Lo que la pandemia nos dejó
El 2020 será recordado como el año del Covid-19 que sacudió al mundo entero y las industrias porcina y avícola no fueron la excepción, con cambios en las relaciones comerciales que pusieron en evidencia la fortaleza de estos sectores.
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Por: Paola Papaleo, editora general Solo Aves & Porcinos
Declarado oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una pandemia desde el 11 de marzo de 2020, el coronavirus apareció por primera vez en la ciudad de Wuhan, en China, el 31 de diciembre de 2019. Por lo que su rápida expansión por cientos de países de todos los continentes obligó a cambiar las reglas de juego, sobre todo, de la economía mundial .
Cierre de fronteras, mercados que miran hacia adentro, consumidores que cambian sus hábitos, poder adquisitivo que disminuye y canales de distribución, como el HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías), que debieron cerrar sus puertas, fueron (y son) algunas de las consecuencias de este virus para el que aún se espera una vacuna.
Si bien la industria alimentaria fue declarada mundialmente como actividad esencial, lo que implica que no se detuvo su producción, distribución ni comercialización, cada sector tuvo sus altibajos y debió readaptarse a los nuevos tiempos. Veamos qué sucedió en Argentina con los mercados porcinos y avícolas.
Sector porcino: de menos a más
Los especialistas coinciden que el 2020 comenzó bien, sin embargo con la llegada en marzo de la pandemia a Argentina y toda Latinoamérica en general, las cosas comenzaron a cambiar . “Desde el punto de vista de la rentabilidad empezamos bien pero se derrumbó desde abril hasta julio” comenta el Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli, Consultor del Sector Porcino. A pesar de ello, considera un balance positivo ya que a partir del mes de agosto comenzó una recuperación que significó “un crecimiento interesante no solo en cabezas, sino en el aumento de kilos por cabeza de casi el 7%”.
Con respecto al mercado internacional, Uccelli afirma que lograron tener “un superávit tanto comercial como en volumen que no se lograba desde 1991 . Estaremos cerca de las 42.000 toneladas, casi 70% más que el 2019 y siendo China el principal propulsor de este crecimiento”.
Sumado a la pandemia, el sector porcino tuvo a principios de año un gran desafío. Como explica el consultor, “la noticia de las posibles inversiones chinas y las malas informaciones privadas y públicas al comienzo, generaron un movimiento de prensa negativo desde los ambientalistas y fundamentalmente de los veganos. El sector demostró no estar preparado para confrontar y es una asignatura pendiente que deberá superar en un futuro muy cercano”. En este sentido, agregó que “las inversiones chinas se harán más allá de lo sucedido y podrían ser directas, con asociaciones de inversores argentinos o con financiación de proyectos . Las dos últimas serían las que servirían al país”.
Por su parte, Guillermo Proietto -Representante en ArgenPork, el consorcio de Exportación de Carne de Cerdo de Argentina que reúne a los principales productores de cerdos del país- recordó que “al inicio de la pandemia el cierre generalizado de todos los canales de comercialización trajo un problema muy importante a la producción, hubo un momento donde no se podía faenar todo lo que se estaba generando”. Luego de un primer período de estockeo, Proietto explica que, finalmente, desde el Consorcio pudieron “canalizar los productos hacia algunos mercados antes de lo pensado”.
El representante de ArgenPork compartió que “el cerdo tuvo una caída muy importante que lo llevó a valores por debajo del costo de producción y luego inició una fase de recuperación que fue más de lo esperado, pero terminó resintiendo un poco las exportaciones porque el costo de las materias primas se puso muy alto . Por lo que en el segundo semestre hemos trabajado en volúmenes menores, pero seguimos dándole continuidad al trabajo y a los objetivos”.
Para el 2021, así como para los próximos años, el sector porcino seguirá afrontando muchos desafíos. Por un lado “el mercado internacional va a seguir cambiando y China irá recuperando de a poco su producción”, según augura Proietto, mientras que Juan Uccelli estima que el próximo será “un año positivo para el sector y se podría potenciar mucho si existieran líneas de créditos lógicas y corrección y devolución de la diferencia del IVA inversiones”.
Sector avícola: de la incertidumbre a la prudencia
Como todos los sectores, el avícola también comenzó el año 2020 con dificultades generadas por el comercio mundial que cada vez tenía menos demanda y mayores incertidumbres. Sin embargo, el mes de marzo, cuando se declaró en Argentina el aislamiento social preventivo y obligatorio, “no fue tan malo porque hubo un crecimiento en las compras del mercado interno que nos llevó lo que teníamos disponible más lo que estaba en cámara” comenta el presidente de CEPA (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas), Roberto Domenech. Pero, agrega que “ya a mediados de abril empezó a disminuir y la exportación cayó hasta llegar a un pico más bajo de 17 mil 800 toneladas”. Por lo que, en términos generales, “hemos tenido un exceso de oferta sumado al crecimiento que preveíamos del mercado interno que era mantener el consumo de 48 kilos per cápita pero con una sobreoferta de 2 kilos que se sostiene por el bajo precio del producto”, resume.
La proyección programada desde CEPA para el período 2020-2025, que estimaba un crecimiento anual del 3%, sin dudas deberá ser replanteada ya que si bien en 2020 el crecimiento, estimulado por haber dejado unos días más a los pollos en granja, será del 3,5%, Domenech anticipa que “en 2021 no habrá crecimiento, sino que es probable que se retorne a los números de 2019 o algo menos en función de las reproductoras alojadas”.
El presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas explica que “ese 3% significa aproximadamente 90 a 100 mil toneladas más de pollo, pensábamos destinar 30 mil toneladas a la exportación para pasar de 275 mil que fue el total que exportamos en el año 2019 a 305 mil toneladas para 2020. Esa expectativa era razonable porque veníamos desde octubre de 2019 con un nivel de exportaciones de 26 mil toneladas mensuales. Pero a partir de marzo cambió el mundo y cambió todo”.
Brasil fue quien tomó la delantera en las exportaciones manteniendo su volumen con una caída de precios muy grandes, provocando una pérdida para las empresas argentinas del 10% de toneladas. En consecuencia, “las empresas con más tradición exportadora han sostenido sus volúmenes y las que no tienen tanta tradición se retiraron del mercado internacional sumando mayor volumen del mercado interno”, dice Domenech que estima terminar el año “con 240 mil toneladas, lo que implica una caída de 35 mil toneladas que es muy fuerte porque significa que a la pérdida se suma el no haber podido ubicar el excedente previsto”.
Ya pensando en el próximo año, el represente de las Empresas Procesadoras Avícolas es contundente: “No vamos a crecer, es un año para ser muy prudentes”. Y resalta que deberán aprender de la experiencia manejando mejor el stock y la administración de la oferta, así como trabajar para consolidar el mercado interno. En este sentido, ya se están ingresando aproximadamente un 4% menos de reproductoras, lo que puede representar unas 120 mil toneladas menos de producción, para redimensionar la oferta.
“Teóricamente hemos producido más, el consumo interno ha crecido pero la suma del paquete de producción es como la de 2014”, reflexiona y concluye que, sumado a la pandemia, “en Argentina tenemos las dificultades macroeconómicas. Nosotros no exportamos lo que nos sobra, producimos para exportar y somos muy prudentes y prolijos en ello. Lo que necesitamos es estabilidad y reglas claras”.
Con nuevos brotes de coronavirus en algunos países de Europa y la expectativa por lo que pasará en el otoño/invierno latinoamericano, aún no es posible decir que la tormenta ya pasó. Pero, sin dudas, el 2020 fue un año de grandes desafíos y aprendizajes que deberán tenerse en cuenta para enfrentar un nuevo año donde el comercio mundial tendrá que barajar y dar de nuevo.