Control de enfermedades en plantas de incubación y granjas de reproductoras

Entre los diferentes aspectos de importancia que hay a lo largo de la cadena de producción avícola, la sanidad es uno de los más relevantes; si este pilar fundamental para cualquier producción animal no es firme, la eficiencia productiva se verá afectada indefectiblemente.


Por: Facundo Ferrari, Servicios Veterinarios para Ceva Salud Animal Cono Sur
Fotos: Ceva Salud Animal

La buena sanidad se debe perseguir desde un enfoque preventivo. En ese sentido, el control de las enfermedades a nivel de las granjas reproductoras y plantas de incubación es fundamental para mantener un correcto estatus sanitario en un sistema de producción avícola.

La bioseguridad como primera barrera
Desde un enfoque preventivo, entendemos por bioseguridad al conjunto de procedimientos y normas que se aplican para evitar el ingreso de agentes patógenos a un establecimiento. Independientemente del área a la que hagamos referencia, la bioseguridad es la primera barrera que se opone al ingreso de las enfermedades. No hay que perder de vista este sencillo concepto.

El diseño de un buen plan de bioseguridad debe adaptarse a las particularidades de cada área de la cadena productiva e implica tener en cuenta diferentes aspectos:

Aspectos conceptuales: se refieren a todo lo que debe tenerse en cuenta a la hora de definir la instalación de una granja o planta. Por ejemplo, la ubicación geográfica, el acceso, distancias a otras unidades productivas, forestación, etc.

Aspectos estructurales: las estructuras con las que se cuenta. Desde lo constructivo propiamente, como duchas, caminos de acceso, cercos perimetrales, rodiluvios, hasta las herramientas o implementos como bombas de desinfección, sistemas de bebederos, sistemas de alimentación, sistema de provisión de agua, etc.

Aspectos operacionales: se refiere a todos los procedimientos rutinarios que el personal lleva a cabo dentro de la granja o planta. Por ejemplo, baños sanitarios, limpieza y desinfección de instalaciones o herramientas, vacunaciones, manejo del huevo.

Vacuna, herramienta fundamental para la prevención y control de enfermedades

Los avances tecnológicos, tanto en la producción de vacunas como en los métodos de aplicación, permiten que en la planta de incubación podamos ejecutar casi la totalidad del plan vacunal para el caso de pollos de engorde y buena parte del mismo para el caso de reproductores, incluso en gran parte desde antes del nacimiento (vacunación in-ovo).

Teniendo en cuenta esto, la planta de incubación se torna un eslabón clave si hablamos de control de enfermedades, y es fundamental que el trabajo sea correctamente realizado.

Las enfermedades aviares que prevenimos con la vacunación en planta de incubación, son:

  • Enfermedad de Marek
  • Enfermedad de Newcastle
  • Enfermedad de Gumboro
  • Bronquitis Infecciosa
  • Laringotraqueitis
  • Viruela Aviar
  • Coccidiosis


    Incluso la prevención de Influenza Aviar mediante vacunas comienza en la planta de incubación en aquellos países en los que está permitida. Por lo tanto, los controles periódicos de los procesos de vacunación son muy importantes, tanto por personal profesional capacitado dentro de la empresa como por auditorías externas.

    La posibilidad de cometer errores siempre existe en este tipo de actividades tan reiterativas, pero es importante tomar conciencia de las posibles consecuencias. Conocer los puntos críticos es necesario para hacer un buen control de los procesos:

    Funcionamiento de las máquinas: es importante que personal idóneo revise periódicamente el correcto funcionamiento de los diferentes equipamientos que se utilizan para la aplicación de las vacunas: vacunadora in-ovo, máquinas de vacunación subcutánea, jeringas manuales, máquinas de aspersión, máquina de aplicación de gel.

    Conservación y preparación de las vacunas: las condiciones de conservación deben ser chequeadas. Es importante trabajar con dispositivos de registro de las temperaturas de los refrigeradores en todo momento. Para el caso de las vacunas asociadas a células, como lo son las de enfermedad de Marek, la correcta conservación es crucial. Se debe monitorear y registrar el volumen de nitrógeno en los termos de conservación. El proceso de descongelamiento (temperatura y tiempo) y la reconstitución de las vacunas, debe respetar las indicaciones de los laboratorios fabricantes. La calidad microbiológica y física del agua que se utilice para todos los procesos debe ser adecuada, sobre todo para la preparación de aquellas vacunas que utilicen agua como vehículo (Bronquitis, Newcastle, Coccidiosis). Las condiciones de higiene del operario y del laboratorio de preparación son importantes y deben medirse para saber si es necesario implementar correcciones.

    Suministro de las vacunas: la correcta aplicación debe ser corroborada. Para el caso de vacunas In Ovo, será necesario sacrificar embriones para corroborar que la aplicación esté ocurriendo en el sitio correcto. La vacuna debe ser depositada en el saco amniótico o, en su defecto, intra-embrión. Para el caso de vacunas subcutáneas, se puede verificar la correcta aplicación analizando los pollitos ya vacunados. En este caso, debemos revisar que no haya pollitos traumatizados, con parte de la vacuna sobre el plumón o sin vacuna inyectada. Para las vacunas de administración en spray o en gel, los controles periódicos también son importantes y van ligados, sobre todo, al correcto funcionamiento de las máquinas. En algunos casos, la toma de la vacuna puede chequearse inmediatamente revisando la tinción de la lengua de los pollitos. Esto ocurre con la administración vía gel, por ejemplo. El tiempo de consumo de las vacunas también es un punto importante a revisar. Adecuar esto a las indicaciones de cada laboratorio proveedor según la vacuna en cuestión. Para las vacunas asociadas a células, es importante saber que durante el reposo, las células decantan. Por lo tanto, durante el tiempo que dure la vacunación, es una práctica necesaria homogeneizar el sachet cada 15 minutos.




Prevención de enfermedades en granjas reproductoras

La bioseguridad es, como se dijo al principio, la primera barrera en la prevención de enfermedades. Pero además, en las granjas de reproducción se lleva a cabo una parte muy importante del plan sanitario de una empresa de producción avícola. Las acciones y decisiones que se tomen pueden tener implicancia sanitaria en los eslabones subsiguientes: planta de incubación y granjas de engorde.

Cuando trabajamos en el diseño de un plan vacunal en reproductoras, ya sea madres o abuelas, debemos pensar en la prevención de enfermedades para el propio lote de animales y en la inmunidad pasiva que estos transmitirán a la descendencia. De esta manera, la inmunidad de los pollitos al llegar a la granja dependerá en su mayor parte de la hiperinmunización que se haya logrado a nivel de las reproductoras. En granjas de reproductoras también es de gran importancia chequear los procesos de vacunación y contar con personal responsable capacitado, capaz de identificar y controlar los puntos críticos.

Funcionamiento de las máquinas: el nivel de tecnología y de automatización es claramente menor que en las plantas de incubación, pero no deja de ser importante constatar el correcto mantenimiento y funcionamiento de todas las máquinas o instrumental que se utilice: máquinas de vacunación automáticas, jeringas manuales, máquinas o mochilas de aspersión, etc.

Conservación y preparación de las vacunas: la conservación correcta de las vacunas es crucial. Es importante que el personal responsable conozca los requerimientos de conservación según el tipo de vacuna del que se trate. En la preparación, un ítem importante es el atemperado de vacunas inactivadas. Se debe contar con lo necesario para proveer un atemperado de 35 – 40 minutos a 35°C.

Suministro de las vacunas: la aplicación es un paso del proceso en el que se pueden cometer errores con grandes consecuencias. Es importante la capacitación constante del equipo y los chequeos. Hay diferentes maniobras que nos permiten evaluar la aplicación para realizar correcciones si fuera necesario. Por ejemplo, para el caso de inactivadas, podemos realizar necropsias y corroborar si la inyección está siendo colocada efectivamente en el músculo pectoral. Las vacunas de viruela de aplicación intradérmica alar pueden evaluarse al momento de la aplicación y, a los 7 días, podemos chequear la reacción tisular que denota prendimiento de la vacuna. Todas las maniobras o herramientas que nos permitan verificar el proceso deberían realizarse. Recordemos que inmunizar y vacunar no son sinónimos.

La avicultura industrial convive con desafíos sanitarios constantes, algunos de gran capacidad de impacto incluso para la salud humana. La planta de incubación y las granjas de reproductoras son eslabones de la cadena productiva muy importantes en lo que se refiere a la prevención de enfermedades. La bioseguridad debe ser siempre la primera barrera y la utilización de vacunas es fundamental, pero para que logren su objetivo es importante concientizarse sobre la importancia de acompañar y supervisar los procesos para que ocurran de la mejor manera posible.

Más información: 
https://www.ceva.com.ar/ 
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