Cómo adaptarse a los nuevos hábitos del consumidor
La industria cárnica debe enfrentar desafíos relacionados no solo a las normativas sobre bienestar animal e impacto ambiental sino también a los cambios de comportamiento de quienes habitualmente tenían a la carne como principal opción de consumo.
Por: Lic. Amalie Ablin (*), Licenciada en Ciencia Política (Universidad del Salvador, Buenos Aires). Postgrado Programa de Capacitación Ejecutiva en Agronegocios (Universidad de San Andrés, Buenos Aires).
Fotos: Banco de imágenes
Según la información relevada por una consultora internacional de renombre, en su reporte titulado “Mercado mundial de carne de res, tamaño, pronóstico 2023-2028”, la industria mundial de la carne vacuna alcanzó en 2022 un valor global superior a U$S332.000 millones, esperándose que en los 5 años siguientes alcance a U$S421.600 millones como resultado de una tasa de crecimiento anual compuesta ligeramente superior a 4%.
De acuerdo con dicho documento la demanda de carne se ha incrementado a nivel mundial, impulsada por el aumento de la población, así como de los niveles de ingresos registrados, particularmente en los países en desarrollo. Así, dicho sector aporta significativamente al suministro mundial de alimentos, contribuyendo a la creación de millones de empleos en todo el mundo.
Sin embargo, la industria no se encuentra exenta de desafíos que debe enfrentar, tales como aquellos relativos a la normativa relativa al bienestar animal, el impacto ambiental y los riesgos para la salud de los consumidores. A ello se agregan las disputas comerciales, las regulaciones en materia de seguridad alimentaria y las interrupciones en la cadena de suministro que pueden afectar a la industria, como sucediera durante la pandemia transitada recientemente. Es por ello que las nuevas conductas alimentarias han obligado al sector cárnico a replantearse su forma de comunicar los beneficios propios de este alimento, teniendo en cuenta el comportamiento de compra y los hábitos de consumo de las diversas poblaciones.
“La promoción del consumo de carne vacuna argentina podría ser enfatizada dadas sus características de sustentabilidad”
Así, la forma en que la industria de la carne vacuna tome nota de esta transformación y la manera en que interprete la esencia de estos cambios resultará determinante para adaptarse exitosamente al nuevo escenario competitivo que se le presenta.
“Las nuevas conductas alimentarias han obligado al sector cárnico a replantearse su forma de comunicar los beneficios propios de este alimento”
Al respecto, si bien Argentina puede ser considerada como la nación tradicionalmente con mayor consumo de carne vacuna en Latinoamérica, se observa que un 30% de la población de dicho país podría ser calificada como “flexitariana”, es decir que no obstante su elevada orientación hacia una dieta predominantemente carnívora intenta reducir su consumo, según surge de un estudio encarado por el “Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura” (IICA).
Así, todo parece indicar que dicho segmento de la población se encamina progresivamente hacia una conducta ya mucho más influida por tendencias vegetarianas o directamente “veganas” según los datos recabados en 2022. De hecho, en el año 2021 la “Universidad Siglo 21” presentó una investigación -desarrollada en siete ciudades del país durante la pandemia del coronavirus- destinada a analizar qué comen, beben y bajo qué criterios evalúan el cuidado de su salud alimentaria los argentinos. Dicha muestra evidenció ya los cambios manifestados en los hábitos de consumo alimentario sobre la salud de la población, concluyendo que la dieta de los argentinos está progresivamente cambiando, en tanto sólo 15% de los mismos consume carne diariamente.
Tal cambio sugiere profundizar el análisis del comportamiento en materia de compra y hábitos de consumo de todos los segmentos de la población, pudiéndose extraer las siguientes conclusiones desde el punto de vista del sector productivo:
- La carne no requiere desplegar una estrategia defensiva frente a otras fuentes de energía nutricional, pudiendo mantenerse en aquellos segmentos de mercado donde su presencia cuenta con buena receptividad.
- Es deseable orientarse al mercado genérico de consumidores, que actualmente reciben información de todo tipo y por diversas vías.
En este sentido, el “Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina” (IPCVA) presentó en el año 2021 un informe titulado “Carne Argentina, Carne Sustentable: la ganadería no es parte del problema sino parte de la solución”, un trabajo elaborado conjuntamente con la Red de Seguridad Alimentaria del “Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas” (CONICET) al que contribuyeron 45 científicos locales. El mismo contempla que el modelo de producción de carne vacuna en el país se desarrolla en un gran porcentaje en praderas y pastizales, lo que torna posible retener el carbono y agua en los suelos, conservar la materia orgánica y mantener la biodiversidad del ecosistema. Este sistema productivo permite por ello retener doce veces más carbono en los suelos que el que se registra como promedio en países que no cuentan con dicha factibilidad, por lo que Argentina es uno de los pocos países que registra un balance positivo entre emisión de gases de tipo invernadero y la captura de carbono en las tierras de pastoreo.
Sobre la base de estos atributos la promoción del consumo de carne vacuna argentina podría ser enfatizada dadas sus características de sustentabilidad, pudiendo complementarse dicha virtud con técnicas específicas de comercialización que contemplen los siguientes aspectos:
- Desarrollo de una marca fuerte y reconocida en cuanto a su origen -a efectos de su exportación-, que para resultar exitosa deberá mantener una identidad clara y consistente, consensuada por el sector y todos sus actores.
- Implementar campañas de publicidad eficaces, seleccionando los canales más adecuados para llegar al público “objetivo”, contemplando opciones novedosas tales como su difusión vía redes sociales, la acción de “influencers” o anuncios en revistas especializadas, así como el desarrollo de una acción mancomunada con todos aquellos canales de comunicación que cuenten con una audiencia comprometida con un estilo de vida y contribuyan a promocionar el consumo de carne vacuna entre sectores más amplios de la sociedad. En todos los casos la publicidad debería enfatizar los beneficios que ofrece el producto cárnico, así como la versatilidad de poder ser incorporado a diversas preparaciones culinarias y ser combinado con un amplio abanico de alimentos.
En conclusión, se sugiere intentar aglutinar al sector de la carne vacuna, promoviendo la interacción entre grandes y pequeños actores, respetando y potenciando las soluciones a problemas específicos de interés nacional, en tanto las diversas variedades de carnes sigan constituyendo la principal fuente de proteínas tanto en la Argentina como a nivel mundial.
(*) Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad del autor y no comprometen a la institución en la cual se desempeña