El poder de los aditivos alimenticios
Tanto en avicultura y porcicultura la inclusión de aditivos naturales en la dieta permiten mejorar la salud intestinal, hepática de los animales, mejorando la digestión del alimento, reduciendo la incidencia de enfermedades gastrointestinales y mejorando la absorción de nutrientes.
Por: Dirección Técnica de Bedson
Fotos: Banco de imágenes
Si nos referimos a la crianza intensiva en la avicultura y porcicultura, el alimento emerge como el factor que, sin lugar a duda, constituye la mayor inversión. De acuerdo con la mayoría de las estimaciones, aproximadamente el 70-75% del valor total de los costos de producción se destina a este rubro. Por lo tanto, con cualquier mejora que podamos implementar en nutrición para optimizar los parámetros productivos, mejorar el índice de conversión, maximizar la eficiencia en el uso de los nutrientes y garantizar el bienestar animal, evitaremos afrontar los costos elevados derivados de tratamientos médicos por enfermedades, pérdidas económicas por altas tasas de morbilidad y mortalidad, y una mejor rentabilidad del negocio.
Hoy en día nos encontramos frente a numerosos aditivos alimenticios que buscan mejorar determinadas funciones:
Aditivos nutricionales: su función es mejorar la calidad nutricional del alimento y también la performance general de los animales. Vitaminas, minerales y aminoácidos son algunos ejemplos.
Aditivos para mejorar la calidad de la carne y los productos finales: están destinados a mejorar características específicas de la carne, la textura, la jugosidad, el sabor y la vida útil. Además, con algunos de ellos se pueden mejorar la calidad nutricional del producto final como por ejemplo la adición de omega 3 en los huevos. Pueden incluir antioxidantes, compuestos naturales como los polifenoles, antocianinas, flavonoides, etc.
Aditivos sensoriales: son percibidos por el consumidor final. Aquí encontramos aromas y pigmentos. Estos aditivos mejoran la percepción organoléptica de los alimentos.
Aditivos para reducir el estrés y mejorar el bienestar animal: en producción intensiva, los animales pueden experimentar estrés debido a factores como el hacinamiento, condiciones de manejo inadecuadas, cantidad de bebederos y comederos insuficientes, poca ventilación y situaciones de estrés propias de la producción como el destete de lechones, despique de las aves, transporte, etc. Los aditivos diseñados para reducir el estrés y mejorar el bienestar animal pueden incluir vitaminas del complejo B, aminoácidos, hierbas adaptogénicas, productos que contengan triptófano, manzanilla, etc.
Aditivos tecnológicos: incluyen antioxidantes, emulsificantes, acidificantes y adsorbentes de sustancias tóxicas Se utilizan para mejorar la calidad del alimento o su procesamiento.
Aditivos zootécnicos: estos aditivos han estado en auge en los últimos años y se añaden al alimento para promover el crecimiento (promotores de crecimiento) de los animales, mejorando los parámetros productivos tales como el aumento de la ganancia diaria de peso, mejoran la eficiencia de conversión alimenticia, otorgan un mejor peso de la canal o productos específicos del animal.
Estos aditivos están diseñados para mejorar la salud intestinal, hepática de los animales, mejorando la digestión del alimento, reduciendo la incidencia de enfermedades gastrointestinales y mejorando la absorción de nutrientes.
Cuando uno habla de promotores de crecimiento, en líneas generales, se piensa en antibióticos subdosificados. Si bien los promotores de crecimiento antibióticos han sido usados a lo largo de los años a bajas dosis y sin un diagnóstico preciso de afección bacteriana, dicha práctica, empírica por cierto, se está volviendo en desuso en algunas regiones. El motivo de esa prohibición es debido a preocupaciones sobre la resistencia bacteriana y la salud pública, promoviendo en cambio enfoques más holísticos como la estrategia One Health o Una Salud.
El requerimiento de cambios en el modelo productivo considera un enfoque holístico para mantener un buen rendimiento, siendo uno de los focos garantizar una buena salud general de los animales y la población, es inminente.
Algunos ejemplos de aditivos que mejoran los parámetros productivos incluyen probióticos, prebióticos tales como los FOS, inulina, entre otros, ácidos orgánicos cuya principal función es la acidificación del medio intestinal y disminuir así las bacterias patógenas, favoreciendo la digestión de los nutrientes. Otros ejemplos son las enzimas digestivas, extractos de plantas, compuestos bioactivos y aceites esenciales como el orégano, la canela, la menta, antibacteriana y antioxidante. Estos últimos han demostrado ser una alternativa eficaz frente al uso profiláctico indiscriminado de antibióticos, ya que su eficiencia en algunos casos supera la de los antibióticos.
A la hora de seleccionar el aditivo más adecuado para nuestro modelo de producción, es fundamental tener claros ciertos conceptos claves:
Origen: es imprescindible que el laboratorio fabricante y distribuidor de aditivos alimentarios cumpla con normativas y certificaciones reconocidas a nivel internacional. Estas garantizan la calidad de las materias primas utilizadas, así como del proceso de producción y el producto final. Ejemplos de ellas son GMP+, FAMI-QS, ISO
Dosis: en ocasiones, los productos presentan características similares en cuanto a su acción y composición de ingredientes activos, pero varían considerablemente en precio. Por ello, es crucial evaluar las dosis sugeridas por el fabricante, ya que pueden diferir en concentración o requerir dosificaciones más elevadas.
Apoyo científico: al considerar la introducción de aditivos en nuestra granja, es esencial que estos estén respaldados por material científico confiable, que no solo incluya datos experimentales, sino también resultados demostrados a una escala mayor, obtenidos a través de pruebas de campo. Esto cobra importancia debido a que los resultados de ensayos experimentales a menudo no reflejan las condiciones ambientales y sanitarias de una granja comercial.
Trayectoria: se debe tener en cuenta el tiempo que el laboratorio lleva en el mercado y cuál es su reputación. Además, es beneficioso conocer las repercusiones del aditivo en cuestión y poder conversar con profesionales que lo hayan utilizado, lo cual brinda mayor seguridad en la elección del producto.
Para concluir, es innegable la importancia del alimento en la crianza intensiva moderna de aves y cerdos. Por ello, es crucial enfatizar la necesidad de una cuidadosa selección de aditivos alimenticios. Estos no solo mejoran la nutrición para optimizar la eficiencia y el bienestar animal, previniendo costos derivados de enfermedades y pérdidas económicas, sino que también promueven la salud general de los animales y la población, alineándose con conceptos como la estrategia One Health.
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