El sector avícola espera una producción de mil millones de pollos para 2023

En un encuentro para periodistas organizado por CEPA para compartir las novedades en la avicultura argentina, su presidente Roberto Domenech dijo que durante la pandemia “no se vio mayormente afectada la demanda internacional, ya que en 2022 se alcanzaron 2,45 millones de toneladas de producción, logrando más de 400 millones de dólares de exportación a más de 60 destinos.

Asimismo expresó que, actualmente, “el sector está viviendo un momento crítico en función de la llegada de la gripe Aviar a Latinoamérica y a Argentina en particular. Hay mucha gente angustiada y preocupada, estamos atentos y trabajando sobre eso”.

Durante su exposición Domenech compartió que esperan poder mantener la proyección realizada para el período 2018 al 2025, en el cual se estima una pauta de crecimiento del 2,5 al 3% anual, con un incremento fundamentalmente en las exportaciones. En cuanto al mercado local, el consumo por habitante al año fuer de: 37 kilos en 2010, 40 kilos en 2013, luego pasó a 47 en 2014 y 2015, “quedando en esa meseta hasta este año en el que estaremos en los 46,5 a 47 kilos producto del crecimiento de la población según el último Censo”, explicó.

Al referirse a las exportaciones, los números dados fueron 260 mil toneladas en 2010, 360 mil toneladas en 2013, 200 mil toneladas en 2015/2016. “Desde 2018 integramos un mercado único de carnes: bovina, porcina, avícola, el cual es un mercado de suma cero. No se le puede pedir al argentino que consuma más de 120 kilos por habitantes. En consecuencia, para que alguna carne crezca por sobre otra, se debe tomar la salida de la exportación”, indicó Domenech.

El presidente de CEPA también comentó que “Argentina importa 355 mil abuelos por año, que producen 8 millones de reproductoras, para 2023 se proyecta un crecimiento del 3%”. Por ese motivo afirmó que “este año vamos a llegar mil millones de pollitos recién nacidos”.


Influenza aviar: Cambio de planes

El tema de la Influenza Aviar estuvo presente durante el encuentro dado que para el sector “ha sido una irrupción desequilibrante que alteró nuestros planes”, dijo el presidente de CEPA y recordó cómo a partir de la detección del primer caso comercial el SENASA cerró las exportaciones y comenzó a aplicar “el rifle sanitario en los lotes afectados”.  

En un trabajo conjunto entre la entidad que agrupa a las empresas procesadoras avícolas el SENASA, se comenzaron a evaluar distintas formas para garantizar a otros países que lo que se exporta desde Argentina proviene de zonas o regiones libres de Influenza Aviar. “Esta enfermedad no estaba en los planes, aunque sí en las posibilidades. Creíamos que teníamos la bioseguridad cubierta pero igualmente entró”, reflexionó Domenech ante la pérdida del estatus como país libre de Influenza Aviar.

En cuanto al debate sobre los beneficios de aplicar o no una vacuna, su postura fue contundente: “Consideramos que la vacuna es la solución a futuro”. Sin embargo aclaró que “aún no existe una vacuna ideal para esta enfermedad y es nuestro deber como dirigentes sectoriales informar bien a los productores. Hay vacunas producidas que no han demostrado eficiencia y ante la presencia del virus las aves deben sacrificarse aún vacunadas”.

Sabiendo que “con que un establecimiento se vuelva a infectar, otra vez se cierra todo”, el directivo confirmó que están trabajando con las empresas en la trazabilidad para fortalecer la bioseguridad y detectar puntos críticos.

Hasta el momento se encuentra afectado el 2,5% de la población aviar. Para ayudar a las empresas a sobrellevar la situación, se constituyó un fondo por 6 meses de 7.500 millones de pesos dado por la Secretaría de Agricultura, que vence el 16 de noviembre con posibilidades de renovación.

Mercados: Antes y después de la Influenza Aviar

La Lic. Sofia García, Coordinadora de Negociaciones Internacionales de CEPA, fue la encargada de compartir información sobre los mercados externos. Argentina tiene acuerdos con unos 150 países, de los cuales anualmente se destina mercadería a 60 mercados. Los más importantes son China, Sudáfrica, Arabia Saudita y Chile. “En 2022 cerramos con 253 mil toneladas exportadas que significan 400 millones de dólares”, dijo, a la vez que recordó lo sucedido este año al momento de detectarse el primer caso de Influenza Aviar “A partir del 28 de febrero se nos apagaron todas las luces y tuvimos que empezar a trabajar de cero”.

Consciente de que “fue un aprendizaje cotidiano porque la dinámica es multidimensional”, García explicó que como primer paso avanzaron en una gestión ordenada entre lo público (SENASA) y lo privado, “priorizando nuestros destinos”. Expresó que se tienen “distintos tipos de jerarquías en los países destinatarios, porque no todos los sistemas sanitarios son igual de exigentes ni los estatus sanitarios de los países tienen el mismo nivel que Argentina. Además tenemos una lista de destinos generales a los cuales simplemente modificando el modelo sanitario íbamos a poder continuar la exportación”. En cuanto a los termoprocesados, por ejemplo, dijo que por tener mitigado el riesgo, “deberían quedar afuera de la suspensión pero para ello los certificados debieron ser actualizados ya que no podían ser exportados como país libre de IA”. 

Ante todo esto, compartió que actualmente se tienen acordados 97 certificados que corresponden a 74 países, entre ellos Angola con un 4% de exportación, Chile y Unión Europea para harinas y algunos destinos de Halal. A su vez, se produjo “una reducción en las exportaciones en toneladas del 28% y una reducción de las exportaciones en facturación del 35%. Nos encontramos en plena transición de negociación con los principales países: China, Arabia Saudita, Sudáfrica, Chile, Vietnam, Perú y Unión Europea. Esta transición de reconocimiento de zona libre de 10 kilómetros de radio, es lo mismo que negociar aperturas de mercado. Hoy estamos negociando zonificación”, sentenció.

Producción sustentable

La sustentabilidad en la producción avícola, como en otras carnes, es un tema que preocupa no solo al consumidor sino también a los productores. En este sentido, Carlos Sinesi, gerente de CEPA, explicó el trabajo realizado junto con INTI y las empresas para medir las huellas hídrica y de carbono. “En 2019 comenzamos a trabajar en el análisis del ciclo de vida de la carne de pollo relacionado con el kilo de pollo eviscerado con el objetivo de poder informarle al consumidor argentino el impacto ambiental que genera el pollo eviscerado y a partir de ahí al resto del mundo. Trabajamos en todo nuestro sistema de producción, el cual es complejo”.

La primera etapa del análisis comenzó en el año 2020 con 12 empresas participantes que representan al 46% de la avicultura argentina (346 millones de pollos). Luego, en 2022 se hizo se llegó en una segunda etapa a los 564 millones de pollos, abarcando un 75% del sector.

El objetivo fue por un lado cumplir con los requerimientos que exigen los mercados; así como también “lograr que las empresas puedan ofrecer sus datos para tener los números que nos permitan hacer el análisis comparativo y comunicar al consumidor y a los medios de qué se trata este análisis” dijo Sinesi, quien reconoció que donde se deben hacer “mayores inversiones es en galpones para dotarlos de tecnología de última generación que permita bajar aún más la conversión”.  

Como cierre del encuentro, Roberto Domenech destacó la importancia de la producción avícola en Argentina, a la cual están vinculados de forma directa al sector pollo 68.400 empleados divididos en molinos de alimentos balanceados, granjas de genética, plantas de incubación, granjas de crianza de pollo y plantas de faena. A su vez, los empleos indirectos (aquellos que la empresa paga) como servicio tercerizado de vacunación, de cargas, de transporte de materias primas, de producto final, dan lugar a 77.700 personas.

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