EE.UU. : RETIRAN DEL MERCADO CASI 5 TONELADAS DE CARNE
Si en su territorio la administración de George W. Bush no logra aún transmitir tranquilidad, tampoco lo consigue en el extranjero. Japón, primer importador mundial de carne de Estados Unidos, rechazó ayer un pedido de ese país de levantar la prohibición de importar carne vacuna estadounidense, impuesta la semana pasada. Lo único que pudieron lograr los funcionarios estadounidenses en Japón fue el envío de una misión técnica a los Estados Unidos para ofrecer mayor información sobre la aparición de "vaca loca" en ese territorio y sobre el control sanitario actual.Por otra parte, el gobierno estadounidense fue blanco de intensas presiones internas para que endurezca las restricciones sanitarias en la industria ganadera y garantice la seguridad alimentaria.Grupos de consumidores y candidatos presidenciales del partido demócrata criticaron el sistema de detección del Departamento de Agricultura, el cual realiza pruebas a animales que se sospecha contrajeron la enfermedad, pero permite al mismo tiempo que sus carnes sean vendidas antes de concluir el diagnóstico.Por su parte, las autoridades estadounidenses afirman que la carne no es peligrosa. El jefe de veterinarios de ese organismo, Ron De Haven, señaló que esa mercadería no representa más que un riesgo "cercano a cero". De todas formas, se decidió retirar del mercado casi cinco toneladas de carne que podría estar contaminada.Según Ken Petersen, del Servicio de Inspección de Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura, este retiro se debe a "una abundancia de precauciones", ya que las partes en las que se concentra el agente infeccioso -el cerebro, la médula espinal- fueron retiradas en el momento del sacrificio. La carne había sido distribuida en los estados de Washington, Oregon, California, Nevada, Alaska, Hawaii, Montana, Idaho y en el territorio estadounidense de Guam.En cuanto a la puesta en cuarentena del rodeo al que pertenecía la vaca infectada antes de ser sacrificada, el 9 de este mes, no estaba destinada a impedir un contagio sino que fue resuelta sólo por las necesidades de la investigación, aseguró De Haven.El Departamento de Agricultura anunció que la vaca del estado de Washington, portadora del mal, que representó el primer caso de encefalopatía espongiforme bovina en el país, tenía más de cuatro años, como se estimó al principio, pues pudo confirmarse que nació en abril de 1997. También se anunció que se está tratando de localizar ocho vacas más, provenientes del mismo rodeo canadiense que la vaca infectada. Con esos ejemplares, el número de vacas que están siendo buscadas por considerarlas potenciales portadoras de la enfermedad asciende a 81.La administración Bush está considerando varias opciones para recuperar la confianza de los consumidores. Una de ellas consiste en el lanzamiento de un sistema de pruebas que evitaría que las vacas que estaban enfermas y que fueron sacrificadas ingresen a la cadena alimenticia antes de que se confirme que no habían contraído el mal.Las autoridades también _evalúan la creación de programas nacionales de identificación de ganado, la introducción de etiquetas en los paquetes de carnes para precisar su país de origen y un aumento drástico en el número de animales que son sometidos a pruebas para detectar el mal.De hecho, la cartera agrícola planea duplicar el número de ejemplares sobre los que se realizan pruebas en 2004 y, como consecuencia, estudiar a unas 40.000 cabezas de ganado.