Estrategias para el control de patógenos emergentes en la producción avícola
Ante la aparición de patologías infecciosas cada vez más significativas para la salud animal, se hace necesario establecer medidas de prevención así como un plan de contingencia.
Por: Lucas Sara, Gerente de Servicios Veterinarios Unidad Avícola Ceva Salud Animal.
Fotos: CEVA
Una enfermedad emergente se refiere a la aparición, en un animal, de una enfermedad, infección o infestación que provoca un impacto significativo en la sanidad animal o la salud humana. Esto puede ocurrir debido a la modificación de un agente patógeno conocido, su propagación a una nueva zona geográfica o especie previamente no afectada, o la identificación de un agente patógeno nuevo o una enfermedad diagnosticada por primera vez.
Virus y bacterias causantes de enfermedades emergentes
En los últimos años, la avicultura ha enfrentado nuevos desafíos infecciosos de elevado riesgo para la salud de las aves y la industria. Este nuevo contexto ha incluido agentes infecciosos que impactan la salud de las aves de corral, aves de traspatio y especies silvestres, además de tener un potencial impacto en la salud humana, como el brote de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad provocada por el virus H5N1 clado 2.3.4.4b que ha afectado a diferentes países de Latinoamérica en 2023. También se destaca la diseminación de adenovirus aviares relacionados con cuadros de hepatitis por cuerpos de inclusión o síndrome de Hepatitis-Hidropericardio, los cuales han afectado la sanidad y el desempeño productivo de las aves.
Con el objetivo de establecer lineamientos clave, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) determinó un programa oficial de control de enfermedades emergentes en el Código Sanitario para los Animales Terrestres (capítulo 4.19) cuyo objetivo es brindar recomendaciones para preparar, desarrollar e implementar programas específicos para el control de este tipo de patógenos.
Los programas oficiales de control se deben desarrollar para alcanzar objetivos medibles definidos, en respuesta a situaciones donde la acción privada no es suficiente. Dependiendo de la situación epidemiológica, ambiental y socioeconómica imperante, el objetivo puede variar desde la reducción del impacto hasta la erradicación de una determinada infección o infestación. El objetivo del programa es fortalecer la capacidad nacional e internacional de vigilancia, prevención y control de enfermedades emergentes transmisibles, especialmente la capacidad de responder de forma oportuna y eficaz a las que plantean problemas de salud animal nuevos. Las acciones principales incluyen:
- Establecer funciones esenciales para detectar, evaluar, notificar y comunicar los eventos de salud animal y responder a ellos en la totalidad de su territorio;
- Intercambiar con prontitud y transparencia la información por los canales internacionales y;
- Reforzar la vigilancia de las enfermedades infecciosas: La finalidad de las redes regionales es proporcionar la capacidad de vigilancia y respuesta rápida imprescindibles para detectar, contener y prevenir las enfermedades infecciosas.
En resumen, la vigilancia debe determinar las características de las enfermedades según tiempo, lugar y especie afectada; detectar epidemias; plantear hipótesis para la investigación epidemiológica; evaluar los programas de prevención y control; prever necesidades futuras de servicios de salud; y reducir costos de intervención, facilitando la ejecución temprana de estrategias de intervención.
Las redes de vigilancia vinculadas estrechamente con los sistemas de diagnóstico de referencia sirven como sistemas de alerta temprana ante enfermedades emergentes.
Los aspectos relacionados con la vigilancia son sin duda el pilar fundamental para controlar las enfermedades transmisibles y reconocer la aparición de nuevas enfermedades. Es esencial contar con un sistema organizado de vigilancia de las enfermedades prevalentes, conocidas y diagnosticadas, así como de las nuevas y desconocidas. La alerta es un proceso dinámico que comienza cuando se detecta un incidente de importancia epidémica, para luego verificarlo y notificarlo a los interesados, logrando así una intervención oportuna y adecuada en los lugares afectados. El monitoreo permanente a nivel internacional y el perfeccionamiento continuo permiten estar preparados para enfrentar contingencias.
Entre otros componentes, el desarrollo de herramientas diagnósticas adecuadas es esencial para la ejecución de programas de vigilancia epidemiológica. El diagnóstico requiere fundamentalmente la detección basada en definiciones estandarizadas de eventos potencialmente epidémicos o de casos de interés. El laboratorio es un componente vital de la vigilancia epidemiológica.
Finalmente, los aspectos relacionados con el desarrollo e incorporación de nuevas vacunas pueden complementar el control de patógenos emergentes. En los últimos años, se ha avanzado en el establecimiento o mejora de sistemas de vigilancia de enfermedades prevenibles con vacunas. Durante las últimas décadas, las vacunas, como parte de sistemas de bioseguridad, han sido uno de los logros más relevantes en salud animal y han tenido un gran impacto.
Vacunas de nueva tecnología
En conclusión, la detección y comunicación rápida y eficaz son los primeros pasos para un control adecuado de enfermedades emergentes. Luego, en función de la información inicial, se deben establecer medidas de contingencia y determinar planes a mediano y largo plazo según la evolución de la enfermedad.
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