NICARAGUA: EL PAIS PRODUCE UNA DE LAS MEJORES CARNES
Producida a partir de un hato que pasta a cielo abierto, la carne vacuna de Nicaragua es considerada de alta calidad, magra, jugosa, con vitaminas A y D y con un buen grado de Omega 3, surgido de los pastizales naturales y sin los peligros de enfermedades como las “vacas locas”, que hace algunos años asustó al mundo.
“Somos un país productor de carne de alta calidad y junto con Australia y Nueva Zelanda, son los tres países libres de las principales enfermedades del ganado: las vacas locas, brucelosis y fiebre aftosa, entre otras”, destacó Ronald Blandón, Gerente General de la Comisión Nacional Ganadera, Conagán.
El hecho de que Nicaragua tenga su territorio libre de este tipo de enfermedades, hace al producto bovino nicaragüense atractivo a los distintos mercados, en tanto que de acuerdo con el experto, por ser el ganado local alimentado casi exclusivamente con pasto natural, su carne posee en alto grado el ácido graso conocido como Omega 3.
El Omega 3 es un ácidos graso esencial, poliinsaturados que se encuentra en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados (por regla general pescado azul), y en algunas fuentes vegetales como las semillas de lino, la semilla de chía, el sacha inchi, los cáñamos, salvia y las nueces.
Este elemento no puede ser fabricado por el organismo humano, por eso requiere adquirirlo dada su importancia para la salud humana, entre ellas para evitar enfermedades coronarias. De acuerdo con investigadores, la calidad de la carne producida a pasto alto grado de Omega 3 y rica vitamina A y D.
A la par, el funcionario de Conagán afirma que la carne que se produce en Nicaragua “es magra, jugosa y no es grasosa, tiene un gusto peculiar. No usamos nada de concentrados de granos producidos con químicos, plantaciones transgénicas, no se usan venenos en los pastizales, libres de hormonas, es decir, es carne natural, la cual es nuestra mayor bandera”.
Las tendencias actuales de consumo en el mundo es la búsqueda de alimentos más sanos y eso le da, según los conocedores, una ventaja a la carne bovina nicaragüense.
Todo esto ha generado un incremento en los niveles de exportación de carne bovina hacia el mercado mundial, según lo destaca Onel Pérez, Presidente Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), quien recuerda que 2010 fue un buen año para este sector.
De acuerdo a la información obtenida en las fuentes ganaderas, en 2010 Nicaragua exportó carne bovina y despojos comestibles por valor de US$322.7 millones, lo que significó un crecimiento del 34% respecto al comportamiento de la exportación del producto en 2009. En 2009 el valor de la exportación de carne y vísceras alcanzó un valor de US$240.7 millones.
Las proyecciones iniciales de exportaciones de este rubro para 2011, fueron de al menos US$387.25 millones, o sea a lo largo del año se tendría un crecimiento conservador del 20% con respecto a 2010.
Este aumento en las exportaciones estaría basado fundamentalmente en un aumento de las colocaciones del alimento en los mercados de Estados Unidos y la Federación Rusa.
Pérez considera que Nicaragua no tendrá problemas de hacer frente al aumento de la demanda de carne de parte de Estados Unidos o de la Federación Rusa, ahora que el mercado internacional comienza a recuperarse de la crisis económica que aún no termina de azotar el mundo, antes bien, asegura que de acuerdo a como se van desarrollando las exportaciones en los primeros dos meses de este año a ambos países, es probable que el incremento de ventas a esos mercados sea mayor que lo inicialmente proyectado.
Sin embargo, sobre el más nuevo y uno de los grandes compradores de Nicaragua y sobre el cual hay cifradas grandes esperanzas de parte de la ganadería y la industria cárnica nacional, Venezuela, el experto considera que se pueden presentar situaciones difíciles, dado que ese país, “se verá este año afectado por problemas de logística en los puertos venezolanos”, apuntó el presidente de Canicarne.
Según estadísticas oficiales, en 2010 Nicaragua exportó a Venezuela 30,635 toneladas métricas de carne con un valor de US$135.4 millones. Para 2011, los exportadores contrataron en firme la entrega de 21,000 toneladas métricas para ese mercado, lo que significaría una baja en las cantidades exportadas hacia ese país.
Pérez agrega que sin embargo los exportadores nicaragüenses han estado negociando con autoridades venezolanas desde finales del año pasado el envío adicional de 10,000 toneladas métricas del alimento, lo que de obtenerse, elevaría a 31 mil toneladas la exportación de este año, con lo cual podrían superarse levemente las colocaciones en el mercado de Venezuela.
De acuerdo con las proyecciones de producción de la Cámara de la Carne, Nicaragua podría exportar unas 600 toneladas métricas adicionales mensuales, es decir un total de 7.200 toneladas métricas por año.
Sin embargo, debido a los problemas logísticos en los puertos venezolanos, es probable que estas 7.200 toneladas métricas no se puedan exportar a Venezuela, o sea que tendríamos una reducción de exportaciones proyectadas equivalente a 1,450 toneladas métricas mensuales, afirma Onell Pérez.
“Estimamos que de este excedente de 1,450 toneladas métricas, se podrían colocar unas 300 a 450 TM mensuales más en los Estados Unidos y la Federación Rusa.
Sin embargo, anota el experto, todavía faltará colocar en el mercado internacional unas 1,000 a 1,150 métricas mensuales, pero afirmó que debido a que este tonelaje es de cortes selectos de carne, ofrecerá dificultad en ser exportados, especialmente al de Estados Unidos, que la casi totalidad de sus compras, son de cortes industriales, que son dirigidos a la confección de hamburguesas.
Pérez afirma que por encima de todo será difícil exportar los cortes selectos de carne, debido a que la industria local trata de evitar los resultados negativos de saturación de los mercados que Nicaragua ya posee para este tipo de cortes.
De esta manera, al revisar las proyecciones, lo anterior significa que, a pesar del aumento de exportaciones a algunos países y la obtención de nuevos mercados, el fantasma de la reducción de exportaciones cárnicas se mantiene en el futuro inmediato de Nicaragua.
Según los datos de Canicarne, Nicaragua, en lugar de exportar carne bovina por unos US$387.25 millones en 2011, podría ver reducidas sus exportaciones a una cifra real de unos US$317 millones, por lo cual las autoridades de la Cámara esperan que se presente una caída de las exportaciones de este alimento por el orden de un 1.75% con respecto al 2010.
El presidente de Canicarne afirmó que para llegar a las cifras mencionadas las autoridades de la Cámara consideran un escenario en el cual los exportadores nicaragüenses no tendrán más problemas, ni restricciones proteccionistas al ingreso de la carne de Nicaragua a los mercados de Guatemala, Panamá, Honduras y México.
En 2010 Nicaragua tuvo serios problemas para colocar algunos productos en el área centroamericana, tanto con El Salvador como con Honduras y Costa Rica.
Entre estos productos estaban los lácteos y la carne bovina.
De no cumplirse un escenario positivo, las exportaciones de carne bovina hacia América Central y Venezuela, la actividad exportadora de este tipo de productos por parte de Nicaragua, podría verse estancada en el caso más positivo, o si no retroceder al menos este año.
Sin embargo, a mediano y largo plazo, el escenario que Nicaragua tendrá que tratar de establecer es el de conquistar nuevos mercados, o lograr mayores pedidos de los ya establecidos.
Para lograr eso, los ganaderos nicaragüenses requieren mejorar las condiciones en cómo se produce en el país para obtener más rendimientos de su ganado, producir en forma más higiénica, adoptar en todo el territorio nacional los procedimientos de trazabilidad, de producción orgánica, que ya casi lo es, y de mejorar los niveles de vida de sus trabajadores, además de mayor promoción para que su producto entre en nichos de mercado con mayor valor.
Sin embargo, a mediano plazo, con la tormenta financiera que aún afecta al mundo y de la cual algunos mercados están comenzando a salir, así como por los efectos de los altos precios del petróleo y de los alimentos, una consecuencia previsible, según una fuente ligada al sector, es que los productos más básicos sí mantendrán su demanda, lo que es una oportunidad para la ganadería, tanto a nivel de carne como de leche.
Fuente: El Nuevo Diario