DAMIANI Y D’ALLEVA, 60 AÑOS DE PERMANENCIA

La empresa familiar santafecina ya va por la tercera generación y proyecta seguir innovando con sus productos para el sector frigorífico nacional y americano.

Por: Paola Papaleo
Fotos: Alejandra Colmenares Prieto


Hace 60 años, cuando Roque Damiani y su sobrino Roque D’Alleva comenzaron a trabajar en la intimidad de un pequeño taller en la ciudad de Roldán, provincia de Santa Fe, no imaginaron que décadas después sus apellidos se convertirían en referente de una de las industrias metalúrgicas más reconocida en la elaboración de equipos y elementos para la industria cárnica, ya sean plantas frigoríficas, mataderos, fábricas de embutidos, y otros.


Jorge Daniel D’Alleva, Lucas D’Alleva, Roque Rafael D’Alleva y Cristian Marcelo D’Alleva.

Fundada como una empresa familiar, hoy conviven tres generaciones. “Cada uno ocupa su rol, en cada puesto estratégico de la empresa hay alguien que en definitiva es el dueño, ya sea un Damiani o un D’Alleva” dice Jorge D’Alleva, socio gerente e hijo de uno de los fundadores, y aclara que “si bien para la cuarta generación falta mucho porque aún son chicos, creo que la expectativa de cualquier persona es que los que vienen atrás continúen, pero yo nunca obligué a nadie a que venga para acá. De la tercera generación dos son mis hijos y, si bien uno se siente orgulloso como padre, siempre es una elección de ellos. La idea es que vengan pero que se formen”.


Ser Pyme, una cuestión de actitud

El primer hito importante que hizo que de aquella producción a pequeña escala pasaran a ser una Pyme, fue en los años ‘80 cuando “hubo una explosión de mataderos en Argentina”, recuerda Jorge. Poco a poco fueron sumando productos hasta completar una variada oferta de accesorios, desposte, equipamiento para mataderos de bovinos y porcinos, una línea de empanados, y máquinas y equipos para chacinados y embutidos. El segundo crecimiento significativo se dio luego de la crisis económica del año 2001, cuando volvieron a ser exportadores e ingresaron al mercado de países como México, Chile, Venezuela, Estados Unidos y Paraguay. “En esa época un 80% de la producción se iba a exportación y 20% al mercado interno, hoy es al revés porque hay mucha demanda interna. Una Pyme tiene un límite de producción por lo que se nos dificulta exportar y a la vez cubrir el mercado nacional”, expresa. En este sentido, y analizando los vaivenes de la economía argentina, D’Alleva bromea con que “tener una empresa de 60 años en Argentina debe ser el equivalente a unos 600 años de una empresa en Alemania”.

La presión tributaria y la falta de créditos blandos, son las principales dificultades que reconoce porque “para las empresas chicas el personal no es un número, cuando uno está en la mala todo sería más fácil de mantener si hubiera un gobierno que te acompañe hasta que llegue la buena, cualquiera sea su color político. Es necesario que desde los distintos Ministerios trabajen codo a codo junto al empresario que no tiene la estructura que tienen las grandes empresas”. Asimismo, y a pesar de los obstáculos, la empresa cuenta con 50 empleados y dos espacios de producción, uno a diez cuadras del otro, que ocupan un total de 3500 metros cuadrados.

Diversificar para permanecer


En un mercado cambiante, la clave está en tener una cartera de productos diversificada “eso nos permitió, cuando el vacuno empezó a andar mal hace seis años atrás, hacer muchas plantas de cerdo, luego cuando eso se calmó fabricamos muchos equipos para embutidos. Nos permite jugar con las distintas situaciones del mercado”, reconoce el socio gerente de la empresa para quien la ecuación “es directamente proporcional, si el mercado de la carne no está bien, nosotros no vamos a estar bien nunca, y viceversa. Lo que sucede en el sector de frigoríficos repercute directamente en nuestra producción”. Es así, que con la re apertura de exportación de carne, de los últimos cuatro años, tuvieron una reactivación del trabajo debido a que muchos frigoríficos tuvieron que invertir dinero para volver a activar sus plantas. “Si bien hoy no sobra trabajo, podemos decir que estamos bien”, afirma.

Mirando al futuro


Con expectativas e incertidumbre, el empresario cuenta que para el año 2020 no tienen inversiones previstas “hasta no ver cuáles serán las reglas de juego del nuevo gobierno, sobre todo en cuanto a la exportación de carne”.  Asimismo,  considera que “si ese aspecto no lo tocan porque necesitamos exportar, el rubro nuestro no tiene por qué sufrir nada. Pero hay que esperar unos meses para ver hacia dónde van. Como venimos con un viento de cola importante, si son dos o tres meses lo que hay que esperar tampoco va a ser tan grave para nosotros porque tenemos trabajos tomados, lo importante es que no haya indefiniciones”. Actualmente, son el vacuno por las ventas al exterior y el porcino por la habilitación de plantas en China, los mercados de mayor desarrollo.

Siempre vigentes

La innovación para una pequeña y mediana empresa es un punto principal si lo que se pretende es permanecer en el mercado y así lo entienden en Damiani y D’Alleva. “Uno tiene que ir innovando permanentemente. Por costumbre tratamos de tener siempre la innovación lista para presentarla en la feria Tecnofidta, por lo que tenemos dos años para desarrollar las novedades”.

Si bien todavía no saben cómo celebrarán los 60 años que la empresa cumple en 2020, lo que sí tienen claro es que tienen mucho para festejar, sobre todo el seguir siendo una empresa familiar y una Pyme argentina porque “hoy en este país mantenerse ya es crecimiento”, concluye Jorge D’Alleva.

Más información
https://damianiydalleva.com.ar/

Fuente: AmeriCarne Nº 134

TAGS:

Compartir:

Post Relacionados