LA ALIMENTACION EN EL TRABAJO: UN DESAFIO PARA LA EMPRESA Y SUS EMPLEADOS

LA ALIMENTACION EN EL TRABAJO: UN DESAFIO PARA LA EMPRESA Y SUS EMPLEADOS
Por DANIEL MAILAND*
        
Contestar las siguientes preguntas: quién come, qué come, en qué cantidad, cuando, donde, con quién y por qué, con qué resultados biológicos y psicológicos, no es una tarea fácil.
La alimentación refleja las problemáticas sociales del momento en el cual se enmarca, y es desde esta perspectiva desde la cual podemos colaborar en la respuesta a una demanda social que no ha sido aún satisfecha ni en los ámbitos científicos, políticos o mediáticos.
Podría pensarse la alimentación como una de las tantas prácticas sociales. Cada época, cada cultura, por medio de estas prácticas construye creencias, imágenes, que contribuyen a mantener un estado de cosas; un camino, límites. 
El trabajo, como lo conocemos hoy, lo inventó la modernidad. Atrás quedó la rutina del oficio, la identidad laboral. Terminó el pasado artesanal del empleado. Se inventó la productividad. Transformación que requiere no pocas rupturas y un gran esfuerzo.
La revolución industrial posibilitó drásticos cambios a partir del desarrollo en el procesamiento de alimentos (mecanización de la producción alimenticia, nuevas tecnologías de conservación, transporte, intermediarios). Comenzamos a hablar de trazabilidad.
Hay menos tiempo para dedicar a la preparación de los alimentos. La irrupción de la mujer en el mercado laboral le implica menor tiempo para la preparación de alimentos saludables, perdiéndose a su vez, las tradiciones culinarias que requieren de más tiempo y trabajo.
Hay sin lugar a dudas un aumento de la alimentación solitaria y poco saludable. Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pone en el tapete la alimentación de los trabajadores durante sus jornadas laborales.
La alimentación, tan importante para la salud de los seres humanos, no es un tema de interés como son los salarios, la seguridad y otros beneficios. Sin embargo el tema alimenticio está muy relacionado a la salud de los trabajadores y a la promoción de un trabajo digno.
La OIT señala que facilitar el acceso a comidas sanas y balanceadas es tan importante como protegerlos contra la agresión del medio ambiente.
La misma Organización afirma, que la alimentación, además de contribuir al bienestar de los empleados, constituye un buen negocio para las empresas, ya que contribuye a aumentar la productividad y la motivación del personal, prevenir los accidentes, las muertes prematuroas y reducir los gastos médicos.
Con frecuencia, la alimentación en el trabajo es considerada como un elemento secundario o como un estorbo por parte de algunos empleadores. Los comedores, cuando existen, suelen ofrecer una selección rutinaria y no muy variada. Las máquinas expendedoras generalmente ofrecen alternativas poco saludables. Los restaurantes cercanos pueden resultar caros o escasos. Los alimentos vendidos en puestos callejeros están expuestos a contaminación.
Los trabajadores no tienen tiempo para comer, o un lugar donde hacerlo, o el dinero suficiente para comprar comida.
Atender el tema alimenticio es vital para el desarrollo del trabajador y es un “ buen negocio “ para el empleador, por ello, debe existir un mayor control, e información de las consecuencias que genera recibir mala alimentación en las jornadas laborales
Los avances científicos y el aprovechamiento que podemos hacer de ellos en cuanto a capacitarnos nos introducen en el mundo de la alimentación y en la relación que los hábitos alimentarios mantienen con la salud.
Cada estudio, cada investigación, nos reafirma la idea de que la dieta más adecuada es aquella que tiene en cuenta todas las condiciones que nos caracterizan como personas en una cultura determinada, con hábitos alimenticios concretos, gustos, estado de salud, costumbres e ideales .
 
*Director Médico: Grupo dm I + D Alimentación y Salud

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