“Podemos tener un lenguaje de negocios agroalimentario común”
El fundador de la empresa mexicana Eys Software, José Carlos Sánchez Valadés, dialogó con AmeriCarne sobre los procesos de automatización y digitalización en la industria cárnica como base para la rentabilidad y sustentabilidad del sector.
Fotos: Eys Software
Si bien hace más de 30 años que José Carlos Sánchez Valadés fundó su empresa Eys Software, fue hace 13 años que comenzó a vincularse con el sector ganadero y, desde ese momento comparte toda su experiencia en el desarrollo de sistemas para automatización de negocios. Para ello creó REDIGAN, una plataforma tecnológica desarrollada para automatizar la cadena de suministro en el sector agropecuario desde la crianza, desarrollo, acopio, engorda, rastro, empaque y comercialización de la carne que se visibiliza en el sitio https://www.elinternetdelasvacas.com. Físicamente ubicados en Baja California, México, absorbieron la cultura de la industria americanizada por estar en el límite con la ciudad estadounidense de California, a partir de lo cual se plantearon el objetivo de expandir esas soluciones al mercado latinoamericano. “Hemos ido construyendo una “tribu ganadera”, como la llamamos. Actualmente estamos haciendo colaboraciones con otros estados de México, países de Latinoamérica y con algunas unidades de negocios de la Unión Europea como Partners”, cuenta.
AmeriCarne (AC): ¿De qué hablamos cuando decimos automatización de procesos, especialmente en industria cárnica?
José Carlos Sánchez Valadés (J.C.S.V): Estamos en una cuarta era de la economía, con la industria 4.0 que predomina en nuestros negocios, no solo en la industria del software sino en todas las empresas. Estamos inmersos en la era digital. Quizás esto se aceleró unos diez años por la pandemia, pero ahora el tema es cómo podemos subirnos a esta idea de la automatización y la digitalización.
La automatización consiste en utilizar los dispositivos, las herramientas o los equipos que ya existen en todas las unidades productivas, como los procesos ganaderos o cárnicos, para acelerar el flujo de trabajo y amplificar las capacidades de las personas. Conecta el mundo físico con el mundo lógico a través de los sistemas. Pero creo que también la digitalización es cómo nosotros alambramos esto a nuestra cabeza para poder entender que el mundo ha cambiado, que avanza en velocidad y que a veces los humanos podemos quedar un poquito atrás. Con el surgimiento de las inteligencias artificiales nos empezamos a dar cuenta que aquellas cosas que podían llevarnos horas o días, las puede resolver un ayudante digital en cuestión de segundos.
AC: ¿Cómo se adapta el sector cárnico a estos cambios?
J.C.S.V: Creo que hay dos hemisferios: la gente que ve hacia el futuro y la que todavía vive más el presente. Yo hablo del 5 / 15 / 80: 5% son las personas que adoptan la tecnología de manera temprana y llevan la delantera; 15% son los innovadores que quieren ir al siguiente nivel pero esperan que alguien lo haga, y el 80% es esa masa crítica que viendo los resultados en terceros recién van a tomar sus decisiones para poder adaptarse a los nuevos tiempos.
AC: ¿Qué es el internet de las vacas?
J.C.S.V: El internetdelasvacas.com es un lugar donde hemos ido concentrando todo este conocimiento que no nace en nuestros escritorios sino en el campo, con las botas puestas de nuestros clientes enseñándonos qué es lo que necesitan para sobresalir en términos de negocio.
Al ingresar a internetdelasvacas.com se encuentran seis eslabones de la cadena productiva: el criador; el acopiador o comercializador de ganado; el engordador; el rastro, el proceso de empaque y comercialización; y el mercado final. Es la trazabilidad completa desde el campo hasta la mesa. Esos eslabones necesitaban estar conectados de alguna manera, entonces al entender que el internet de las cosas conecta elementos físicos, hemos pensado que un número de un animal es un número de cuenta bancaria, donde se está depositando una inversión de dinero que esperas liquidar dentro de seis meses o un año dependiendo del ciclo de desarrollo de engorda. Es una acción de mercado viva.
AC: ¿Toda la cadena cárnica se puede incorporar a esta tecnología?
J.C.S.V: Sí, pero no se puede generalizar porque cada eslabón tiene sus particularidades. El criador tiene sus propios retos, el acopio es un proceso altamente riesgoso tanto por la seguridad como por las bajas y alzas del mercado, mientras que el engordador o feedlot tiene el problema de la inflación y así sucesivamente.
AC: ¿Cómo se implementa la tecnología para interrelacionar a cada uno de estos sectores?
J.C.S.V: La transformación digital se basa en tres pilares: las personas, los procesos y las herramientas. A nosotros nos toca trabajar con las herramientas, tenemos softwares que hacen la tarea, pero si no se las pone a trabajar en la perspectiva de un proceso, las personas no saben por qué hacen lo que tienen que hacer ni para qué. Entonces debemos establecer el cómo deberían operarse esas herramientas. Asimismo no basta solo con establecer los procesos, tenemos que trabajar con las personas para cambiar la forma de ver las cosas y entender que en esta era todos estamos obligados a dar un resultado debido a que los datos están fluyendo por internet.
La transformación digital la hemos ido construyendo de la mano de los consultores. Al ingresar al internetdelasvacas.com se observa que la cadena productiva tiene una articulación. Los pequeños productores pueden bajar gratis las aplicaciones para empezar a trabajar. Para los grandes consorcios o las empresas industrializadas se les ofrece una metodología de entrenamiento para lograr esas competencias digitales que le permitan la transformación digital dentro de su empresa.
AC: ¿Cuáles son los beneficios operativos y económicos?
J.C.S.V: Vamos acompañando a nuestros clientes para que vayan midiendo semana a semana el retorno de inversión. Son alrededor de ocho o diez procesos ganaderos distintos, cada uno es un generador de ganancia o de pérdida. En este sentido, como tenemos datos que nos hablan de ello, podemos identificar en dónde estamos cerrando esos espacios donde se nos escapaba la eficiencia y se transformaba en pérdida, lo que significa una recuperación. Normalmente nuestro retorno de inversión es entre 8 y 9 semanas para que el cliente vea que si nos pagó un peso nosotros le regresamos ese peso y otro tanto más. Generalmente dejamos que los procesos fluyan durante 4 o 6 meses para que maduren sabiendo que ya lograron tener un control de manera temprana. Cuando la empresa adopta la transformación digital, tenemos que estar atentos a un proceso de mantenimiento de la eficiencia.
AC: ¿Qué tipos de datos se obtienen?
J.C.S.V: Nos gusta hablar en el lenguaje de los negocios que es el lenguaje financiero. Podemos hablar de eficiencia en la productividad, en el desarrollo, en la ganancia de peso si hablamos de una engorda, de cantidad de crías producidas al año por una vaca o de rendimiento cárnico en una planta productora, pero finalmente cualquiera de esos porcentajes se puede traducir en dinero. Nuestro lenguaje común es las finanzas y la trazabilidad, son dos ejes fundamentales. Las finanzas me dicen cuánto gané con mi inversión y la trazabilidad me muestra que si logré una rentabilidad en el primer eslabón, más en el segundo y en el tercero, acumulando mi negocio cárnico que está horizontalmente integrado, podré saber cuánto me permitirá ganar, identificando dónde podré tener mayores ventajas a lo largo de la cadena. El gran truco es cómo conectar un animal vivo con el internet de las vacas para convertirlo en dinero.
AC: ¿Cuál es el mayor desafío para los ganaderos que deseen ingresar a la transformación digital?
J.C.S.V: El primer problema está en aceptar la tecnología. Deben darse la oportunidad de desaprender lo que habían hecho desde las primeras generaciones y no decir más esas cinco palabras que matan a la innovación: “siempre lo hemos hecho así”. Si podemos reaprender cómo los negocios se mueven en la era digital, estamos un paso adelante. Otro reto en el área tecnológica es lo que llamamos la inteligencia artesanal. Cómo eso que los fundadores de una empresa logran enseñar a una inteligencia artificial o herramienta digital para que haga las cosas con excelencia y calidad. La inteligencia artificial es algo que no nos van a enseñar las máquinas, es ese espacio de juego donde el fundador de una empresa aplica su experiencia para poder lograr el resultado con una buena toma de decisiones; nuestro trabajo es ponerle la decisión enfrente para que diga izquierda o derecha. Debemos entender a la tecnología como una amplificación de nuestras capacidades.
AC: ¿Cómo observas la implementación de procesos de automatización y digitalización en el sector cárnico de América Latina?
J.C.S.V: Creo que debemos dejar de pensar en países y en continentes porque el problema es común. Lo que podría ayudar a que las cosas funcionen quizás sea dejar de vernos como diferentes personas. El lenguaje de programación es uno, todos lo entienden y construyen en base a eso. Creo que podemos tener un lenguaje de negocios agroalimentario común donde todos podamos programar, desarrollar y liberar soluciones para que la humanidad se alimente.
AC: ¿Cuáles son las tendencias que se vienen?
J.C.S.V: Creo que a futuro debemos pensar en términos de rentabilidad y de sustentabilidad. Debemos dejar de ver a los competidores como tales para convertirnos en aliados por un bien común. Quien no esté en una economía global digital en los próximos 5 años, no sabemos qué estará haciendo.
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