a los pequeños productores pediremos más Estado, los que representan a los grandes productores, querrán más mercado.
Esa es una lógica que se da, pero todos somos importantes. Soy un hombre de la Federación Agraria, un micro mini productor agropecuario, pero no tengo 20.000 novillos por una cuestión de principios, sino de billetera. Tenemos que pelear por sostenernos y que podamos crecer todos.
– ¿Y qué papel deberá jugar la industria frigorífica?
– Tiene que mejorar muchas cosas. No es que falta transparencia, pero a veces no se sabe bien cuánto pesan los animales Hay algunas picardías comerciales. Si logramos un sinceramiento de todos los eslabones de la cadena y repartimos más el juego, podemos mejorar la actividad. Veo como una falencia la gran concentración, cosa que otros ven como una virtud. Hay una responsabilidad social empresaria respecto de lo que quedó de la industria.
Fuente:
Revista AmeriCarne Nº 110, Edición de Enero 2016