El Coronavirus y su relación con la salud animal, el ecosistema y la producción de alimentos
En esta nota pretendemos abordar la importancia de factores colaterales al Brote de Coronavirus, a veces no correctamente analizados, de acuerdo a los avances que se indican en los organismos internacionales que actúan en este momento.
Para comprender las causas y efectos de lo que está pasando con el brote de coronavirus, debemos interpretar que la lucha contra estas enfermedades y sus consecuencias abarca más allá del tradicional concepto de dejar en soledad a los responsables de la medicina humana.
Bajo el concepto de una sola salud, la lucha contra estas enfermedades se ha convertido en un manejo multidisciplinario, donde se pretende abarcar problemas inéditas en la historia de la humanidad.
El concepto una sola salud fue introducido a comienzos de la década del año 2000, con una noción conocida, sobre todo por la profesión veterinaria: que la salud humana, el ambiente y la sanidad animal son interdependientes y están vinculados a los ecosistemas en los cuales coexisten. Hoy estamos viendo con claridad, a nivel global, la aplicación de este concepto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al brote provocado por el Coronavirus como una emergencia sanitaria mundial y menciona, a la fecha de este artículo, como casos confirmados en China 74.185. Concretamente, el virus se ha llevado la vida de 2004 personas en China. La mayoría de los casos y de las defunciones se han registrado en Wuhan (provincia de Hubei). Fuera de China se han notificado más de 900 casos en 27 países, de los cuales 4 han fallecido.
Esta enfermedad ya tiene nombre: se la ha denominado COVID-19. La importancia de que la OMS haya adjudicado a la enfermedad un nombre es clave para limitar confusiones a otras patologías provocadas por los coronavirus, así como nombres o tipificaciones que generen temor o limitaciones/segregaciones innecesarias, y permitir que las decisiones a tomar tengan el criterio y base científica apropiados.
No debemos olvidar, y lo mencionamos simplemente, que simultáneamente enfrentamos una epidemia de peste porcina africana, ébola y, cerca nuestro, dengue. En este sentido la OMS ha activado un equipo de gestión de crisis de las Naciones Unidas, con el Director Ejecutivo, Dr. Mike Ryan, para centrarse en la respuesta sanitaria. Las demás organizaciones referentes como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), aportarán sus conocimientos especializados para hacer frente a las consecuencias sociales, económicas y de desarrollo más amplias del brote, de modo que todos trabajen en la esfera de su competencia. Sabemos que mantener la logística de agua y alimentos sanos es un desafío fundamental ya que en el pasado frente a los grandes problemas sanitarios, la hambruna fue siempre su peor compañera. Además, esto permite que la FAO junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) -a través de su División mixta FAO/OIEA- trabajen en forma mancomunada para identificar los posibles animales huéspedes de este virus.
Bajo esa premisa la OIE apoya y aplica este enfoque como un planteamiento colaborativo global para comprender los riesgos que deben afrontar la salud humana y la sanidad animal, respecto a los animales domésticos o silvestres, y los ecosistemas.
En su página, la FAO nos informa haber activado un grupo de coordinación de incidentes que reúne a especialistas mundiales, regionales y nacionales para examinar la situación y garantizar la coordinación de las tareas. En el caso de todos los laboratorios veterinarios nacionales, como en nuestro caso el área de bioseguridad Nivel IV, la conocida burbuja del SENASA, esperamos que desarrollen un papel relevante en esta emergencia.
Esto significa estar preparado para detectar rápidamente el nuevo virus en animales y productos animales destinados al consumo humano, así como para llevar a cabo una vigilancia exhaustiva de los animales huéspedes y de la circulación de coronavirus (2019-nCoV)
Debemos recalcar que la OMS junto la OIE y la FAO, están utilizando el enfoque de "Una Salud", y vuelven a hacer hincapié en la importancia de las enfermedades zoonóticas (que pasan de animales a humanos), sabiendo que más del 60% de las enfermedades son de ese tipo.
Antecedentes
Del 10 al 22 de agosto agosto de 2003 se realizó una misión conjunta de la OMS, la OIE, la FAO y el Gobierno de China para la identificación de potenciales reservorios animales del SARS y los riesgos conexos de transmisión al hombre. Entre las recomendaciones formuladas por el equipo de expertos se destacan sobre todo la de reforzar la reglamentación nacional en los ámbitos de la agricultura, el comercio y el consumo de animales principalmente salvajes. Esta recomendación efectuada a China hace más de 16 años, es una tarea pendiente que aún tenemos en Argentina y que fácilmente podríamos extrapolar a nuestros reservorios naturales.
A tal efecto nos atrevemos a considerar la posibilidad de utilizar conjuntamente la infraestructura que posee el Estado, con su área de recursos naturales, como fuente de aprovisionamiento de fauna silvestre para realizar una investigación de alta especialización que nos informe cuál es nuestra situación actual frente a los posibles reservorios locales de patologías potencialmente peligrosas. Es conocido que la alteración e interacción de virus que interactúan con especies extrañas pueden mutar y convertirse en enfermedades actualmente desconocidas.
En China la presencia familiar de animales domésticos, principalmente aves y cerdos, más el consumo habitual de animales silvestres, ha sido señalada permanentemente con el mayor riesgo que se presenta en estos brotes originados en el coronavirus. En Sudamérica, el permanente avance de la frontera agrícola sobre todo en nuestra frontera norte, reclama la constitución de un equipo de elite que, con una actitud PROACTIVA, inicie un programa de estudio que permita avanzar en ese sentido. Este equipo, que debería actuar autonómicamente, tendría que poder utilizar el laboratorio conocido familiarmente como “Burbuja” Nivel IV de seguridad biológica, y tener un grupo de investigadores “AD HOC” multidisciplinario convocado por las distintas instituciones de investigación.
Situación actual
La actuación en forma conjunta entre la OMS, la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). se encuentra motivada por el hecho de que, en casos de crisis inesperadas o imprevistas, como la que nos ocupa, habitualmente naturales (pandemias) o fuertemente accidentales por causas humanas (centrales atómicas dañadas) se carece de información previa que permita tener comportamientos razonablemente predecibles, tanto por los sucesos como por sus actores. Antes bien, actúan los factores prácticos, emocionales y científicos, propios de cada país, a través de su Estado y de su aparato político, de acuerdo a su situación de riesgo, y también respondiendo a la voluntad de sus gobernados, cuya influencia como opinión pública es siempre tenida en cuenta.
Por ello, se torna necesario mantener el mayor orden global posible y la estabilidad de los mercados agroalimentarios, a efectos de asegurar una logística que ya es global y evitar que existan poblaciones desabastecidas que generen un conflicto posible de ser superior al original y un daño económico de costos aun no estimables.
Bajo el reconocimiento que significa la enorme responsabilidad de combatir una enfermedad como la que nos ocupa, es importantísimo conocer los inconvenientes que ya afrontan los mercados agroalimentarios a nivel planetario. El problema para la logística en China, con prohibición de movimientos de personas por la cuarentena de más de 24 millones de personas. Prohibiciones de ventas de animales vivos en mercados. Y cierre de más de 200 mil comunidades rurales, significa un esfuerzo inédito, que además fue posible solamente por el espíritu disciplinado del propio país.
El impacto del virus se concentra, además de en la salud, en todas las áreas, siendo las más críticas la logística de medicamentos y alimentos, el turismo debido a la importancia cultural que significa haber detenido un país con millones de traslados en sus festejos de año nuevo, el transporte de personas, y la educación, principal preocupación de la población en referencia a la preparación de exámenes para el ingreso a las universidades, factor crítico para la cultura familiar local.
Algunos pueden preocuparse de que el consumo internacional se vea afectado, pero indudablemente el local está afrontando una prueba de proporciones épicas. Los consumidores continúan comprando productos agrícolas, incluida la carne. La logística que se encuentra ensayando nuevos modelos de distribución, aplica al límite el telemarketing y las compras vía web, utilizando también móviles autónomos, sobre todo en Wuhan y en referencia a la distribución de medicamentos.
Frente a las restricciones de tránsito de mercancías y personas, la mayoría de los trabajadores sigue trabajando desde sus casas y las fábricas están operando con muchos problemas. Un número importante de provincias decretaron que hasta el día 17 de febrero quedara prohibido el tránsito de mercancías con otras regiones. Esta notificación afectó a las provincias de Hubei / Henan / An’hui / Zhejiang / Jiangsu / Guangdong / Hunan. La conexión de mercancías con Hong Kong se mantiene abierta a través de dos fronteras ocasionándose cuellos de botella.
En el mercado aéreo se han reducido 4.000 toneladas diarias de capacidad, debido a las cancelaciones, dado que la mercadería no arriba, sobre todo las verduras y frutas más perecederas. Por la parte del transporte marítimo las navieras están anunciando más espacio ocioso (blank sailings) en las semanas que vienen. Mientras, muchos depósitos se encuentran con mercadería inmovilizada por falta de personal. Los trenes siguen estables con la problemática de no poder acceder a la terminal si la mercancía tiene el origen en otra provincia.
China ha exigido a las principales empresas de correo del país que reanuden sus operaciones para satisfacer la creciente demanda. El pedido surge a medida que el país requiere movilizar cada vez más recursos para luchar contra la epidemia.
Así, y como ejemplo en el sector frutihortícola las frutas frescas que se venden rápidamente pueden ser comercializadas en puntos estratégicos de venta anunciados en las redes o vía web, pero las restantes debido a los problemas logísticos, no puedes transportarse al mercado, lo que desemboca en graves pérdidas para los agricultores.
Según Li Ying, gerente de Qingxin Fruits, en la ciudad de Qingyang, menciona que "aunque el Gobierno ha permitido que algunas empresas reanuden sus actividades comerciales esta semana, las políticas locales siguen siendo estrictas. En la actualidad, nuestro personal de ventas trabaja desde casa y la mayoría de los trabajadores no pueden regresar al trabajo debido a motivos razonables, como el cierre de carreteras. También hay muy pocas personas en los mercados mayoristas actualmente. Aunque algunos servicios de mensajería han reanudado sus negocios, debido al cierre de carreteras en muchas zonas, los productos no pueden enviarse desde las fincas, aunque se haya hecho un pedido. Actualmente, nuestras ventas en línea son muy rápidas, lanzamos 500 unidades (5 kg) de manzanas y desaparecieron en un minuto. A pesar de las ventas rápidas, en comparación con el volumen de ventas de 40.000 a 50.000 unidades durante el mismo período del año pasado, aún nos enfrentamos a una situación muy seria. Todavía tenemos 3 millones de kilos de mercancías en almacenamiento en frío. De hecho, la demanda de los consumidores es muy alta, pero podemos enviar cantidades limitadas debido a factores objetivos como la poca capacidad de envasado y la logística".
Ma Junsheng, director de la Oficina Estatal de Correos, instó a las compañías de logística a reactivar más del 40 por ciento de su capacidad de manejo normal a mediados de este mes y a continuar aumentando su volumen de trabajo en relación con el desarrollo del brote viral.
Bajas exportaciones y eventos cancelados
Ya hay informes de fábricas que cierran en China o se enfrentan a paradas temporales en la fabricación de alta tecnología, incluidos automóviles, semiconductores y telecomunicaciones. Por ejemplo, Qualcomm espera impactos negativos en la demanda y la oferta en la industria de la telefonía móvil. Esto aumentará los costos de producción de la producción China y, por lo tanto, los precios para el consumidor global.
El turismo chino, con estadísticas crecientes hacia todo el mundo y esperado fuertemente en la hotelería internacional, así como los traslados internos por el año nuevo, se estimaba que sería excepcional en 2020, dado un mejor contexto comercial y signos de estabilización. Sin embargo, el brote y las restricciones de viaje hacia y desde China han cambiado drásticamente esas expectativas y la industria del turismo, con todo el consumo de agroalimentos que ello significa, verá reducidas sus compras principalmente en los productos Premium. Según estimaciones (Oxford economic) solo Estados Unidos experimentará una pérdida de 1,6 millones de visitantes de China continental este año.
Reacciones internacionales a raíz del brote y en relación a los agroalimentos
La reacción de distintos países frente a la emergencia desatada por el COVID-19 en el campo de los intercambios comérciales ha sido disímil y aún se encuentra en proceso. Rusia, por ejemplo, fue uno de los países que actuó rápidamente, no ha implementado una prohibición sobre las importaciones agroalimentarias pero ha cerrado la frontera terrestre de 4.000 km con China, lo cual implica indirectamente ua fuerte inconveniente a la logística y conjuntamente se suspendió temporalmente la entrega de visados electrónicos a ciudadanos chinos que no podrán ingresar al país a través de los puestos de control ubicados en el Lejano Oriente, la región de Kaliningrado, San Petersburgo y la región de Leningrado.
También distintas cadenas de proveedores (Magnit), emitieron un comunicado deteniendo sus importaciones de frutas y verduras de China, citando como causa el virus y las dificultades logísticas.
Indonesia, que es el mayor socio comercial de China. Prohibió las importaciones de animales vivos de ese país y analiza el comportamiento a implementar con los alimentos.
India no ha anunciado ninguna prohibición de las importaciones chinas, pero los comerciantes locales han detenido voluntariamente las importaciones de productos alimenticios del país por temor al virus, según dijo a livemint Amit Lohani, fundador y director del Foro de Importadores de Alimentos Indios (FIFI).
En el Medio Oriente, la situación es disímil y la Autoridad de Aduanas de Dubai también le dijo a Al Arabiya que no veía "ningún problema" en términos de importación de productos chinos, sin embargo el director de licencias del Ministerio de Agricultura de Jordania, Karim Al-Hussami, en un comunicado de prensa manifestó: "las licencias de importación de China se han suspendido hasta nuevo aviso", y prohibió por completo todos los productos animales y vegetales de China a partir del 2 de febrero.
En Malasia, que importa de China cortes de pollo, algunas frutas y verduras, el responsable del área del ministerio de Agricultura y Agroindustria, Datuk Seri Salahuddin Ayub, mencionó públicamente que “este virus se transmite de persona a persona (y no objetos inanimados) por lo que no seremos brutales sobre restricciones a la importación, a menos que haya un nuevo estudio y recién entonces se tomarán las medidas apropiadas”.
Filipinas tampoco ha emitido ninguna prohibición formal a pesar de haber visto una muerte en el país como resultado del virus. Los productos chinos importados representan para sus autoridades, un “riesgo muy bajo” de propagación.
En Australia, según el Beef Central, se menciona que la estimación de la demanda de carne habría "cambiado drásticamente” hacia abajo, ya que la inmovilización de los consumidores chinos sumados a los problemas logísticos, estaría afectando las exportaciones de carnes. China fue el mercado de exportación de carne de res más grande de Australia en 2019 con más del 24% de las exportaciones totales (300.000 toneladas), y los temores abundan en la industria de que el brote provocará una fuerte caída en la demanda y las exportaciones correspondientes.
En Argentina
Las repercusiones económicas del brote están comenzando a surgir. Así el vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcía, sostuvo que “la caída en las exportaciones de carne vacuna a China, el principal cliente del país”, complica a la industria cárnica. “El Coronavirus hizo realidad el fantasma que todos algunas vez nos preguntamos ¿qué pasaría si China deja de comprar carne?”.
La situación actual es que “el comercio con dicho país se encuentra prácticamente paralizado”, mencionando que “algunas cargas en tránsito han sido depositadas en otros puertos por falta de personal para recibir los embarques”, “Otras se bajaron y están estacionadas en puerto, en otros casos se suspendieron los embarques y la carne está depositada en las cámaras de los frigoríficos argentinos, todo en definitiva son complicaciones”.
A su vez agregó que “a China se envía más del 70% de la exportación de carne de Argentina y que redestinar esa producción no es sencilla, incluso para algunos mercados supuestamente alternativos” (fuente Telam).
En cuanto a controles de fronteras, un ejemplo es lo que realizan los equipos de salud del gran Rosario. Se realizaron protocolos por la posible llegada de pacientes con síntomas. Son muchos los ciudadanos chinos que arriban a la región, ya sea en viajes de avión o por el puerto. Cualquier persona que presente afecciones respiratorias será sometida a los análisis pertinentes. Esto a fines de descartar la posibilidad de que porte algunos de estos virus.
Analía Chumpitaz, directora de Epidemiología de la Municipalidad, admitió su preocupación por una posible detección de casos y agregó: “Seguimos los protocolos de Salud de la Nación y trabajamos conectados con todas las áreas, especialmente con la Unidad Sanitaria de Frontera que sabe muy bien qué hacer en estos casos”.
Está demás decir que la “atipicidad” de Argentina, también en este rubro, no deja de ser un error varias veces cometido, que obviamente nos condena a este sube y baja de éxitos y fracasos. Es crónica nuestra tendencia en Argentina de correr todos detrás del mismo negocio, creando cuellos de botella; donde ante un problema inesperado nos deja en situaciones críticas, como el ejemplo de la carne de res, sería mucho mejor seguir el modelo australiano de abrir su oferta de productos al mundo, de acuerdo a sus propios estándares, lo que le permite redestinar en mejores condiciones sus producciones.
Queda este comentario a la luz de la visión técnica sanitaria, las cambiantes condiciones económicas de trabajo, pueden ser parte de este problema “que se muerde la cola”.
Esperemos no repetir lo sucedido tantas veces donde la imposibilidad de exportar vuelca al mercado interno los excedentes, golpeando con fuerza las cadenas avícola y de cerdos, siempre también las primeras víctimas de estos sucesos.
Mientras tanto, a nivel global la emergencia tendrá un impacto superior al que tuvo el brote de síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2003. Los costos estimados del SARS para la economía global fueron de aproximadamente USD 40 mil millones. La participación de China en el PIB mundial en ese momento era del 4%, significativamente menor que la estimación actual del 17%.
Este aumento cuádruple en la dependencia económica de China en todo el mundo, principalmente debido a su condición de centro de fabricación y nodo clave para las redes de producción en Asia y en todo el mundo, significa que es probable que el brote tenga un mayor impacto global en el comercio, al menos en el trimestre actual.
Frente al brote, una actitud PROACTIVA
Argentina, como gran productor y exportador en el comercio internacional de agroalimentos, no solo debe ser reactiva ante las amenazas y crisis sanitarias globales, sino tener una actitud proactiva que permita mitigar y, en lo posible, evitar los problemas que enfrentamos y recurrentemente nos afectan más de lo que sería esperable. Los autores de este trabajo consideran que, pese a las pérdidas, que indudablemente acarrereará este brote, en el largo plazo China deberá seguir cada vez más fuertemente su política de retirar de las viviendas particulares, la cría de animales domésticos, y como consecuencia de ello deberá contar con mayor abastecimiento externo.
Aprendamos, o al menos tomemos conciencia, que no podemos seguir todos en la exportación de agroalimentos detrás de un solo país o región, la producción de alimentos debería repensarse a la luz de este nuevo elemento.
Argentina merece tener sus propios estándares de calidad elevados que le permitan exportar a cualquier mercado, y de esa forma redestinar sus productos sin limitaciones sanitarias o tecnológicas. Para acercarnos a ello, el país debe fortalecer su presencia y participación en los organismos internacionales de referencia y en los foros que correspondan a una acción conducente con el concepto de “una salud”, humana y animal. Eso significa contar con directivos de elite en cada especialidad, y la conformación de grupos humanos de expertos aplicados en el área de agroalimentos.
En materia sanitaria, la verdaderamente primordial de esta nota, debemos esforzarnos por utilizar todos los recursos disponibles, tanto humanos como de infraestructura, con que increíblemente contamos, y en este caso cabe mencionar “el laboratorio de bioseguridad” para la investigación y desarrollo del estudio de nuestros reservorios naturales, a efectos de evitar o conocer los riesgos que posee en nuestra amplia geografía la fauna silvestre.
No podemos dejar de mencionar que poder actuar adecuadamente en cada coyuntura, requiere de un cambio cultural que pase de correr detrás de los problemas (reactiva) a prever los problemas que podemos encontrarnos en el logro de una cadena agroalimentaria eficiente (PROACTIVA). Esto solo se logrará con la utilización de nuestros mejores recursos humanos y con políticas públicas que perduren en el tiempo.