POR QUE LA CRISIS EN EE.UU. NO AFECTARA A LA ARGENTINA

POR QUE LA CRISIS EN EE.UU. NO AFECTARA A LA ARGENTINA
La crisis financiera internacional que se manifiesta con fuerza a inicios del 2008 (aunque se inició antes) ha puesto en duda, para algunos, el mantenimiento de niveles de crecimiento de las exportaciones argentinas a tasas de dos dígitos para el corriente 2008. Éstos indicadores de las ventas externas se han mantenido sin pausas desde 2002 a la fecha, lo que ha permitido que las exportaciones argentinas (que el año anterior superaron los 55.000 millones de dólares con comodidad), hayan más que duplicado su nivel en un lustro.
La Fundación ExportAr prevé para 2008 que las ventas al exterior de bienes se elevarán en un nivel de entre el 12 y el 14%, lo que permitirá un cúmulo total cómodamente superior a los 60.000 millones de dólares (sin contar unos 10.000 millones de dólares adicionales que se prevén provenientes de ventas externas de servicios).
La crisis internacional no producirá en las ventas externas argentinas mayor impacto. Por ello, el plan de acciones de promoción comercial de ExportAr mantiene las más de 200 actividades previstas, aunque ha puesto mayor énfasis (en su reciente revisión) en actividades estratégicamente dirigidas al nuevo escenario.
 
Algunas razones
En primer lugar, más del 70% de las ventas externas argentinas de dirigen a mercados que no son Norteamérica ni Europa Occidental. De tal modo que, si las economías de estos países fueran las más afectadas, la importancia relativa de Asia, América Latina y otras latitudes permite garantizar dinamismo en ventas en mercados más impermeables a la crisis.
De todos modos, es de prever que, en términos de economía real, la parte más grave de la crisis se la lleve Estados Unidos, y a éste mercado nuestras empresas sólo dirigen menos del 10% del total de ventas externas.
Por otro lado, en referencia a las exportaciones de alimentos -alrededor del 55% del total de ventas externas-, en general se prevé que, por motivos que se desarrollan en otro sector de este trabajo, no se verán afectadas ni en precios ni en volumen. Gran parte de esas ventas dirigidas a los mercados asiáticos están blindadas, las dirigidas a Europa no parece que se vean mayormente afectadas (no está claro que se prevea gran impacto de la crisis en la economía real europea, pero en todo caso el mercado de los alimentos será un sector mucho menos dañado), y los precios no se verán reducidos (es más, se prevé que sigan en alza). En referencia más específica a las exportaciones de alimentos y productos del sector agropecuario (primarios y MOA), la Argentina sigue siendo eficiente en la producción de productos agropecuarios y sus derivados (por costos, por calidad, por otras razones referidas a aspectos naturales o inversión y competitividad).
Y, por otro lado, las exportaciones de manufacturas de origen industrial se dirigen en gran parte a merados Latinoamericanos que no estarán bajo lo peor de la influencia de la crisis.
 
Una visión más enfocada
Según diversos estudios internacionales, la economía mundial sólo sufrirá cierto acomodamiento a las nuevas circunstancias, pero no detendrá su marcha. Los Estados Unidos, que explican casi un cuarto de la economía mundial, desacelerarán su marcha. Pero no se prevé hasta ahora un decrecimiento. La suma de Alemania, Japón, Francia, Italia, España y le Reino Unido explica un porcentaje similar en la economía mundial al del país del Norte de América. En este grupo se espera cierto impacto pero no tan determinante.
Aún en los Estados Unidos, en relación a su influencia en los precios de los alimentos y productos agropecuarios, el precio de las tierras ha subido más del 20% en 2007. Estos mayores costos sostendrán precios. En la misma línea, puede recordarse que el precio de las semillas ha crecido entre el 20 y el 30% y que los fertilizantes han duplicado precios. Y que el precio de las acciones de las principales empresas alimenticias sigue sostenido (la acción de Monsanto está, al momento de escribir este trabajo, 170% más alta que hace un año). Habrá volatilidad, es probable, pero dentro de franjas de altos precios.
Wall Street Journal ha opinado que existe un consenso en que los precios de los alimentos seguirán subiendo este año aunque hubiese una recesión en los EEUU, porque los alimentos son el último sector afectado. Pero existen estudios recientes como el del Goldman Sachs que prevé que no habrá una dura recesión en los Estados Unidos (cuya economía crecerá para GS 0.8% globalmente en 2008), lo que sólo afectará marginalmente la economía mundial, que crecería en 2008 un 3,7%.
Esto permite suponer cierto mantenimiento de nuestra relación creciente con la Unión Europea (destino de más del 15% de nuestras exportaciones), condiciones estables a nivel global, mayores réditos de los vínculos con Asia, Latinoamérica (y, aunque en menor medida, África), y una evolución del precio de las materias primas de origen agropecuario y sus derivados (sin cambios con relación a lo previsto antes de la crisis, según GS), lo que específicamente hace prever para esta institución que se mantendrá en sostenida alza el precio de la soja, del trigo y el maíz.
El mundo emergente, por otro lado, sostendrá su crecimiento. Con diversas razones, que van desde una cifra de reservas internacionales superior a los 4 billones –millones de millones- de dólares, hasta un conjunto de reformas estructurales que hace prever a Lehman Brothers un crecimiento (aún tras la desaceleración que produzca la crisis a nivel internacional) de 7,6% para Asia (excluido Japón), lo que sucede a un crecimiento superior al 7% en los últimos años en el mundo emergente (esto es: un crecimiento de niveles que duplican el de los países industrializados, según datos del FMI), existe una nueva situación de estos países emergentes que, según han opinado voces respetadas como el Wall Street Journal, les concede a estos países una condición más “sólida” e “independiente” que la que tenían hace una década.
Por ello debe advertirse que, por un lado, en relación al mundo desarrollado, la mas pesimista previsión es una fuerte desaceleración (y focalizada) pero no un retroceso. Y las exportaciones argentinas a estos países importan apenas algo más de un cuarto del total de ventas externas. Y que se prevé puedan mantenerse en niveles similares. Y, por otro lado, aún si hubiese un peor escenario en el norte occidental, el resto de las exportaciones (más del 70%) son ventas externas a países que estarán alejados del epicentro de la crisis, que crecerán de todos modos.
Sumado esto a que, como se ha dicho, mas de la mitad de las ventas externas argentinas se componen de alimentos y derivados (cuya comercialización no estará afectada, ni siquiera en los países europeos o aún EEUU, como otros productos menos esenciales), o que el grueso de las manufacturas de origen industrial se dirigen a países sudamericanos, que tendrán en estos productos menos sufrimiento, puede decirse que la Argentina no padecerá un golpe en el crecimiento de sus ventas externas. Crecimiento que se mantendrá en niveles de dos dígitos porcentuales.
En un reciente estudio, Goldman Sachs ha afirmado que prevé para América Latina (importante destino de nuestras ventas externas, con Brasil y Chile como grandes actores) una economía casi tan dinámica como el año anterior, creciendo un 4,5%. Incluso se prevé un crecimiento para México (de gran vínculo con EEUU y destino de ciertas MOI para Argentina). Brasil crecería 4,8%, Chile 4,7%, lo que sumado a que se estima, como se expone en otro sector de este trabajo, que China crecerá al menos 9% y que no hay tormenta prevista para Europa, hay garantías externas para el comercio exterior argentino.
China se ha convertido en el segundo principal mercado de las ventas externas argentinas (Brasil es el primero). Ni Latinoamérica ni Asia sufrirán demasiado, como se ha dicho. Pero en relación a China -el mercado de mayor dinamismo para nuestro comercio en los últimos años-, cuya economía creció más de 11% en 2007, los pronósticos menos optimistas indican que crecerá alrededor de 9% este año 2008 (conviene recordar, a propósito, que aún durante los años de la crisis asiática, China nunca bajó de un crecimiento de 8%). China consume entre el 20 y el 40% de la demanda mundial de materias primas. 
Así, los mercados asiáticos seguirán creciendo, demandando, sosteniendo precios a nivel mundial de los principales productos argentinos. En Asia, los mercados más expuestos a los Estados Unidos son Singapur, Hong Kong y Malasia. Por el resto, no se está tan preocupado por estos días.
Además, la crisis mantendrá débil (o incrementará la debilidad) al dólar, lo que permitirá sostener precios en dólares, algo especialmente beneficioso para Argentina dada su política monetaria.
Por otro lado es interesante rescatar algunas referencias en relación a la oferta global de alimentos. Hace unas semanas, la revista europea Oil World, anticipó (lo que es consistente con otras opiniones similares a nivel internacional) una “crisis alimentaria” en 2008, motivada en que las reservas de cereales globales y las de aceites vegetales se encuentran a niveles históricamente bajos, aseverando que existe una previsión de déficit de 17 a 18 millones de toneladas respecto del consumo previsto. Asevera que estamos ante una caída de reservas de oleaginosas en la temporada 07/08, que la cosecha en esta temporada referida de las 7 oleaginosas más importantes será de 385 millones de toneladas, lo que es bajo en relación a un consumo estimado de 402 millones de toneladas. En la temporada 06/07 el recolectado fue de 388 toneladas, algo equivalente al consumido. El consumo de harina de soja por su parte, se estima entre octubre de ’07 y septiembre de ‘08 en 166 millones de toneladas mientras la producción se avisora en niveles ajustadamente similares.
El aumento del consumo está explicado por la irrupción de la demanda relacionada con los biocombustibles, además de la conocida incorporación de nuevos consumidores, principalmente en Asia, donde se han sumado 300 millones de bocas en los últimos años al consumo. La reducción de reservas, así, es de alrededor de 64 millones de toneladas.
 
Conclusiones lógicas
Por ende, la previsión de la Fundación ExportAr es que las exportaciones argentinas crecerán este año, como se ha expuesto, entre el 12 y el 14%, motivadas por cinco factores. En primer lugar, la competitividad de diversos sectores como el complejo agroalimentario o el sector automotriz autopartista (a los que se sumarán sectores de gran ayuda como el turismo internacional), seguidos por otras áreas de creciente importancia relativa; en segundo lugar las políticas macroeconómicas (desde la fiscal hasta la cambiaria o la crediticia) que generan escenarios propicios; en tercer lugar la maduración de acuerdos comerciales (El MERCOSUR es un ejemplo).
A esto debe agregarse dos factores relevantes: las citadas condiciones externas (a las que este trabajo prestó atención especial y dirigió consideraciones por la curiosidad surgida recientemente) y la activa agenda de promoción comercial externa, que está en marcha y que permite que miles de empresas argentinas efectúen negocios en el mundo.
 
Fuente: Fundación Exportar
 

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