Informe Especial: 2022, Todas las miradas apuntan a las exportaciones

Con una perspectiva internacional favorable, la Argentina inicia el nuevo año con la incertidumbre de si podrá ser parte de ese contexto o volverá a sufrir las restricciones. 

Fuente: Infobae 

Fotos: Banco de imágenes

Las exportaciones de carne fueron un tema central durante el año 2021 por las medidas tomadas por el gobierno argentino para restringir su salida, lo que lleva a cerrar el año con una caída en los despachos de carne hacia el exterior de 100.000 toneladas y se espera que el volumen de embarques totales sea por 810.000 toneladas, resultado que ahondaría la caída del 8% en el volumen registrado en los primeros diez meses de ese año. Si bien el panorama internacional se posiciona de “manera positiva para 2022″, con China a la cabeza de las compras, según la consultora AZ Group las expectativas para Argentina llevan a pensar que las exportaciones de carne vacuna caerán cerca de 10% en volumen.

“En los próximos meses hay posibilidades de ubicar buenos volúmenes de carne vacuna argentina con muy buenos precios; pero habrá que ver si nuestro país aprovecha o desperdicia esta nueva oportunidad, en un contexto en que el gobierno nacional estudia implementar nuevas restricciones a la exportación para el nuevo año”, dijo el especialista de AZ Group.

El trabajo tomó como base un rodeo bovino de 53,5 millones, cifra ratificada por la cartera agropecuaria en las últimas semanas. En base a una serie de variables como el nivel de pariciones y el peso de faena, calcularon que el próximo año, la industria frigorífica faenará 13,1 millones de cabezas. Con un peso promedio de 230 kilos por res de animal, la producción de carne llegará a 3 millones de toneladas.

Para 2022 se estima que el saldo exportable será de 744.780 toneladas, con una caída cerca de 10% en volumen respecto a 2021.

Con este volumen disponible, el saldo exportable será de 744.780 toneladas. En este punto, el trabajo toma como premisa que el próximo año no se podrán exportar los siete cortes parrilleros de vaca. Descontadas las ventas externas, durante el año próximo el mercado interno tendrá disponibles 2,28 millones de toneladas, que asegurarán un consumo de 50 kilos anuales por habitante. En 2021, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (CICCRA), el consumo de carne vacuna por habitante por año se ubicó en octubre en 47 kilos, una marca históricamente baja y que la modesta reducción de los precios que se percibió en los últimos meses, no logró revertir.

Los cálculos indican que con el nuevo esquema de exportación en 2022 las exportaciones alcanzarían las 744.778 toneladas y, de mantenerse los precios promedio de los cortes exportados que rigen la actualidad, ingresarían al país USD 2.500 millones y la cadena tributaría USD 225 millones de dólares como derechos de exportación. Con estas proyecciones, el volumen que se podría embarcar y las divisas que ingresarían podrían ser menores a las obtenidas en 2021.

El primer paso para estimar la exportación posible en el año que viene es calcular la faena de equilibrio; es decir, la matanza que se puede concretar sin reducir ni aumentar el stock. Para ello, el análisis partió de un stock bovino de 53,5 millones de cabezas, consensuado entre Gobierno y el sector pecuario. Luego, le adjudicó un 65% de parición durante 2022, sobre las vacas que entraron al servicio en la primavera de 2021, para, posteriormente estimar una mortandad del 2%. Así, llegó a la faena de equilibrio, que sería de 13.194.426 cabezas.

Con un peso de faena promedio de 230 kilos de res por animal, se llegaría a una producción de 3.034.718 de toneladas de carne vacuna en todo 2022. De ese total, se llegaría a un volumen para exportar de 744.778 toneladas teniendo en cuenta que estará prohibido embarcar siete cortes de consumo popular, mientras que 2.289.940 toneladas quedarían en el mercado interno, lo que permitiría un consumo por habitante de 50 kilos por año. Con los datos calculados por la consultora AZ Group, la exportación representaría el 25% de la faena y el consumo interno se llevaría el restante 75%.

Artículo publicado en la Revista AmeriCarne Nº 146 

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