EN EXPOPESCA EL SECTOR REDOBLARA LA APUESTA

“Los precios de los commodities pesqueros están estabilizados; incluso algunos pueden llegar a caer más en el corto plazo. En este contexto, se ha reducido la rentabilidad”, asegura Antonio Solimeno, titular del grupo empresarial homónimo que opera con base en Mar del Plata a través de cuatro grandes plantas de procesamiento y más de quince buques.

Desde el Gobierno nacional reconocen la magnitud del problema. De hecho, días atrás el Ministerio de Economía emitió la Resolución 137/08 a través de la cual restituyó los reintegros a las exportaciones para determinados productos pesqueros con valor agregado. Los porcentajes varían entre el 1 y el 10 por ciento.

“Si bien hay cosas por corregir, se está empezando a reconocer la necesidad de devolver impuestos. Creo que es importante que el Gobierno advierta que hay una crisis en la actividad”, analiza el presidente del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (Cepa), Oscar Fortunato.

Sin embargo, para industriales y armadores la medida no basta. Entienden que la administración de Cristina Fernández debería implementar una política de desarrollo a largo plazo que contemple entre otras variables los aumentos que vienen registrando el gasoil y los insumos.

“Desde noviembre venimos advirtiendo que el precio del gasoil crece y tiene una incidencia cada vez más fuerte. Estamos pagando el litro a 2,70 pesos y eso no lo resiste ningún barco; mucho menos los costeros que deben operar durante las veinticuatro horas”, explica el gerente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera, Mariano Retrivi.

En sentido, la entidad está pidiendo que el Estado fije un régimen especial de emergencia. Así, buscan asegurar la disponibilidad del combustible y, fundamentalmente, acceder a un subsidio que les permita pagar un precio preferencial acorde a la importancia socio-económica del sector.

Por otro lado, también se dispararon los valores de distintos elementos indispensables para operar. Por ejemplo, los cables de acero tuvieron un aumento en dólares del 40 por ciento aproximadamente en el último año y medio. Un porcentaje similar afectó a las redes, el cartón, el polietileno y los flejes.

Otro segmento sensible está conformado por los repuestos de motores y líneas de producción: “Habrá que desregular la importación de repuestos porque estamos pagando aranceles muy caros por cosas que no se fabrican en la Argentina”, propone Fortunato.

Pese a este marco inquietante, el sector sigue apostando a futuro. Varias firmas de Mar del Plata optaron por incorporar tecnología que les permita agregar valor y, al mismo tiempo, satisfacer las altas exigencias sanitarias de la Unión Europea.

“Con una inversión de 10 millones de dólares, nosotros construimos una planta de doce mil metros cuadrados orientada a elaborar productos directamente para góndola. Casualmente esta semana hemos hecho el primer embarque para llegar a 160 bocas de expendio en supermercados de todo el país a partir de un convenio que firmamos con Carrefour”, detalla Solimeno.

Lo particular de este tipo de emprendimiento es que se realizan sin financiación externa. El esfuerzo es de los propios empresarios, proveedores y trabajadores. Ni el Estado, ni la banca privada contribuyen de manera significativa. Sólo en algunos casos otorgan créditos para prefinanciar exportaciones.

La coyuntura es un tanto más problemática para las pesqueras asentadas en la Patagonia que tienen que lidiar con un modelo de explotación acotado prácticamente a tres especies (langostino, calamar y merluza) y costos operativos más altos. De cualquier manera, allí los esfuerzos por sumar valor también son importantes.

Expopesca, un ámbito de debate en el sector
Parte de esta realidad será reflejada en Expopesca, la megaferia que se realizará en la Base Naval de Mar del Plata entre el 17 y 20 de septiembre. Toda la cadena productiva estará presente; incluso las industrias vinculadas a la pesca. Entre ellas, la industria naval y la acuicultura.
“Es muy interesante que contemos con una exposición de estas características, porque muestra una cultura de trabajo con mucho arraigo en la ciudad y en toda la costa argentina. Es atrayente que la gente se dé cuenta de que no hay fantasmas y que si no hay continua inversión, no se puede producir”, se entusiasma Fortunato.